La Reserva Federal de EEUU (Fed) se prepara para subir los tipos de interés 75 puntos básicos por segunda reunión consecutiva. Al menos así lo espera el mercado, que entiende que la institución estadounidense debe pisar el acelerador antes de comenzar a bajar sus tasas en la segunda mitad de 2023.
Será la cuarta reunión celebrada este año en la que el banco central estadounidense suba tipos. Y lo ha hecho cada vez a un ritmo más elevado. El incremento acometido en marzo fue de 25 puntos básicos, mientras que el de mayo ya alcanzó los 50.
Pisó aún más el acelerador en junio, cuando incrementó el precio del dinero en 75 puntos básicos por primera vez desde 1994. Aunque las previsiones apuntan a un alza de la misma proporción, una subida de 100 puntos básicos ha estado sobre la mesa.
De cumplirse estas previsiones, mucho más agresivas, la de este miércoles sería la mayor alza de tipos desplegada por la Fed desde 1984, cuando Paul Volcker estaba al mando de la misma. En aquella ocasión, la subida del 1% sirvió para llevar el precio del dinero hasta el 10,5%.
Si, tal y como está previsto, la Fed ejecuta una nueva subida de 75 puntos básicos, la institución llevará los tipos de interés hasta el rango 2,25%/2,50% desde el 1,5%/1,75% actual. El precio del dinero en EEUU alcanzará niveles no vistos desde 2008.
Mayor ritmo
En ese momento, el banco central estadounidense estaba inmerso en un ciclo de descensos que se extendió desde mediados de 2006 hasta finales de 2015, cuando volvió a subir los tipos de nuevo.
En los siguientes 24 meses, entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2018, la Fed elevó tipos 250 puntos básicos. El banco central estadounidense se ve ahora envuelto en un ciclo de subidas similar en cuanto a cantidad pero a un ritmo mucho mayor.
En aquella ocasión, la institución subió las tasas en nueve reuniones diferentes. Ahora lo ha hecho en solo cuatro citas con el objetivo de poner coto a la inflación, que en EEUU alcanzó en junio el 9,1% en tasa interanual. La escalada de los precios no llegaba a dicho nivel desde 1981.
La presión inflacionista se ha incrementado en los últimos tres meses -al pasar del 8,3% en abril al 8,6% en mayo y a ese 9,1% en junio- lo que deja claro que, al menos hasta ahora, la subida de los precios no ha tocado techo en EEUU.
[El IPC récord de EEUU obliga a los bancos centrales a subir aún más el precio del dinero]
Ni siquiera lo ha hecho la tasa subyacente, aquella que no tiene en cuenta ni la energía ni los alimentos, al ser considerados los elementos más volátiles. Llegó en junio al 5,9% en comparación interanual.
“Ante una inflación que sigue sorprendiendo al alza -e incluso corre el riesgo de afianzarse- la Fed debe seguir actuando con rapidez y contundencia y desplegar el mayor número posible de subidas de tipos antes de que llegue la esperada desaceleración económica”, indican los analistas de Allianz Global Investors.
Bajadas en 2023
A pesar de que la inflación está todavía muy lejos del objetivo del 2% marcado por la propia Fed, el mercado espera que la institución comience a echar el freno ya en septiembre. Las previsiones apuntan a que el banco central estadounidense volverá a la senda de los 50 puntos básicos.
La mayoría de expertos consideran que la Fed comenzará a bajar tipos desde mediados de 2023. Es lo que piensan, por ejemplo, los analistas de Nomura. En el banco japonés calculan que los tipos en EEUU alcanzarán un máximo de entre el 3,5% y el 3,75% en febrero del año que viene.
Tras unos meses en dicho nivel, esperan que la Fed los recorte 25 puntos básicos en la reunión de septiembre de 2023. En ese momento, el banco también pondrá fin a la liquidación de su balance para evitar que las herramientas de política monetaria funcionen de forma contraria, pronostican.
Así, el mercado espera que la Fed acometa este miércoles la última gran subida de tipos de este ciclo alcista. Lo hará un día antes de que se conozca la primera lectura del producto interior bruto (PIB) de EEUU correspondiente al segundo trimestre del año.
Recesión
El país podría haber entrado ya en recesión técnica, concepto con el que se señala el crecimiento negativo durante dos trimestres consecutivos. Ya entre enero y marzo, la economía estadounidense se contrajo un 0,4% respecto a los tres meses anteriores. La caída fue del 1,6% frente al mismo periodo del año anterior.
“La Fed es consciente de que, como contrapartida a la prioridad de controlar la inflación, tendrá que tolerar una mayor desaceleración económica e impacto en el empleo”, apuntan los analistas de Renta 4. La cuestión -consideran- “será si tiene éxito en su objetivo de aterrizaje suave y la economía no se desacelera más de lo previsto”.
En la gestora MFS Investment Management creen que “todavía no está claro si la economía estadounidense logrará evitar un “aterrizaje forzoso”. Estos expertos subrayan que la probabilidad de que se produzca una recesión en EEUU “ha aumentado con creces”, lo que refleja las preocupaciones relativas a la amenaza de que la Fed leve a cabo un endurecimiento excesivo de la política monetaria”.