Tal y como estaba previsto, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha vuelto a subir los tipos de interés. El banco central estadounidense ha optado este miércoles por un nuevo incremento de 75 puntos básicos -como ya hizo en junio y julio-, descartando, por ahora, un movimiento mayor.
Así lo han decidido los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Fed en su reunión de septiembre. Con esta nueva subida, la institución presidida por Jerome Powell ha situado el precio del dinero en el rango de entre el 3% y el 3,25%, unos niveles que no se alcanzaban desde 2008.
Los responsables de política monetaria, por tanto, han mantenido el ritmo de subidas de las tasas de referencia, frente a algunas previsiones que no descartaban un aumento de un punto porcentual completo.
Así, la Fed ha subido los tipos de interés tres cuartos de punto en las reuniones de junio, julio y septiembre. El ciclo alcista comenzó en marzo, cuando el instituto emisor los incrementó 25 puntos básicos. En mayo, el aumento fue de medio punto porcentual.
En total, el banco central estadounidense ha subido los tipos de interés 300 puntos básicos con el objetivo de doblegar la escalada de los precios. En Estados Unidos, la tasa de inflación se situó en agosto en el 8,3% en comparación interanual, más de cuatro veces por encima de la meta del 2% marcado por la Fed.
"La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía y presiones de precios más amplias", ha indicado el banco central estadounidense en el comunicado posterior a la cita.
Según el mismo documento, los miembros de la Fed están preparados para "ajustar la postura de la política monetaria según corresponda si surgen riesgos que impidiesen" los objetivos fijados por la institución.
Esta ha sido la primera reunión que ha mantenido el FOMC desde que a finales de agosto tuvo lugar el simposio de Jackson Hole. En ese momento, los miembros de la Fed ya dejaron claro que su prioridad es el control de los precios.
Así lo señaló el propio Powell cuando advirtió de que la normalización de la política monetaria podría generar “algo de dolor” a empresas y hogares. De la misma manera, los responsables que intervinieron en la cumbre de banqueros centrales subrayaron que la política monetaria deberá mantenerse restrictiva durante más tiempo del que descontaba el mercado al inicio del verano.
"Dolor mucho mayor"
Y en el mismo sentido se ha pronunciado Powell en su intervención ante la prensa. El banquero central ha puntualizado que “sin certeza sobre cómo se desarrollará la economía era necesario llevar la política monetaria a un nivel restrictivo”.
Asimismo, Powell ha señalado que “probablemente lleve un tiempo ver los efectos completos” de las subidas de los tipos de interés. Una vez que estos lleguen “a cierto nivel”, existe la posibilidad de que la Fed haga una parada para evaluar la situación, ha explicado. Sin embargo, ha puntualizado, esa cota no se ha alcanzado todavía.
En este sentido, Powell ha reconocido que lograr “un aterrizaje suave [de la economía] es un desafío”. “Nadie sabe si se producirá una recesión y si es así, como de profunda sería”, ha añadido.
En este sentido, Powell ha admitido que la Fed sabe que los aumentos de tipos probablemente causarán "un período de crecimiento económico por debajo de la tendencia", y que las condiciones del mercado laboral seguramente empeorarán.
En su opinión, las posibilidades de un aterrizaje suave de la economía disminuirán en la medida en que la política monetaria sea más restrictiva o estas condiciones se mantengan por más tiempo.
Sin embargo, ha incidido en que “no reducir la inflación provocaría un dolor mucho mayor”. Por ello, lo adecuado es seguir haciendo "más aumentos de tipos de interés en el futuro", hasta que la inflación esté controlada.
Perspectivas
Esa visión casa con la actualización del dot plot o diagrama de puntos, donde los propios miembros de la Fed reflejan sus previsiones sobre dónde se encontrarán los tipos de interés en el futuro.
En junio, la mayoría de miembros del FOMC esperaba que los tipos se situaran al cierre de 2022 por encima del 3%. Ahora, sin embargo, todos anticipan que al menos cierren el ejercicio por encima del 4%. De cara a 2023, el consenso sitúa el precio del dinero por encima del 4,5%.
La proyección central del instituto emisor apunta a que los tipos de interés se situarán en 2022 entre el 4,1% y el 4,6%, frente al rango de entre el 3,1% y el 3,6% de hace tres meses. Para 2023, los banqueros anticipan una horquilla de entre el 4,4% y el 4,9%, frente a la banda de entre el 3,6% y el 4,1% de junio.
Los miembros de la Fed también han modificado sus previsiones económicas. Han reducido de manera contundente las estimaciones sobre el crecimiento económico, pero elevado los niveles de desempleo para los próximos ejercicios.
Economía
El instituto emisor espera ahora que la economía estadounidense crezca un 0,2% en 2022, 1,5 puntos menos que en junio, cuando anticipaba que el producto interior bruto (PIB) avanzase un 1,7%.
En la actualidad, Estados Unidos se encuentra en recesión técnica, al haber sumado dos trimestres consecutivos de contracción económica. Entre abril y junio, el PIB estadounidense se contrajo un 0,1% en comparación con los tres meses anteriores.
La institución también ha revisado a la baja sus expectativas para 2023 y 2024. Espera que el crecimiento del próximo año sea del 1,2% y del 1,7%. Estas cifras son cinco y dos décimas inferiores, respectivamente, a las ofrecidas en junio.
Frente al menor crecimiento económico, la Fed ha elevado sus estimaciones de paro. Los responsables de política monetaria estiman que el país cerrará el año con una tasa de desempleo del 3,8%, frente al 3,7% de julio.
En agosto, la tasa de paro estadounidense se elevó dos décimas, precisamente hasta el 3,7%, a pesar de que el país creó 315.000 nuevos puestos de trabajo. Fue el vigésimo mes consecutivo de crecimiento del empleo.
Los miembros de la Fed esperan que el desempleo se sitúe en el 4,4% tanto en 2023, como en 2024. Ambas tasas están por encima del 3,9% y el 4,1% previsto, respectivamente, hace tres meses.
Respecto a la inflación, medida como gasto de consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés), ascendería al 4,5% a cierre de 2022, al 3,1% a finales de 2023 y al 2,3% en 2024.
De esta forma, la Fed ha elevado en dos décimas las previsiones para este año y en cuatro las del próximo; mientras que ha mantenido inalteradas las de 2024. El indicador se situó en julio -último dato disponible- en el 4,6%. Esta lectura “no está donde esperamos o queremos estar”, ha señalado Powell.