Aumentos más pequeños pero una meta final más elevada. Esa es la nueva hipótesis con la que trabajan los mercados después de la última reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Tras la misma, su presidente, Jerome Powell, indicó que las tasas de referencia podrían incrementarse más de lo previsto anteriormente.
Después de que el banco central estadounidense elevase los tipos de interés tres cuartos de punto por cuarta reunión consecutiva, hasta situarlos en el rango de entre el 3,75% y el 4%, el banquero central aseguró ante la prensa que “los datos recibidos desde la última reunión sugieren que el nivel final de las tasas será más alto de lo esperado”.
Todos los miembros de la Fed esperan que los tipos terminen el año por encima del 4%, según se desprende de las previsiones publicadas en septiembre por el propio banco central. Para 2023, la mayoría de ellos situaba el precio del dinero por encima del 4,5%.
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La proyección central del instituto emisor apuntaba a que los tipos de interés se situarán en 2022 entre el 4,1% y el 4,4%, mientras que para el próximo ejercicio la horquilla va del 4,4% al 4,9%.
Estas estimaciones se recogen en el conocido diagrama de puntos -o dot-plot- de la Fed, que ahora parece haber quedado en papel mojado. No será actualizado hasta la reunión que el banco central celebrará el 14 de diciembre.
Reducir el ritmo
Frente a un nivel final más elevado, Powell también señaló que sería apropiado reducir el ritmo de los aumentos “tan pronto como la próxima reunión o la siguiente”, aunque los responsables de política monetaria no han tomado todavía ninguna decisión al respecto.
En el comunicado previo a que Powell compareciera ante la prensa, el instituto emisor subrayó que tomaría en cuenta el endurecimiento implementado hasta ahora, así como los "retrasos con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación".
Los mercados tuvieron problemas para interpretar la nueva postura del banco central estadounidense. El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq reaccionaron con subidas a la nota de prensa de la Fed, pero cayeron cuando Powell advirtió de que los tipos alcanzarían un pico más elevado del previsto.
A pesar de que el nivel que pueda alcanzar los tipos al final del ciclo de subidas sea más elevado, se espera que la Fed incremente el precio del dinero 50 puntos básicos en diciembre, siempre y cuando los datos lo permitan.
50 puntos básicos
Esta afirmación “puede ser considerada menos restrictiva de lo descontado por el mercado hasta hace pocas semanas en términos de política monetaria y el mensaje de la reunión de enero será clave para la confirmación de que las medidas están siendo suficientes”, explican los analistas de Olea Gestión.
Aunque las previsiones son previas a la cita del miércoles, los analistas de Citi, JPMorgan, Goldman Sachs, Morgan Stanley o Wells Frago esperan que la Fed eleve los tipos de interés 50 puntos básicos; mientras que los de Barclays o Deutsche Bank anticipan una quinta subida consecutiva de tres cuartos de punto.
El mercado, por su parte, sitúa los tipos de interés en el 4,5% en diciembre y en el 5% en mayo. Esto es, una subida de medio punto en la próxima reunión de diciembre y dos subidas adicionales de 25 puntos básicos en cada uno de los dos primeros encuentros de 2023.
En cualquier caso, el presidente del banco central estadounidense reconoció que es muy prematuro hablar de detener los incrementos de tipos, ya que todavía son necesarios para "alcanzar ese nivel suficientemente restrictivo" que permita poner coto a la inflación e impedir que esta arraigue.
Giro
El giro de la política monetaria -es decir, pasar de subir a bajar los tipos- es lo que se conoce como el pivote de la Fed. Para que tenga lugar, apuntan en la gestora Schroders, es necesaria la evidencia de que la inflación está cayendo y que el mercado laboral se está debilitando.
Respecto a la escalada de los precios, los mismos gestores esperan que continúe moderándose, “ya que el debilitamiento de la demanda limita la capacidad de las empresas para repercutir los aumentos de costes”.
Además, “la ralentización del crecimiento mundial también debería pesar sobre los precios de las materias primas”, mientras que “el coste de los inmuebles debería moderarse a medida que el mercado de la vivienda vaya decayendo”, explican.
Asimismo, consideran que el mercado laboral “sigue estando tenso”. “Un factor que ha agravado el problema ha sido el retroceso de la tasa de población activa, ya que muchos trabajadores han decidido no volver al mercado laboral tras la pandemia”, subrayan.
Por ello, creen que “una mayor participación ayudaría a aliviar la escasez de oferta, pero, mientras tanto, los salarios están aumentando e incrementando la presión de los coste”.
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