La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) cerró 2022 con la firme promesa de que los tipos de interés seguirían subiendo en 2023, aunque lo hagan a un ritmo más lento que el registrado en la segunda mitad del pasado año. Eso sí, las tasas se mantendrán más elevadas durante más tiempo. Este miércoles, las actas de su última reunión han confirmado este escenario.
Según consta en los documentos, ninguno de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) anticipó que sería apropiado comenzar a reducir los tipos de interés en 2023.
“En vista del persistente e inaceptablemente alto nivel de inflación, varios participantes comentaron que la experiencia histórica advertía contra la relajación prematura de la política monetaria”, subraya el texto alejando la posibilidad de bajadas de tipos.
Política restrictiva
Por el contrario, los banqueros centrales creen necesario mantener una postura de política monetaria restrictiva hasta que los datos económicos refuercen la idea de que la inflación ha iniciado un rumbo "descendente y sostenido" hacia el objetivo del 2% fijado por la institución.
Los miembros de la Fed también han mostrado su preocupación sobre cualquier "percepción errónea" en los mercados financieros de que su compromiso en la lucha contra la inflación estuviera flaqueando de algún modo.
“Una relajación injustificada de las condiciones financieras, especialmente si es impulsada por una percepción errónea por parte del público” de la función de la Fed, complicaría su esfuerzo “para restaurar la estabilidad de precios”.
Tal y como se esperaba, en su última reunión de 2022, la Fed elevó los tipos de interés 50 puntos básicos, hasta situarlos en el rango de entre el 4,25% y el 4,5%, niveles que no alcanzaban desde 2007. El incremento supuso una moderación respecto a las alzas ejecutadas en las últimas cuatro citas anteriores, en las que sus miembros optaron por subidas de tres cuartos de punto.
425 puntos en 2022
La institución presidida por Jerome Powell subió los tipos 425 puntos básicos durante el año pasado con el objetivo de doblegar la escalada de los precios. Y, según las últimas cifras conocidas, parece que lo está consiguiendo.
El deflactor del consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés), el indicador de precios favorito de la Fed, se moderó en noviembre hasta el 5,5% en tasa general interanual, seis décimas menos que en el mes anterior. La tasa subyacente se redujo al 4,7%, frente al 5% anterior.
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En el caso del índice de precios al consumo (IPC) de Estados Unidos, su tasa interanual se situó el pasado noviembre en el 7,1%, encadenado así cinco meses de moderación. A pesar del control, el nivel de los precios sigue más que duplicando el objetivo del 2%.
Así, y según consta en las actas, la inflación se mantiene como la principal preocupación de los responsables de política monetaria. “Los miembros acordaron que la inflación se había mantenido elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía y presiones de precios más amplias”, indica el documento.
Tipos más altos
"La mayoría de los participantes hicieron hincapié en la necesidad de mantener la flexibilidad y la opcionalidad a la hora de adoptar una postura más restrictiva", pero también se mostraron abiertos a una tasa "terminal" aún más alta de lo previsto si persiste la alta inflación.
Tal y como expresaron en sus proyecciones de diciembre, los miembros de la Fed son partidarios de subir los tipos de interés entre tres cuartos y un punto porcentual durante los próximos meses, lo que implicaría situaros en torno al 5,25% o el 5,5%. Para 2024 las previsiones divergen drásticamente. Mientras que un banquero central ve las tasas de referencia en el 5,625% otro las sitúa en el 3,125%.
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La próxima decisión de la Fed sobre los tipos de interés se conocerá el próximo 1 de febrero. Los inversores dan una probabilidad de casi el 70% a que el aumento de las tasas sea de 25 puntos básicos, según recoge Refinitiv.
También es lo que esperan muchas gestoras y casas de análisis, que anticipan que la subida de marzo será de la misma proporción, "hasta un máximo de alrededor del 5% en el primer trimestre", según indican en Lombard Odier.
Datos
Los nuevos datos económicos que se publiquen hasta entonces influirán en el movimiento que ejecute la institución. Este mismo miércoles se ha conocido que las ofertas de trabajo en Estados Unidos se redujeron ligeramente en noviembre, hasta los 10,458 millones, según la encuesta de ofertas de empleo y rotación laboral (JOLTS, por sus siglas en inglés).
El viernes será el turno del informe oficial de empleo de diciembre, que servirá para que inversores y responsables de política monetaria tomen el pulso al mercado laboral de Estados Unidos. En noviembre la tasa de paro se mantuvo en el 3,7%, al encontrarse seis millones de estadounidenses en situación de desempleo.
El IPC de Estados Unidos correspondiente a diciembre se publicará la próxima semana, mientras que la primera estimación del producto interior bruto (PIB) del cuarto trimestre de 2022 verá la luz el 26 de diciembre.