De haber una recesión en la eurozona, esta sería “corta y poco profunda". Esas son las previsiones que este miércoles ha hecho el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante un foro organizado en el marco de la primera jornada del foro Spain Investors Day.

En su papel como miembro del Banco Central Europeo (BCE) ha explicado que las últimas proyecciones de la institución anticipan un empeoramiento de la actividad tanto en el último trimestre de 2022 como en el primero de 2023. “Pero si se produjera una recesión en el área del euro, sería relativamente corta y poco profunda”, ha puntualizado.

Eso es lo dicen las previsiones que en diciembre publicó el BCE y, en opinión de De Cos, “los datos conocidos desde entonces confirman esta narrativa”. Para este ejercicio el instituto emisor espera un crecimiento bajo, del 0,5%, en la eurozona.

Sin embargo, anticipan “una recuperación en la segunda mitad del año” y un crecimiento del 2% el próximo ejercicio, “que es una cifra claramente por encima del potencial del área”.

En su intervención De Cos también ha recordado que el bloque ha sido “una de las economías más afectadas por la guerra de Ucrania debido a su proximidad geográfica y por la importante dependencia de las importaciones de energía y de materias primas”.

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Sin embargo, ha resaltado “cierto grado de resistencia de la economía europea”, que creció, según sus estimaciones, en torno a un 3,5% en 2022.

Según ha explicado, “una parte muy importante de esta resilencia se ha concentrado en el mercado de trabajo”, como demuestra que la tasa de paro de la eurozona se situase en mínimos históricos del 6,5% en noviembre.

Inflación

Otros factores, tienen que ver con “un cambio en los mercados energéticos, una corrección importante de los precios del gas”, además de con “unas temperaturas muy suaves en invierno y las medidas adoptadas por los distintos países” para aislar los efectos de la inflación.

Al respecto de este último elemento, ha defendido que “la política fiscal debe jugar un papel”, pero que “las medidas deben ser de carácter temporal y limitadas a los colectivos más vulnerables”.

Asimismo, ha recordado que “el fuerte repunte de la inflación en 2022 está muy condicionado por el aumento de los precios de la energía y de los alimentos, a los que se han añadido otros factores como las disrupcciones de las cadenas de suministros, pero también otros relacionados con la demanda con la reapertura de la economía tras la pandemia”. Y también, ha resaltado, “con la deprecación del euro”.

Respecto a las previsiones que el BCE maneja sobre la situación de los precios, De Cos ha recordado que en 2025 la inflación se situará en el 2,3%, es decir, por encima del 2% fijado como meta por la institución. En cualquier caso, ha defendido, “las expectativas de inflación en el medio plazo siguen ancladas en el 2%.



“Todas estas previsiones están sujetas a una enorme incertidumbre, esto afecta a nuestra capacidad de prever. Y si uno calcula los errores que hemos tenido en el último año han sido muy importantes, pero plenamente justificados”.

Tipos de interés

De Cos, que ha reconocido que le BCE ha cometido errores en sus previsiones “pero plenamente justificados”, ha subrayado que el banco central elevó los tipos de interés 250 puntos básicos en 2022, “la velocidad de normalización más rápida desde su creación”.

Los miembros de su Consejo de Gobierno prevén seguir incrementando significativamente los tipos de interés en las próximas reuniones, hasta alanzar niveles restrictivos para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo”.

Tras ese mensaje, “el mercado ha aumentado el tipo terminal [en el que el BCE dejará de subir los tipos] en 30 puntos básicos, hasta el entorno del 3,4%, que equivale a un tipo de interés de la facilidad de depósito algo inferior”.

Por ello, ha insistido en que cuanto más confíen los ciudadanos en que el BCE hará lo necesario para controlar los precios, será más sencillo el proceso de ajuste”.

Más salidas a bolsa

En el foro también ha participado el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, quien ha insistido en que las economías europeas, también la española “afrontan dos retos en materia de financiación”.

En su opinión, en este contexto “los elementos deberían estar servidos para una reactivación del mercado de fondos propios, el mercado bursátil”. En este sentido, ha descado que el mercado español "debe crecer", ya que "necesitamos más empresas cotizadas en relación al tamaño de nuestra economía".

El presidente del regulador nacional ha valorado la llegada de empresas a BME Growth. Sin embargo, ha advertido de que esto “no es suficiente”. “Necesitamos más empresas en bolsa”, ha reiterado.

En este ámbito, el regulador se enfrenta a “un difícil equilibrio: moderar los requisitos de acceso al mercado pero a la vez ser exigente en el cumplimiento de algunos aspectos clave que determinan los objetivos fundacionales de la regulación financiera”.

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Así, "existen algunos aspectos donde la regulación no debe relajarse”. En este apartado ha incluido la protección del inversores, la lucha contra los abusos de mercado, los elementos de información sobre sostenibilidad.

En su intervención también ha resaltado el papel del buen gobierno corporativo, “herramienta principal que ha de velar por los intereses de todos los accionistas, especialmente los minoritarios”.

Según ha informado, en las próximas semanas, la CNMV publicará la versión definitiva del código de buenas prácticas de los inversores institucionales, el llamado Stewardship Code, que con carácter voluntario y bajo el principio de “cumplir y explicar”, permita fomentar la implicación a largo plazo de los accionistas en las compañías cotizadas.