Quizá los tipos de interés ya hayan tocado techo. Entre las razones que han dado los miembros del Banco Central Europeo (BCE) a favor de no elevar más las tasas de referencia es que el endurecimiento de la política monetaria actúa con cierto retraso, por lo que, aunque no haya más subidas, la escalada continuará afectando a la economía. En España su efecto se notará hasta 2025, aunque será limitado.
Tal y como explica Leticia Poole, profesora de Economía de la Universidad Europea de Valencia, “la subida de los tipos que hemos experimentado desde verano de 2022 [de 450 puntos básicos] tiene por objetivo controlar la inflación, pero también tiene un efecto de contención del Producto Interior Bruto (PIB)”. El impacto suele notarse con un retraso de entre 12 y 24 meses.
“La subida de tipos presenta un nuevo escenario para el comportamiento de todos los agentes económicos. Una empresa que antes fácilmente podía utilizar préstamos ahora tiene que utilizar fondos propios”, subraya Poole.
Y lo mismo ocurre con los hogares. El crédito más importante de las familias son las hipotecas y estas se han encarecido con fuerza desde que la institución que preside Christine Lagarde comenzó a elevar el precio del dinero en julio de 2022.
Exactamente, el Euríbor -el índice que se utiliza como referencia en la mayoría de préstamos hipotecarios a tipo variable en España- alcanzó en octubre al 4,160%. Es 1,531 puntos al del mismo mes del año pasado, cuando estaba en el 2,629%.
"El PIB se ve afectado"
“Si se frena el consumo y la inversión, el PIB se ve afectado. Por eso, luchar contra la inflación tiene un coste”, indice la experta de la Universidad Europea. Poole hace referencia a un reciente cálculo del Banco de España en el que la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos apuntaba que se perderán 3,1 puntos de PIB entre 2022 y 2025 a consecuencia del endurecimiento monetario.
Según CaixaBank Research “el aumento de los tipos de interés ya se está empezando a notar, y probablemente será en los próximos trimestres, hasta mediados del año que viene, cuando su impacto sobre el consumo de los hogares podría ser mayor”.
Sin embargo, su efecto podría ser inferior al previsto. Los expertos del servicio de estudio de la entidad hacen referencia a algunos datos que recientemente ha publicado el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y que “muestran un notable crecimiento de la renta de los hogares, superior al 12%, y un repunte de la tasa de ahorro, que se ha situado por encima del 10%”.
Estas cifras “permiten pensar que a nivel agregado los hogares podrán sortear el difícil contexto en el que nos encontramos algo mejor de lo que se esperaba”.
Cambio de la economía
Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, hace hincapié en que la economía española “ha cambiado mucho desde hace quince años [en 2008 los tipos alcanzaron el 4,25%] para acá”.
Uno de esos cambios es que la economía española está ahora “mucho menos endeudada que en el pasado”, subraya Cardoso. A ello se suma una edad media de la población más elevada. Y eso, aunque para otras cuestiones puede ser muy negativo, puede mitigar el efecto de las subidas de los tipos de interés.
Contar con una población más envejecida “ha hecho que los activos financieros vayan aumentando al mismo tiempo que se ha ido reduciendo la deuda”, explica el experto de BBVA Research.
Sucede porque, mayoritariamente, es la población más adulta la que está menos endeudada. A su vez, este segmento de la ciudadanía es el que, de forma generalizada, invierte en activos financieros como las letras del Tesoro o los fondos de renta fija y que se ven beneficiados por la escalada de los tipos de interés.
Por otro lado, y tal y como también indica Cardoso, “la composición del endeudamiento en España es diferente a hace 15 años”, siendo esta más parecida a la del conjunto de la eurozona. Una razón para hacer esta afirmación es que, a pesar de que las hipotecas a tipo variable siguen siendo mayoría, aquellas a tipo fijo han ido ganado espacio, al representar “alrededor de un 80% de las operaciones hipotecarias realizadas en los últimos tres años.
Los expertos de BBVA Research consideraban en junio que la subida del Euríbor reduciría el consumo alrededor de un punto porcentual en 2023. Pero ese impacto puede “no estar reflejando que [la española] es una economía bastante fuerte”, indica Cardoso.