La inflación de la eurozona bajó dos décimas en marzo hasta situarse en el 2,4% gracias a la caída de los precios de la energía y a la desaceleración de los alimentos, mientras que los servicios se mantienen en niveles altos, según las cifras definitivas publicadas este miércoles por Eurostat. Hace un año, el nivel de precios se situaba en el 6,9%.
En el conjunto de la Unión Europea, la inflación interanual también bajó del 2,8% registrado en febrero al 2,6% en marzo. Un año antes, la tasa era del 8,3%.
Estas cifras confirman que el nivel de precios en la eurozona se acerca al objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo (BCE), que equivale a la estabilidad de precios. La nueva bajada despeja el camino para una primera bajada de los tipos de interés en la próxima reunión del Consejo de Gobierno, que está programada para el 6 de junio.
De hecho, la inflación subyacente -que excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco, los elementos más volátiles- también se redujo desde el 3,1% en febrero hasta el 2,9% en marzo. Este es un indicador estructural clave para el Banco Central Europeo a la hora de decidir sobre los tipos de interés.
En contraste con la tónica general en la eurozona, en España el índice de precios armonizado subió del 2,9% en febrero al 3,3% en marzo. El diferencial de inflación entre nuestro país y el promedio de la eurozona se acerca ya a un punto porcentual, lo que supone una pérdida de competitividad de la economía española.
En marzo, las tasas más bajas de inflación se registraron en Lituania (0,4%), Finlandia (0,6%) y Dinamarca (0,8%). En el extremo contrario de la clasificación, los Estados miembros donde el nivel de precios está más descontrolado son Rumanía (6,7%), Croacia (4,9%), Estonia y Austria (ambos 4,1%).
El mes pasado, la mayor contribución a la tasa de inflación anual de la eurozona provino de los servicios (+1,76 puntos porcentuales), seguidos de alimentos, alcohol y tabaco (+0,53), bienes industriales no energéticos (+0,30) y energía (-0,16 puntos porcentuales).
La presidenta Christine Lagarde ha repetido esta semana que, salvo "perturbaciones importantes", el BCE empezará a bajar los tipos pronto. "Estamos observando un proceso desinflacionario que avanza según nuestras expectativas", dijo en una entrevista en la CNBC.
Lagarde explicó que el BCE seguirá "muy de cerca" la evolución de los precios del petróleo ante el riesgo de una escalada del conflicto en Oriente Próximo. No obstante, también destacó que, desde el ataque sin precedentes de Irán contra Israel durante el fin de semana, la reacción del precio del petróleo ha sido "relativamente moderada".
Por su parte, el gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau, ha dicho este martes que, "salvo shocks o sorpresas importantes, deberíamos decidir sobre un primer recorte de tipos en nuestra próxima reunión el 6 de junio".
Villeroy de Galhau asegura que "tendrá que haber más reducciones este año y el próximo", cuyo ritmo "estará guiado por los datos" y se decidirá "reunión a reunión".
"No tenemos el mismo ciclo económico que Estados Unidos, con una actividad significativamente menos dinámica: por lo tanto, la flexibilización gradual de nuestra política monetaria es más obvia, aunque no deberíamos ser complacientes", alega el gobernador del Banco de Francia.