En concreto, y según las estadísticas de LSEG, las posibilidades que el mercado da a esa reducción rozan el 93%. El jueves, antes de que se conociera el último dato del Índice de Precios al Consumo (IPC) eran del 70%. Hace un mes, este mismo porcentaje era del 45%.

Tal y como publicó la Oficina de Estadísticas Laborales, el IPC de Estados Unidos bajó tres décimas el mes pasado, hasta el 3%.

La inflación subyacente -que excluye energía y alimentos frescos- fue del 3,3%, una décima menos que en mayo. La moderación de ambas referencias superó las previsiones.

La publicación del IPC se suma a la del índice de precios de gastos de consumo personal (PCE, en inglés), que es el indicador favorito de la Fed para tomar la temperatura a los precios y que se conoció la semana pasada.

La tasa anual del PCE fue del 2,6% en mayo, una décima menos que en abril. La tasa subyacente se redujo dos décimas respecto a abril, al 2,6%.

El optimismo en el mercado respecto a un recorte del precio del dinero se ha elevado, al mismo tiempo que se ha ido moderando la inflación. "A estas alturas, una bajada de tipos en septiembre debería ser trato cerrado", apuntan los estrategas de mercados de Lazard.

En la firma ponen de manifiesto que la tasa general de inflación de Estados Unidos fue del 1,1% entre abril y junio, mientras que la subyacente fue del 2,1%, "lo que hace cada vez más evidente que las sorpresas al alza del primer trimestre fueron anómalas".

"El IPC de junio es una continuación de la reciente tendencia a la moderación de la inflación", añaden desde eToro. Así, los últimos datos, "debería aumentar la confianza de los inversores en un recorte de los tipos de la Fed en algún momento de los próximos meses, sobre todo teniendo en cuenta la reciente debilidad del mercado laboral", consideran en la plataforma de inversión.

Ralentización económica

La reducción de la escalada de los precios junto "con la reciente debilidad del mercado laboral" hace "probable" que "la Reserva Federal esté preparando una bajada de tipos", inciden.

Se refieren al informe oficial de empleo, que reveló que la primera potencial mundial generó 206.000 puestos de trabajo en junio, una cifra inferior a los 218.000 creados en mayo. El dato está por debajo de la media de los últimos doce meses, que es de 220.000 nuevos empleos. Además, la tasa de paro subió una décima, hasta el 4,1%.

El informe oficial de empleo se conoció la semana pasada, igual que el índice del sector servicios que elabora el Institute for Supply Management (ISM). El indicador se desplomó cinco puntos en junio, hasta los 48,8. Fue la lectura más baja desde mayo de 2020, poco después del inicio de la pandemia.

"Dada la creciente evidencia de ralentización del crecimiento económico, es hora de que la Reserva Federal vuelva a centrarse en el doble mandato y relaje la política monetaria", subrayan desde Lazard.

Así lo entiende el mercado, que espera que la institución presidida por Jerome Powell baje los tipos de interés en septiembre y que los reduzca, al menos, una vez más antes de que termine el ejercicio.

Si finalmente las previsiones del mercado terminan materializándose, las tasas de referencia se situarían en el rango de entre el 5% y el 5,25% después del verano y finalizarían 2024 entre el 4,75% y el 5%.

Pero la meta estimada por el mercado contrasta con lo anticipado por el también supervisor bancario. Según lo comunicado tras la reunión de junio, los responsables de la política monetaria de Estados Unidos esperan que los tipos de interés acaben el ejercicio en el 5,1%. Es decir, la bajada contemplada para el presente ejercicio es de 25 puntos básicos.

En este sentido, Powell y otros miembros de la Fed han advertido en diversas ocasiones que necesitan más evidencias de que la inflación se modera hacia el 2%, el objetivo marcado por la propia institución, para comenzar a bajar los tipos de interés.