La subida de los salarios negociados en la zona euro alcanzó el 3,55% interanual en el segundo trimestre de 2024, lo que supone una desaceleración respecto del alza del 4,74% en los tres primeros meses de 2024, según reflejan los datos publicados por el Banco Central Europeo (BCE).
De este modo, la subida anual de los salarios negociados en la eurozona entre abril y junio es la menor desde el último trimestre de 2022.
En una entrevista con Europa Press el pasado mes de julio, antes del parón estival, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, apuntaba la relevancia de los datos sobre la evolución de los salarios de cara a la próxima reunión de septiembre, reconociendo que es algo a lo que la entidad presta "especial atención" como consecuencia del impacto que pueden tener en la inflación de servicios.
En esta línea, Morgan Stanley afirma que "creemos que el primer trimestre ha sido probablemente el punto álgido de los salarios negociados en la zona euro".
Y añade que "la esperada ralentización del impulso de la remuneración por asalariado envía una señal importante de que el crecimiento salarial está en vías de desaceleración. En conjunto, creemos que esto proporciona pruebas suficientes para el BCE de que los salarios van por buen camino"
"La caída de los salarios negociados en la eurozona en el segundo trimestre fue más de lo esperado", ha indicado Bert Colijn, economista senior para la eurozona de ING Research, para quien, si bien todavía podría haber sorpresas al alza más adelante en el año, la lectura de crecimiento de los salarios de este jueves "hace que un recorte de septiembre de 25 puntos básicos sea aún más probable".
"La caída de hoy traerá cierto alivio a quienes buscan un ciclo de recortes gradual, ya que el crecimiento salarial negociado del 3,6% interanual está más en línea con unas perspectivas de inflación benignas a medio plazo", añade el experto, avisando de que el crecimiento de los salarios sigue siendo demasiado alto para alcanzar el objetivo de inflación del 2%, dado el débil crecimiento de la productividad.
Perpectivas económicas
De tal modo, el camino hacia la moderación salarial podría estar lleno de obstáculos y la segunda mitad de 2024 aún podría traer algunas sorpresas positivas a medida que los sindicatos -sobre todo en Alemania- continúen exigiendo salarios elevados en las negociaciones.
"Si bien esto es excelente para los consumidores y mejoraría un poco las perspectivas económicas, podría ser una bola curva para el BCE más adelante este año", apunta Colijn. "Pero para septiembre, parece haberse levantado la barrera a otro recorte", apostilla.
De su lado, el Bundesbank, el banco central de Alemania, advertía en la edición de agosto de su boletín mensual de que las reivindicaciones salariales de los sindicatos de cara a las próximas negociaciones "siguen siendo elevadas" y resultaban "especialmente llamativas" en el sector servicios, añadiendo que la elevada disposición a la huelga y la escasez aún generalizada de mano de obra, "hablan a favor de aumentos salariales comparativamente altos en el futuro".
Por otra parte, el Banco Central Europeo (BCE) debatirá en septiembre una posible bajada de los tipos de interés en función de la evolución de los precios este verano, después de que en julio todos los miembros de su Consejo de Gobierno acordaran mantenerlos en el 4,25% porque la inflación "solo está bajando gradualmente".
Evolución de los precios
Según reflejan las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del 18 de julio pasado, publicadas este jueves, la reunión del 12 de septiembre "se consideró ampliamente como un buen momento para reevaluar el nivel de restricción de la política monetaria", lo que abre la puerta a una posible rebaja de tipos.
No obstante, insisten en la necesidad de garantizar que la inflación vuelva al objetivo del 2% y en que mantendrán los tipos de interés "suficientemente restrictivos durante el tiempo que fuera necesario para lograr ese objetivo".
Para la reunión de septiembre, el BCE ya dispondrá de los datos de inflación de julio y agosto, de información de las cuentas nacionales del segundo trimestre, incluida la remuneración por empleado, las ganancias y la productividad así como una actualización de los datos monetarios.
La evolución de los precios hasta julio llevó a los máximos responsables de la política monetaria de la zona del euro a una decisión "cautelosa", que estaba "particularmente justificada" por las incertidumbres sobre la evolución de los salarios, las ganancias, la productividad y la inflación de los servicios.
El Consejo de Gobierno, recogen las actas, "podía permitirse ser paciente y esperar a que hubiera más datos que confirmaran que la desinflación estaba efectivamente encaminada".
Añade que un enfoque "cauteloso" también permitiría al Consejo responder siguiendo una trayectoria más gradual de reducción de las tasas de política monetaria si la inflación era más persistente de lo previsto actualmente.
Los miembros del Consejo destacaron entonces que las expectativas de inflación eran "más frágiles de lo habitual" aunque son conscientes de la necesidad de un "acto de equilibrio", para no dañar indebidamente la economía, manteniendo los tipos en un nivel restrictivo durante demasiado tiempo.