Muchos acostumbran a marcarse objetivos según se acerca el cambio de año. Uno habitual es sacar tiempo para aquello para lo que nunca se consigue. Si es tu caso y lo que buscas es cambiar de trabajo o progresar en tu puesto actual, deberías procurar mejorar en las habilidades blandas que más están demandando las empresas a la hora de contratar.
Estas habilidades blandas, más conocidas quizás por el anglicismo ‘soft skills’, están ganando más importancia conforme avanza la automatización de las empresas y sus mecanismos. Con un futuro a la vista en el que será cada vez más frecuente tener un robot al lado en la oficina o la fábrica, un 40% de los trabajadores españoles cree que su puesto podría acabar en manos de una máquina de aquí a cinco años.
Aquí es donde entran en juego estas destrezas, muy vinculadas con la socialización y, por tanto, difíciles de aprender todavía por los robots y sistemas de inteligencia artificial. Pero, cuidado, también por las personas, ya que según un 38% de los españoles las considera más complicadas de adquirir que incluso las capacidades técnicas más avanzadas, tal y como deja en evidencia un reciente estudio de Udemy.
1. Innovación: es la capacidad de aportar ideas nuevas, desarrolladas de una manera original y que supongan un avance con lo que ya estaba establecido. Es una ventaja tan valiosa para cualquier equipo de trabajo que un 45% de los responsables de aprendizaje y desarrollo de las empresas la señalan como prioritaria.
2. Mentalidad de desarrollo: esta actitud de querer crecer y superarse constantemente es señalada por un 42% de los responsables de organización de recursos humanos. Tiene que ver con la capacidad de gestión del cambio, con el desarrollo de la motivación y la autoestima para mejorar el rendimiento y la productividad, así como para la creación de un entorno de trabajo más amable.
3. Inteligencia emocional: muy relacionada con la anterior, esta habilidad es la que engloba el don de gentes, la empatía y ciertas dotes de comunicación. Los empleados que tienen estas habilidades en su perfil tienen más probabilidades de tener éxito, especialmente en áreas como ventas, servicio al cliente y gestión.
4. Dotes de comunicación: porque una buena idea es mejor si se comunica de la forma correcta. Esta ‘soft skill’ está enfocada a saber destacar los puntos fuertes de cualquier campaña o actividad que se realiza en la empresa y, especialmente, en el propio puesto de trabajo.
5. Narrativa: el ‘storytelling’ es, en conexión con la habilidad anterior, la capacidad de contar una historia de una forma atractiva y diferencial. También implica el saberse apoyar en diferentes recursos audiovisuales para que la audiencia -trabajadores, clientes reales o potenciales, público objetivo…- permanezca enganchada de principio a fin. Es clave para un 40% de los profesionales de la formación de trabajadores.
6. Creatividad: consiste en aportar un toque creativo, original y diferencial en cada acción. Es fundamental para marcar la diferencia con el resto y evitar así que cualquier proyecto caiga en el olvido.
7. Concentración: la capacidad para focalizarse en un trabajo o tarea concreta es muy importante en un contexto en el que las redes sociales, las conversaciones entre compañeros o las aplicaciones de mensajería instantánea suponen una amenaza constante de posible distracción. Está también íntimamente ligada con la gestión del tiempo.
8. Multiculturalismo: la concienciación con el hecho de que en un mundo cada vez más global es frecuente encontrarse en ámbitos con empleados de diferentes nacionalidades, orígenes y circunstancias personales es un punto a favor. Saber trabajar de una manera eficiente entre todos es una ventaja diferencial.
9. Pensamiento crítico: las empresas valoran cada vez más que los empleados tengan la capacidad de analizar, entender y evaluar cada acción corporativa en cada una de sus fases y en cada uno de sus objetivos a conseguir. Cuando se potencia esta habilidad, también se potencia que el trabajador tenga la posibilidad de seguir mejorando y avanzando en su carrera.
10. Liderazgo: la última habilidad de este decálogo, pero no por ello menos importante. En cualquier equipo debe existir la figura de un líder que sea el encargado de llevar a término y con garantías los proyectos o actividades que se encomiendan a ese grupo. Además, ha de fomentar la cohesión entre sus miembros y cierta competitividad colaborativa.