La crisis del coronavirus ha obligado al Gobierno a aparcar la subida de cotizaciones que tenía planeada para principios de este año, tras las subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 950 euros. De esta manera, queda retrasado el incremento de las aportaciones a la Seguridad Social que tienen que hacer las empresas por cada trabajador.
El correspondiente real decreto-ley (RDL) para la subida de las bases de cotización estaba previsto que se aprobara este mismo mes de marzo, tal y como adelantó el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá. Sin embargo, que las empresas cuenten con liquidez para sobrevivir a la crisis que está empezando es prioritario a que la Seguridad Social cuente con ingresos adicionales.
Tal y como indican desde el departamento, “en la ley de bases de cotización se suelen incluir las bases mínimas, que aunque están condicionadas a la subida del SMI, necesitan un norma posterior, como las máximas y las de autónomos”. Es decir, que sin el susodicho RDL no puede haber ningún tipo de subida de las cotizaciones.
De esta manera, la subida del 5% del SMI que se aprobó a principios de esta año no tendrá efecto en las arcas de la Caja Única. Así mismo, el Gobierno tendrá que aplazar su intención de subir las cotizaciones máximas entre un 2% y un 3%, como planeaba hacer.
Otras medidas para lograr liquidez
Así se pretende mejorar y sostener el máximo tiempo posible la liquidez de las empresas. El Ejecutivo maneja más medidas en esta dirección como permitir a autónomos y pymes aplazar el pago de 30.000 euros de impuestos hasta seis meses. También, determinadas empresas, podrán pedir una moratoria para el pago de las cotizaciones.
Por otro lado, la Seguridad Social también se ha preparado para poder prestar servicios sin presencia física, sino con fórmulas telemáticas. El órgano ha habilitado un buzón para trámites urgentes sin autentificación previa.