La negociación entre PSOE y Unidas Podemos a cuenta de la reforma laboral ha indignado a los empresarios. Lo que en la tarde del jueves era una "derogación íntegra" tras un acuerdo alcanzado con Bildu, se convertía entrada la madrugada en una reforma "urgente" de los aspectos más lesivos de la norma aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2012. 

Sin embargo, el daño está hecho. En un duro comunicado, CEOE y Cepyme han tildado ese pacto de "irresponsabilidad mayúscula" y ha advertido que "tendrá unas consecuencias negativas incalculables para la economía española".

"Este pacto supone un desprecio indignante al diálogo social, al que dinamita; al papel que la propia Constitución otorga a los agentes sociales y, en este sentido, a las propias instituciones del Estado en el momento más delicado de la economía española", han lamentado las patronales.

El cambio de rumbo de Pedro Sánchez ha desorientado a los empresarios, aunque en el entorno de la patronal se respiró con algo de alivio con la marcha atrás efectuada por el Gobierno. 

Hasta los sindicatos, que también son partidarios de introducir modificaciones, insistían a última hora de la noche en que era una locura hacer todo de espaldas a las conversaciones entre patronal y sindicatos. 

“El Diálogo Social tiene que jugar un papel muy importante y hay que defenderlo”, indicaba Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en declaraciones a Onda Cero.

“La derogación de la reforma laboral implica que hay que trabajar en una legislación alternativa, porque además habrá que derogar cosas de la reforma de 2010”, que ejecutó José Luis Rodríguez Zapatero ya en plena Gran Recesión. “La idea no puede ser volver a lo de antes, sino generar una nueva fórmula”, sentenciaba el sindicalista.

Los secretarios generales de UGT, Pepe Álvarez, y de CCOO, Unai Sordo. Efe

Por otro lado, aunque Sordo juzga positivo el acuerdo con Bildu, alerta de que son necesarias también más fuerzas políticas para que la ‘contrarreforma laboral’ salga adelante.

Se trata de un punto de vista que también comparte José María Álvarez, secretario general de la Unión General de Trajadores (UGT). “Estamos ante una declaración política que tiene mucho valor”, pero que todavía tienen que prosperar. “La tenemos que valorar de manera positiva aunque no hayamos sido consultados previamente”, ha dicho.

Eso sí, al igual que Sordo y las empresas, reclama que “la mesa del Diálogo Social sea el lugar donde se trate el proceso y podamos poner negro sobre blanco los cambios”.

Negociación de los ERTE

Patronal y sindicatos llevan semanas negociando con el Ejecutivo medidas de flexibilidad en el ámbito laboral para garantizar la subsistencia de miles de

empresas y millones de empleos, como han recordado CEOE y Cepyme. De mantenerse ese acuerdo, tumbaría esas conversaciones que han permitido no mandar al paro a unos cuatro millones de empleados afectados por los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

"Se echarán por tierra todos los esfuerzos realizados para, a través de los

ERTE lograr hibernar las plantillas y salvaguardar millones de puestos de trabajo", advierten las patronales que presiden Antonio Garamendi y Gerardo Cuerva.

Además, la patronal ha recordado al Gobierno que lo pactado con EH Bildu "desoye también las recomendaciones emitidas este miércoles por la Comisión Europea, en las que plantea la necesidad de fundamentar la recuperación a medio plazo en medidas de apoyo al empleo".

Planes

Hasta ahora, el Gobierno había dibujado sus planes para derogar la derogación de la reforma laboral, su propia ‘contrarreforma’, en el programa de Gobierno. Parte de su contenido ya se ha cumplido, como la supresión del despido por absentismo causado por bajas por enfermedad.

El plan del Gobierno era y es (sobre todo después de que la coalición diera marcha atrás en gran parte del contenido pactado con Bildu) ejecutar la derogación en tres fases.

Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.

En la primera, se suprimirían lo que se han venido llamando los “aspectos más lesivos” de la reforma del PP, algo que se hará de forma urgente según el acuerdo 'corregido' con Bildu. Así, el plan de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pasaría por recuperar la ultraactividad de los convenios colectivos y la preeminencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa.

A corto plazo, también se pondrían nuevos límites al uso que hacen las empresas de la subcontratación, aunque esto no forma parte del acuerdo parlamentario con los vascos.

En una segunda fase, Díaz tiene la intención de formular una importante reforma del despido. Según Trabajo, hasta que comenzó la crisis del coronavirus, la idea no era tanto incrementar las indemnizaciones por el despido como hacer que fuera más complicado despedir para las empresas.

Finalmente, los retazos que restarían de las normas laborales de Rajoy quedarían sustituidos por una de las medidas estrellas de Pedro Sánchez durante las pasadas elecciones: el ambicioso Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI.

Mesa tripartita

Curiosamente, el acuerdo entre PSOE, Unidas Podemos y Bildu se ha cerrado mientras se celebra la primera reunión de la mesa tripartita formada por patronales, sindicatos y el Ministerio de Trabajo para decidir en qué sectores se ampliarán y cómo los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE) excepcionales, así como sus condiciones.

Representantes de Gobierno, sindicatos y patronales en la mesa tripartita.

En el encuentro se han fijado los criterios de seguimiento, que se basarán en los datos técnicos que se vayan recogiendo sobre el impacto de los ERTE actuales, “que guiarán los trabajos para consensuar un acuerdo respecto a la extensión” de los beneficios para empresas y sindicatos.

La comisión se ha desarrollado en “un clima de mucha cordialidad y de mucho interés por avanzar”, según Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo.

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