Ya han pasado más de 24 horas y todo el sistema informático del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) permanece inoperativo y paralizado por el ataque informático sucedido este martes. Y sin plazos para volver a la actividad.
Sus trabajadores no pueden hacer ninguna gestión relacionada con el desempleo y las prestaciones que reciben millones de españoles. Poco a poco, se van conociendo detalles del virus que ha provocado esta situación, como que se creó sólo unas horas antes de su ofensiva contra los sistemas del SEPE.
Según ha podido saber Invertia, los expertos del Centro Criptológico Nacional, dependiente del CNI, han trasladado al Ministerio de Trabajo que el virus, un delnryuk de última generación y de la familia ransomware, pudo superar la seguridad de los sistemas del SEPE porque se formuló justo antes de que se iniciara el ciberataque. De ahí que no hubiera manera de pararlo en su inicio.
Los piratas informáticos causantes, cuya identidad no se ha desvelado todavía, no han pedido rescate alguno. De ahí que la conclusión de los expertos del Centro Criptológico sea que lo que se ha buscado ha sido diezmar el prestigio que pudiera tener el SEPE, al menos en el campo informático.
Balance de daños
Por otro lado, aunque todavía se está haciendo balance de daños, el principal perjuicio del ataque ha sido el bloqueo y la paralización del sistema informático del SEPE. Es decir, que los piratas no han tenido acceso ni han podido 'robar' información de los servidores.
Además, no se habría perdido ningún dato del sistema informático del SEPE. Entre otras razones, porque siempre se hace un volcado diario de dicha información por razones de seguridad.
Como ya ha contado Invertia, en estos momentos, no se puede hacer ninguna gestión en las oficinas del SEPE, aunque sus trabajadores están atendiendo las citas presenciales de los ciudadanos que se acercan a ellas. En cambio, el sistema telefónico está caído.
Lo que se hará será tramitar estas gestiones cuando el sistema informático vuelva a estar activo, algo que para lo que todavía no hay plazos. Todo esto en un contexto en el que el sistema está desbordado por la situación del mercado laboral y la gestión de las prestaciones relacionadas con los ERTE y otros subsidios.