Se trata de personas que deberían comenzar a recibir una de las prestaciones o subsidios que maneja el SEPE el próximo mes. Pero la gestión del pago no se podrá abordar a tiempo por el retraso acumulado que ha generado la suspensión de actividad de las oficinas de empleo que generó el ataque informático. 

El responsable de Acción Sindical del sector de la Administración General del Estado de FSC-CCOO, Josetxo Gándara, calcula que en los cuatro días en los que el SEPE ha estado paralizado se habrán quedado sin introducir en el sistema unas 300.000 solicitudes de prestaciones y subsidios que se deberían abonar en abril. 

"Hay varias provincias que han podido normalizar la situación, porque ya tenían holgura para ello", asegura. Sin embargo, las regiones más pobladas o perjudicadas por la crisis ya afectadas por retrasos antes del virus (como Madrid, Barcelona, Baleares o las canarias), "difícilmente podrán responder al retraso adicional".

Por ello, Gándara considera que no se podrán gestionar a tiempo (antes de que acabe marzo) unas 150.000 solicitudes de prestaciones. Por lo pronto, según el sindicalista, no hay arreglo para esta situación. De hecho, se muestra muy crítico con el plan de choque que había prometido Gerardo Gutiérrez, director general del SEPE. 

Gerardo Gutiérrez, director del SEPE.

"La plantilla se enteró de él por los medios de comunicación", lamenta. Según explicado, el plan de choque ha consistido en consultar a los trabajadores quién está disponible para hacer horas 'extra' o para trabajar este sábado, el último antes de cerrar las prestaciones de abril. 

Sin embargo, no hay recursos económicos adicionales para ello y la propuesta es solo verbal para una "plantilla agotada". Cabe recordar que las oficinas del SEPE siguen manteniendo un nivel de trabajo un 300% por encima de antes de la pandemia. 

Además, el SEPE está lejos de haberse recuperado del ataque informático que sufrió el pasado 9 de marzo, fecha en la que no tenía en regla todos los certificados de ciberseguridad a los que obliga la ley, como ya contó Invertia. Aunque la actividad en los servicios "más críticos para el ciudadano" ha resucitado, la normalidad no ha llegado aún. 

Gándara explica que, por lo pronto, "todas las conexiones" de los sistemas informáticos del SEPE "con Seguridad Social, Agencia Tributaria, Ministerio de Interior y comunidades autónomas" siguen cerradas. "Sigue habiendo desconfianza en abrir los flujos de información al exterior", por el efecto. De hecho, los empleados de las oficinas de empleo siguen sin poder teletrabajar. 

20% de los PC infectados

El virus entró en los sistemas con Windows como un cuchillo caliente en mantequilla. "Tenemos el orden del 20% de los PC infectados y hay que desinfectarlos uno a uno", informa Gándara. 

El virus que provocó esta situación atacó el pasado 9 de marzo los sistemas informáticos del SEPE sufrieron un ciberasalto que se ejecutó con un 'delnryuk' de última generación, un virus 'ransomware' diseñado para robar información y luego pedir un 'rescate' por ella.

Aunque la 'ciberarma' se diseñó solo unas horas antes de iniciarse el asalto al SEPE, no se habría producido ningún tipo de secuestro de datos ni tampoco se habría pedido ningún rescate. El interés de los atacantes habría sido dejar mal los escudos informáticos de la institución.