En 2019, se produjeron 27 millones de bajas en Seguridad Social y uno de cada cinco de estas relaciones laborales extinguidas tuvieron la duración de un día. Y más de un tercio duraron solo cinco días. Es decir, que es frecuente que dar de baja al trabajador durante el fin de semana. El Gobierno pondrá límites a esta situación aumentando y rediseñando los desincentivos a los contratos de corta duración, aunque no se contempla multar por ello.
Así lo ha indicado José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que no ha dado pistas sobre cuáles serán estos desincentivos, aunque ha aclarado que, obviamente, serán superiores a los que hay hoy en día.
De hecho, la penalización para empresarios que abusen de los contratos de corta duración está en un incremento de las cotizaciones de un 40%. Pero está claro "que no funciona", según ha indicado Escrivá.
Incremento
Por ello, la apuesta que manejan, aunque no es definitiva, es que el incremento de la cotización sea progresivo. Es decir, que aumente en tanto en cuanto el empresario insista en mantener los contratos de corta duración. Sin embargo, ha insistido en que todavía se están diseñando el 'desincentivo'-
Escrivá ha abordado estas cuestiones durante la presentación de las reformas incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y que tienen que ver con Seguridad Social.
Además, ha avanzado este martes que el número de personas en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) bajará de los 600.000 esta semana "por cómo van las cifras".
El número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) se situó a 29 de abril en 638.283 personas, lo que supuso 36.621 trabajadores menos que en marzo en la serie revisada y 105.345 menos en función de la fecha de notificación, según informó el Ministerio recientemente.
Según Escrivá, cuando se mira la estructura, las personas que están en ERTE están muy concentradas en sectores cuya recuperación a va a ser "muy fuerte" en los próximos meses "con toda seguridad".
"Hablamos de restauración, comidas y bebidas y actividades de alojamiento, que son la mitad de esos 600.000 ERTE, pero es cierto que en algunas partes de estos sectores podría ocurrir que haya cambios en la estructura de la demanda y se ponga de manifiesto la necesidad de algún tipo de ajuste y ahí podremos tener una oportunidad de aplicar el mecanismo de flexibilidad interna para las empresas", ha resaltado Escrivá.
Para el ministro, "es perentorio disponer de un mecanismo permanente que permita a las empresas adaptarse a las caídas transitorias de actividad sin recurrir a los despidos, que impulse la formación y facilite la transición de los trabajadores afectados por los procesos de cambio estructural". Cabe recordar que dicho mecanismo está previsto en el Plan de Recuperación.
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