Los convenios y otras claves de la guerra entre Yolanda Díaz y Nadia Calviño por la reforma laboral
La derogación de los 'aspectos más lesivos' marcan la parte central del enfrentamiento entre ambas vicepresidentas.
27 octubre, 2021 05:30Guerra, disputa, combate, batalla, pulso... La reforma laboral y el liderazgo de las negociaciones con los agentes sociales han abierto una brecha en el Gobierno de coalición, especialmente entre las vicepresidentas Nadia Calviño y Yolanda Díaz. ¿Pero, cuáles son las claves de este enfrentamiento?
Más allá de aspectos políticos, la derogación, o no, de lo que se ha venido a llamar los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012, la que aplicó el Partido Popular con Mariano Rajoy al frente, concentra las claves del enfrentamiento.
Calviño, al frente de Economía, quiere que la CEOE se sume a un eventual acuerdo social (carro al que ya se han subido los sindicatos), pero el pacto no sería posible si se aplican las normas que pretende Trabajo, derogando aspectos de la 'antigua' reforma laboral.
La patronal se opone a que se aplique la ultraactividad a los convenios colectivos y que se recupere la primacía del convenio sectorial sobre el de empresa. Los empresarios consideran que esto restaría flexibilidad en la toma de decisiones en un momento con tanta incertidumbre económica como el actual. Algo en lo que está de acuerdo el Banco de España.
Díaz también ha propuesto una importante reforma de la subcontratación, con el fin de limitar el uso de esta modalidad por parte de las empresas (lo cual conduce, a su vez, a un incremento de la contratación temporal) cuando no hay causas objetivas.
Pacto de Gobierno
Todo esto está incluido en el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Unidas Podemos, así como la limitación de la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa y la revisión del mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos, orientándose al descuelgue salarial vinculado a causas económicas graves.
A pesar de que la derogación de los aspectos citados de la reforma laboral de 2012 pueden parecer ambiciosos, lo cierto es que las principales pretensiones de los sindicatos se han quedado fuera de la negociación. Concretamente, la bajada de la indemnización por despido y la eliminación de la autorización laboral de los despidos colectivos (los expedientes de regulación de empleo), aprobadas hace casi 10 años.
Por ello, Díaz considera irrenunciable la derogación de los aspectos de la reforma laboral que hoy están sobre la mesa, posición que comparten los sindicatos (que anuncian movilizaciones si no se llevan a cabo estas medidas).
De ahí el enfrentamiento que está librando en los últimos días tanto con Calviño como con el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien hace poco más de una semana se había sumado al carro de la derogación de la reforma laboral, en el Congreso del PSOE.
La posición de Sánchez
Un carro del que se bajó solo unos días después, mostrando un apoyo cerrado a vicepresidenta económica, y eludiendo hablar de la derogación de las medidas aprobadas por el PP en 2012. Una cuestión que también ha evitado Calviño en todo momento.
Esta situación ha llevado a la vicepresidenta económica a reclamar la coordinación de la reforma laboral y ha considerado "preliminares" los trabajos realizados en los últimos siete meses. Algo que no ha gustado en el Ministerio de Trabajo, desde donde aseguran que se ha informado "puntualmente" de todos los avances y movimientos que se han realizado en la negociación con los agentes sociales.
De hecho, recuerdan que durante las últimas negociaciones para ampliar los ERTE fueron los representantes del Gobierno ante patronal y sindicatos, y tuvieron que representar los intereses de Seguridad Social en varias reuniones. En este caso, Economía no alzó la voz.
Así las cosas, Economía insiste en tener un papel en las reuniones del Diálogo Social para la reforma laboral, o modernizar el mercado laboral, que es el nombre técnico que reciben estas citas.
Hoja de ruta
Con todo, y por lo pronto, la hoja de ruta del Ministerio de Trabajo no cambia. Este miércoles se celebra la próxima reunión con patronal y sindicatos para la reforma laboral, y ningún ministerio aparte del de Díaz está convocado para la misma.
En las últimas horas Calviño ha querido restar importancia al enfrentamiento con Díaz. De hecho, el martes aseguró que no hay "ningún tipo de inconveniente" en que el Ministerio de Trabajo lidere la mesa de la reforma laboral, aunque ha insistido en la importancia de que haya una "buena coordinación" en el Gobierno ahora que se enfila la "fase decisiva" de la negociación.
Es más: explicó que "no hay ningún tipo de debate" desde el punto de vista de la "sustancia", sino que se está abordando el "método" para lograr el acuerdo.
"Estamos, sobre todo, hablando de la metodología, sobre cómo vamos a organizarnos de aquí a final de año para lograr ese deseado acuerdo", señaló la vicepresidenta.