Los secretarios generales de CCOO, Unai Sordo, y UGT, Pepe Álvarez, han manifestado su opinión acerca de la jornada laboral de cuatro días propuesta por el Gobierno belga. Ambos han coincidido en que la "asignatura" pendiente debe ser la reducción real de la jornada de trabajo y no concentrar las horas de cinco días en cuatro.
UGT ha expresado que "este tipo de medidas en ningún caso favorecen la conciliación, esto supondría un tiempo de trabajo efectivo 10 horas al día al que habría que sumarle el tiempo de desplazamiento y de comida". Además, "este tipo de medidas puede tener un impacto muy negativo para la salud de los trabajadores, tanto en términos de salud física como mental", subrayan desde el sindicato.
También ha defendido que "el gran debate que hay que abrir tiene que ver con la reducción de la jornada laboral y con cómo se distribuye esta, porque solo desde la redistribución de la jornada laboral y una mejor distribución de la misma, podemos avanzar en la mejora de la conciliación, de la calidad de vida de los trabajadores y en la posibilidad de repartir el tiempo de trabajo".
Por su parte, Unai Sordo ha enfatizado la reducción de jornada "pero no una concentración del mismo número de horas", algo que, por otro lado, "ya existe en muchísimos empleos actuales" y en muchas empresas que acomodan los tipos de trabajo de una manera o de otra "en función de realidades muy variables".
A su juicio, el debate tiene que ser la reducción de jornada "en un momento en el que hay un impulso de la tecnología y la digitalización de la economía, en el que se produce más con menos horas de trabajo y es perfectamente asumible una reducción de jornada sin reducción salarial".
Jornada laboral en Bélgica
Cabe recordar que el Gobierno belga llegó a un acuerdo para la reforma del mercado laboral que incluye la posibilidad de concentrar la semana de trabajo en cuatro días o flexibilizar los horarios para “dar más libertad a los trabajadores”, dijo el primer ministro belga, Alexander De Croo.
El comité ministerial que reúne a De Croo y a sus vice primeros ministros alcanzó esta madrugada el acuerdo, que persigue el objetivo de flexibilizar el mercado de trabajo para que Bélgica llegue a una tasa de empleo del 80% de aquí a 2030. Actualmente, la tasa de empleo se sitúa en el 71% en Bélgica, con fuertes disparidades regionales, indicó la cadena pública RTBF.
De Croo explicó en una rueda de prensa que han tenido en cuenta las lecciones aprendidas durante la pandemia, en la que el teletrabajo ha sido obligatorio o ha estado fuertemente recomendado y ha llevado a los empleados a nuevas situaciones de conciliación.
El vice primer ministro y titular de Economía y Empleo, el socialista francófono Pierre-Yves Dermagne, indicó en su perfil en Twitter que el pacto contiene “avances concretos para todos los trabajadores”.