Semana clave para el futuro de la patronal española. Este miércoles se reúnen la junta directiva y el comité ejecutivo para poner en marcha el proceso electoral de la CEOE, dado que la presidencia de Antonio Garamendi cumple el plazo oficial de cuatro años. Unas elecciones que se tendrían que celebrar en la segunda semana de noviembre y para las que el vasco se perfila como el único candidato.
En cualquier caso, esto no está cerrado aún. Garamendi se ha estado moviendo en la últimas semanas, precisamente, para recabar y asegurar apoyos. Unos movimientos que culminarán en la comida que celebrará con los vicepresidentes de su junta directiva este martes.
¿Será Garamendi el único que se postule a presidir la CEOE? Eso parece y no porque hayan faltado movimientos en su contra. Conocida es su mala relación con Josep Sánchez Llibre, presidente de la patronal catalana Foment del Treball. Según cuentan fuentes de los empresarios, sería desde Cataluña desde donde se ha intentado orquestar una candidatura alternativa.
Pero no se habría encontrado a ningún candidato de peso para enfrentarse a Garamendi. Entre los tanteados habría estado incluso Gerardo Cuerva, presidente de Cepyme, quien habría rechazado la oferta.
Esto no significa que no haya disconformidad con Garamendi, sus decisiones o sus políticas. Cabe recordar la división que se produjo dentro de la patronal por el acuerdo con sindicatos y Gobierno en la reforma laboral (pese a que no hubo ningún voto en contra) o en la Ley Rider.
Algunos de los contrarios a Garamendi consideran que, ahora, dada la situación actual en la economía y en la política españolas, es necesario optar por manejar situación manteniendo el estatus quo actual, pero haciendo cambios desde dentro.
Para ello, darán a conocer su incomodidad con algunas de las líneas que ha mantenido Garamendi en estos cuatro años, entre ellas su personalismo y lo poco, dicen, que ha contado con la junta directiva en determinadas decisiones e iniciativas.
¿Candidato sorpresa?
Con todo, estas mismas fuentes no descartan que pueda surgir algún candidato 'por sorpresa'. Recuerdan que no es tan difícil serlo: al fin y al cabo, para presentarse solo es necesario contar con 20 avales, algo que entre los 800 compromisarios que tiene la CEOE no sería muy difícil de conseguir con discreción.
Cabe recordar, sin embargo, que en sus 40 años de historia solo se han celebrado elecciones en dos ocasiones en la CEOE. Es decir, que normalmente solo se ha presentado un candidato, que es elegido por aclamación. Este sería el caso de Garamendi, si se cumplen los pronósticos.
Precisamente, los interrogantes que rodean el futuro de la patronal provocan que determinados asuntos del Diálogo Social estén en el aire o sin negociar. O así lo consideran desde el Gobierno y los sindicatos.
De hecho, tanto en el Ejecutivo como entre los trabajadores dan por hecho que un diálogo para lograr un pacto salarial en torno al AENC no será posible hasta que el proceso electoral en la CEOE termine.
Algo parecido se cree respecto a otras cuestiones, como el estatuto del becario, que estaba prácticamente cerrado y cuya aprobación se esperaba para principios de septiembre.
Por otro lado, sea Garamendi u otro nombre, no son pocos los retos a los que se enfrentará la CEOE antes de terminar el año.
La negociación de la reforma de las pensiones (con cuestiones como el incremento de las cotizaciones máximas y los cambios en el periodo de cómputo), el nuevo salario mínimo interprofesional, las subidas de sueldo que todavía se tienen que acordar en convenio y el pacto de rentas en el que sigue insistiendo el Gobierno serán los primeros asuntos con los que tendrá que lidiar quien acabe siendo el presidente de la patronal. Aunque todo apunta a que tendrá acento vasco.
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