El nuevo sistema de ascensos para funcionarios dentro del Estado (particularmente para llegar a la élite, al nivel A1) ha provocado una guerra entre los empleados públicos. Mientras que los conocidos como altos funcionarios consideran que el nuevo modelo es una "atrocidad" y anuncian movilizaciones contra él, otros colectivos profesionales defienden el cambio y consideran que el modelo de promoción interna que todavía existe obliga a "desatender la actividad laboral" y penaliza "la excelencia en el trabajo".
¿De dónde viene este conflicto? A principios de noviembre, Hacienda acordó con CCOO, CSIF y UGT reformular los procesos de promoción interna dentro del Estado para acceder a la categoría A1 (el olimpo de los funcionarios, por así decirlo), de manera que esta suerte de oposiciones tengan menos temario, consistan en una única prueba y sean tipo test.
Además, para la puntuación final también se tendrá en cuenta la valoración de trabajo desarrollado hasta ahora en la Administración, pero no se aclara quién hará esta valoración.
El cambio ha horrorizado a los trabajadores públicos que ya están en este nivel. "Atrocidad". "Amiguismo". "Clientelismo político". Estas son algunas de las expresiones con las que el presidente de la Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE), Julio Ransés, se refiere al nuevo sistema. "Es un intento claro de acabar con la profesionalización, la cualificación y la independencia del funcionario"
"Tememos que sea el primer envite. Van a tratar de cargarse el grupo A1, que es el que dirige la Administración, y convertirlo en un grupo de elegidos por el Gobierno sin cualificación", ha indicado, en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia, Ransés.
A esto suma que "la valoración del trabajo desarrollado va a ser totalmente subjetiva. Se está introduciendo aleatoriedad y subjetivismo". "Va en contra de los principios de méritos y capacidad".
De hecho, los inspectores de Hacienda ya han avanzado que recurrirán en los tribunales la nueva fórmula de ascensos y celebrarán una concentración frente al Ministerio de Hacienda y Función Pública la próxima semana, el 14 de diciembre.
El cuerpo de funcionarios de élite del Estado, el A1, apoya estas reivindicaciones. La Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración General del Estado (Fedeca) respalda la repulsa al sistema de promoción interna. Para esta organización, "no respeta los principios básicos constitucionales para el acceso a la función pública, como son la igualdad, el mérito y la capacidad".
Según Gobierno y sindicatos, la motivación que ha llevado al nuevo sistema de ascensos es que numerosos procesos de promoción interna quedan vacíos por las dificultades que entrañan. Por ello, otros cuerpos de trabajadores públicos han mostrado su respaldo. Concretamente los del clasificados como A2, que se verían beneficiados por el cambio.
Organizaciones como el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), la Asociación de Diplomados Comerciales del Estado, los Arquitectos Técnicos de Hacienda, la Asociación de Ingenieros Técnicos del Soivre y el Sindicato Estatal de Subinspectores Laborales de Empleo y Seguridad Social apoyan el nuevo modelo de promoción interna.
En un comunicado, recuerdan que a día de hoy estos procesos no encuentran candidatos. "Si el sistema deja desiertas de forma generalizada las plazas convocadas, es un sistema que fracasa en su objetivo de reclutar personal".
Por otro lado, afean que "el sistema de promoción interna actual al subgrupo A1 incentiva a desatender la actividad laboral, y penaliza la excelencia en el trabajo, la experiencia y a las personas con cargas familiares". Por ello, consideran que favorece "desatender la actividad laboral para preparar las pruebas memorísticas".
Añaden que a día de hoy "el sistema ignora información clave para valorar candidatos al no tener en cuenta los méritos y capacidades demostrados en la vida profesional" y "va en contra del modelo de educación actual".
De hecho, en Gestha aseguran no entender el rechazo frontal de los inspectores a la nueva promoción interna. "Solo con los 2.150 funcionarios que conforman este cuerpo actualmente es inviable materialmente reducir las tasas de economía sumergida a la mitad" y comprobar el cumplimiento de los tres nuevos impuestos -a energéticas, banca y grandes fortunas- en 2023.
No es el primer enfrentamiento entre inspectores y técnicos de Hacienda. La propuesta de crear un cuerpo de técnicos superiores de Hacienda a finales de 2020 (que finalmente se descartó) desató otra batalla entre ambos colectivos.