Los infartos y derrames cerebrales son una de las principales causas de siniestralidad laboral en España. En 2022, 303 personas fallecieron por esta causa, tanto en jornada de trabajo como in itinire, en el trayecto de su casa al trabajo o viceversa, según los datos provisionales del Ministerio de Trabajo y Economía Social.
La misma estadística, con las cifras de enero a abril, sitúa ya en 91 los muertos por infarto, derrame cerebral y otras causas estrictamente naturales durante la jornada de trabajo, un 15,2% más que en el mismo periodo de 2022. En números absolutos, se traduce en 12 defunciones más que en los cuatro primeros meses del año pasado.
A esos 91 siniestros mortales, hay que sumar otros seis producidos in itinere, que se mantienen igual que en 2022. En total, 97 personas han muerto en España hasta abril por infartos y derrames cerebrales en el ámbito laboral.
Los sindicatos achacan estas cifras a la falta de prevención de los riesgos psicosociales por parte de las empresas. "Son los menos evaluados", admite el coordinador del Área de Salud Laboral de UGT, José de las Morenas.
El secretario confederal de CCCO de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental, Mariano Sanz, coincide. "En muchos casos, no se hace la evaluación de riesgos psicosociales. Hemos perdido mucha calidad en la prevención de riesgos laborales", precisa.
Estrés y ansiedad
Los infartos y los derrames cerebrales se atribuyen a "causas estrictamente personales", pero Sanz insiste en que detrás hay "condiciones de carácter psicosocial con una incidencia muy importante".
Antes de que se produzcan esos accidentes mortales, hay síntomas de estrés, ansiedad y depresión en los trabajadores que las empresas pasan por alto por falta de actuación, como apuntan desde CCOO y UGT. No obstante, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (Insst) cuenta con documentos técnicos sobre evaluación de riesgos psicosociales.
Para De las Morenas y Sanz, el problema es la falta de "ambición" para aplicar esas medidas, muchas veces motivado por cuestiones de ahorro por parte de las empresas.
Pese a la escasa actuación en la prevención de los riesgos psicosociales, UGT y CCOO citan factores comunes que influyen en los accidentes laborales relacionados con infartos y derrames cerebrales.
Los estilos de mando, los ritmos de trabajo, la sobrecarga, las condiciones de inestabilidad laboral o la conectividad permanente, resultado de la digitalización, suelen estar entre las razones principales.
Los sindicatos también alertan del aumento del consumo de fármacos, entre ellos, ansiolíticos y analgésicos, sobre todo en los servicios y en los sectores sociosanitarios. "Hay condiciones de trabajo muy duras y presión. Existe una causa y efecto muy clara", añade Sanz.
Pasos atrás
CCOO y UGT lamentan el retroceso y la precarización de los últimos años en la prevención de riesgos laborales. Los datos del Ministerio de Trabajo avalan sus preocupaciones.
En 2022, se contabilizaron 826 fallecidos en accidente laboral, un 17,2% más que en 2021. Los accidentes con baja ascendieron a 631.724, un 10,4% más que el año anterior.
En la estadística de enero a abril de este año, con 230 muertos en accidentes de trabajo, ya sea en jornada o in itinere, se observa una caída del 10,9%. Los sindicatos analizan esta cifra con cautela, ya que se compara con un periodo de 2022 en el que los fallecidos aumentaron por el naufragio del buque 'Villa de Pitanxo', en Canadá.
Los accidentes con baja laboral en los cuatro primeros meses de 2022 solo se redujeron un 0,5%, hasta los 193.231, según el Ministerio de Trabajo y Economía Social.
"La siniestralidad tiene que ser tratada como un problema de primera magnitud de orden social y laboral, y abordarlo más allá de los colores políticos", pide De las Morenas.
Sanz reconoce que un accidente mortal representa "un zarpazo para la empresa y un bajón anímico para los trabajadores". El sindicalista de CCOO tampoco oculta su indignación ante los "pasos atrás en materia de prevención laboral", ya que cada año siguen falleciendo trabajadores por "causas perfectamente reconocidas", como las caídas o los golpes.
29 autónomos fallecidos
De los 230 muertos en accidente de trabajo entre enero y abril de 2023, 201 eran asalariados y 29 eran trabajadores por cuenta propia. Los fallecimientos de autónomos se han incrementado un 45% en comparación con el mismo periodo del año anterior, como reflejan los datos del Ministerio de Trabajo.
En los cuatro primeros meses del año, 28 trabajadores por cuenta propia murieron durante su jornada laboral, y otro in itinire.
El secretario general de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), José Luis Perea, también identifica una "falta de cultura preventiva", que en el caso concreto de los trabajadores autónomos se acentúa por la peculiaridad del colectivo y por la ausencia de "políticas de la Administración".
"Son nulas las campañas desde las comunidades autónomas y mínimas a nivel central. Llevamos años quejándonos de la falta de programas", comenta Perea.
Desde ATA, su prioridad es la "sensibilización", aunque admiten que echan en falta "medidas concretas y presupuesto". Más allá de los programas estatales o autonómicos, Perea recuerda a los autónomos que "lo primero es su seguridad" y advierte de que sin ella se "compromete la continuidad del negocio".
Para un colectivo en el que su empresa depende de sus ingresos, la presión y el estrés por llegar a fin de mes también están presentes. "Influyen en los hábitos de trabajo y suponen un daño enorme para la salud. Asumimos hábitos de trabajo que son nocivos y a lo mejor no te da un infarto en el momento, pero sí en seis o en siete años", menciona el secretario general de ATA.
CCOO, UGT y ATA esperan que se cumpla la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo, firmada entre el Gobierno y los agentes sociales en febrero de este año.