Pese a que sindicatos y patronales cerraron un pacto salarial el año pasado, todo lo relativo a las subidas de sueldo sigue en el centro de la actualidad, sobre todo debido a una inflación que no termina de bajar el ritmo. En este contexto, los empresarios reclaman que se rebaje el coste del empleo para poder "revisar los salarios".
"El principal desequilibrio de la economía española es el desempleo. Es preciso incentivar el empleo, y gravarlo no parece la mejor manera de conseguirlo", ha indicado Andrés Sendagorta, presidente del Instituto de la Empresa Familiar. "No perdamos nunca del radar la productividad, factor clave para mantener nuestra capacidad de competir".
"Revisemos la fiscalidad para conseguir, entre todos, que el salario neto que llega al bolsillo de los trabajadores esté lo más cerca posible del coste bruto que asumen las empresas", ha indicado. "Y revisemos también los salarios, sin más límite que mantener el listón de la competitividad".
Este abordaje de los salarios tiene que ver con los importantes incrementos, recientes, de las cotizaciones que pagan las empresas a la Seguridad Social por sus trabajadores. Unos aumentos que llevarán a que en 2024 la presión fiscal se eleve al 38,6% del PIB.
Por otro lado, ha insistido en que es necesario "incorporar a más ciudadanos a la vida laboral activa, integrarlos en el ciclo virtuoso del empleo de calidad. Del empleo productivo privado, que es el que genera más riqueza para distribuir y cubrir las necesidades públicas, y no del que sólo sirve para maquillar estadísticas".
Con estas palabras, Sendagorta ha inaugurado el XXVI Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que congrega en dos días en Bilbao a más de 600 empresarios. En su intervención, con una mirada a la situación política, ha reclamado "evitar la polarización y apostar por la moderación y el diálogo". "Es vital recuperar y reforzar el sentido de institucionalidad".
En este sentido, ha recordado que "el marco constitucional" ha otorgado "decenios de estabilidad y prosperidad". En el acto también ha participado el Rey Felipe VI quien ha reivindicado el valor de la empresa familiar en la sociedad española.
"Ante la incertidumbre y los desafíos, las empresas siempre deben formar parte de la solución, en cualquier circunstancia y situación".
En este sentido, el monarca ha destacado el rol de la empresa familiar en los núcleos rurales. "Constituyen un auténtico pulmón económico en estos territorios y contribuyen a la verdadera vertebración del país. Su presencia y compromiso son garantía de futuro para muchas personas".
En el acto también ha participado José Luis Escrivá, ministro en funciones de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En ella, ha considerado que las empresas familiares son "un ejemplo de contribución a la resiliencia de la economía".
Ha destacado que este sector ha generado "más de 900.000 empleos netos en tres años". "Y lo ha hecho de la manera más difícil, creciendo hacia el exterior. Todo ello reduciendo la deuda de las empresas. El esfuerzo inversor lo han hecho con autofinanciación".
PERTE
Finalmente, Iñigo Urkullu, lehendakari de País Vasco, ha mostrado su preocupación por el desarrollo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. "Estos fondos llegan a cuentagotas al tejido productivo".
"De los 24.500 millones de euros en subvenciones disponibles para los PERTE, el Gobierno español ha distribuido 6.350 millones en tres años. Sólo el 26%".
Por ello, dado que "el plazo para utilizar estos recursos expira en 2026", plantea "activar, de una vez por todas, a los gobiernos regionales" para repartir los fondos. "Planteo la urgencia de dar forma a los PERTE regionales, para que los fondos europeos dirigidos al tejido productivo se empleen con éxito. De lo contrario, se corre el riesgo de dejar pasar esta oportunidad de futuro".