El Servicio Público de Empleo Estatal es un organismo que tiene diversas funciones, pero que supone la mejor ayuda posible para muchas personas que se encuentran en situación de desempleo y en búsqueda activa de trabajo. Sin embargo, además de para encontrar las mejores ofertas, también puede resultar útil para resolver dudas en torno a cuestiones como el paro

Una de las más frecuentes es si se puede cobrar la prestación que reciben las personas desempleadas a pesar de que la decisión de abandonar nuestro trabajo sea nuestra y no de la empresa. Muchos indicadores muestran que cada vez más personas se plantean dejar sus empleos actuales. Una de las razones más repetidas son los bajos salarios que estos tienen y que les llevan a explorar nuevas oportunidades en el mercado. 

El estrés o la falta de motivación son otras cuestiones que llevan a muchas personas a pedir la baja voluntaria, lo que tradicionalmente conocemos como dimitir. En condiciones normales no se podría pasar a cobrar el paro. Sin embargo, sí existe la posibilidad de encontrar un camino para recibir este dinero a pesar de que el cese haya sido por voluntad propia. Ahora, el SEPE explica en qué casos es legal hacer esto para no cometer un fraude. 

¿Puedo cobrar el paro a pesar de irme yo del trabajo?

Lo primero que aclara el Servicio Público de Empleo Estatal es que si una persona deja el trabajo de forma voluntaria, no hay derecho a cobrar el paro. Así es en la mayoría de situaciones, es lo que dice la ley por norma general. Sin embargo, el SEPE sí aclara que hay una serie de expeciones en las que una persona puede abandonar su puesto y seguir recibiendo este dinero

El paro, concebido como una ayuda económica, está dedicado a aquellas persona que no tienen empleo porque no encuentran trabajo, pero que sí están en búsqueda del mismo. Sin embargo, no incluye a aquellos trabajadores que querían dejar su puesto para cobrar este dinero. A pesar de eso, la Ley del Estatuto de Trabajadores explica cuáles son los casos en los que sí se puede percibir el paro a pesar de que la baja haya sido voluntaria: 

  • Cuando hay retrasos en el pago del salario, ya sea de forma continuada o si la empresa deja dinero a deber al trabajador.



  • Si el dueño de la empresa no lleva a cabo sus obligaciones, salvo casos de fuerza mayor. También cabe la posibilidad de que el empresario no readmita al trabajador tras un proceso judicial por la que esté obligado a hacerlo.



  • La situación geográfica del trabajador, siempre y cuando le obliga a cambiar de residencia.



  • Si las condiciones laborales menoscaban la dignidad del trabajador. Quedan incluidos los cambios de jornada, distribución de trabajo u horario.

Cuando una persona se marcha de su trabajo, se puede deber a multitud de razones. Pero hay que tener en cuenta que si es por voluntad propia, complica muchos asuntos. No solo afecta al desempleo, sino también a la indemnización por dejar la empresa. 

Lógicamente, si el trabajador decide abandonar de forma voluntaria el puesto, no tendrá derecho a cobrar este incentivo económico, pero sí que podrá cobrar el finiquito tras rubricar su firma en el contrato. Este siempre se lleva a cabo cuando un trabajador decide abandonar la empresa en la que se encuentra realizando su función. Cuando se firma el finiquito, en este se incluyen los salarios pendientes, las comisiones por objetivos o el periodo vacacional que no ha disfrutado.