La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) fue la primera en mover ficha y, antes de que el Gobierno les convocara a la mesa de Diálogo Social del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya había expuesto sus propuestas. La patronal reclamaba una subida del 2,9% para 2023 y dos condiciones: indexar los contratos públicos al SMI y una reducción del 20% sobre la cuota empresarial por contingencias comunes para el sector agrario, sumado a los incentivos ya existentes.
Esta bonificación no ha convencido a los sindicatos y se oponen, de entrada, a ceder ante ese requisito. La secretaria confederal de Acción Sindical de CCOO, Mari Cruz Vicente, manifestó su rechazo tras la segunda reunión del Ministerio de Trabajo con los agentes sociales y avisó de que su organización no daría el visto bueno "si no hay un compromiso de este sector por cumplir con los convenios colectivos" y por "cumplir con el SMI en aquellos convenios en los que no se llega".
Las declaraciones de Vicente no han sido del agrado de las patronales sectoriales, que defienden el cumplimiento "a rajatabla" de los convenios colectivos. "Eso es una visión que tienen los sindicatos", denuncia el responsable de Relaciones Laborales de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), Juan José Álvarez, consultado por EL ESPAÑOL-Invertia.
Álvarez asegura que todos los convenios, la mayoría provinciales, están negociados y garantiza que "no hay incumplimiento". "Cada vez hay más exigencias e incremento de costes", señala.
El responsable de Relaciones Laborales de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Andres Góngora, insiste, como Álvarez, en que "los convenios colectivos no se incumplen", al menos en términos generales.
La estadística de convenios colectivos del Ministerio de Trabajo contabilizaba hasta noviembre 46 convenios con efectos económicos en 2023, con cobertura para 388.450 trabajadores.
De esos 46 convenios, 20 eran de empresa y 26 se correspondían con el ámbito superior a la empresa. La subida salarial recogida por convenio en la agricultura alcanzó un 3,96% en noviembre, según los datos de Trabajo.
Compensación y previsión
Góngora defiende que "hay que remunerar el trabajo", por lo que no se opone a la subida del SMI. Sin embargo, precisa que en su sector, marcado por las campañas agrícolas, se necesita "previsión" en todo lo que tenga que ver con los cambios en las condiciones laborales y salariales.
"Sea un 3% o un 5% (la subida), necesitamos tiempo. A un agricultor no se le puede subir de la noche a la mañana. No es tanto el porcentaje como el margen", detalla el portavoz de COAG a este periódico.
En su experiencia, incrementar el SMI "de hoy para hoy" hace "un roto" a los agricultores, porque "los precios ya están negociados". "No podemos improvisar", comenta.
Góngora es partidario de que el SMI se pacte con la condición de las bonificaciones del 20% por contingencias comunes, como propone la CEOE, y recuerda que en las actividades relacionadas con el sector primario "son bastante habituales las deducciones".
En Asaja, no sólo están a favor de esa reducción del 20%, sumada al resto de incentivos del sector, sino que, además, lo ven imprescindible para seguir incrementando el SMI.
"Si no hay compensación, es inasumible. Dentro de una subida, por lo menos que haya compensación", sentencia Álvarez.
Negociación abierta
El Ministerio de Trabajo, la patronal y los sindicatos mantuvieron este lunes su segunda reunión para pactar la subida del SMI de 2024. El encuentro, que duró poco más de una hora, terminó sin acercar posiciones y sin fecha para la próxima convocatoria.
Los sindicatos rechazaron tanto la propuesta de la patronal, ese casi 3% con una cláusula del 1%, como se pactó en el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), como la del Gobierno, del 4%, que a jucio de UGT, "asume la postura" de la CEOE.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró a los medios que el pacto para cerrar la revalorización de esta renta mínima estaba "cerca" y comentó que "las pretensiones" de los agentes sociales "no están muy alejadas".