El mercado laboral ha cambiado mucho en España, y en el mundo, en los últimos años. Una de las influencias que ha llegado para quedarse sin duda es la del teletrabajo. En estos momentos, es fácil afirmar que una de las cosas que nos enseñó la pandemia, y lo que la humanidad tuvo que adaptarse a ella, es que se puede trabajar desde casa. O al menos, una gran parte del tiempo.
De hecho, muchas empresas han incorporado ya los sistemas de teletrabajo y de jornada híbrida a su funcionamiento habitual. Así, pueden ganar en espacio en sus oficinas. Algunas incluso contratan a personas para que directamente trabajen desde su casa, en una modalidad que sería 100% en remoto, algo impensable hace unos años.
Por ello, también muchas personas han decidido buscarse la vida en ese sentido. Y a la hora de emprender, han decido montar su negocio directamente de forma remota. Es el caso de Rebecca Morassutti, la protagonista de una curiosa historia que cuenta el portal especializado Business Insider y que muestra el auge de uno de los puestos de trabajo del presente y del futuro, el de asistente virtual.
¿En qué consiste el trabajo de asistente virtual y cuánto dinero cobran?
La historia de Rebecca es la que han vivido muchas personas. Es la de adentrarse tanto en su trabajo hasta casi perder su vida. Su caso empezó desde muy abajo, entrando como becaria en su empresa y poco a poco fue creciendo dentro hasta llegar a ser directora asociada de una gran multinacional.
Sin embargo, cuando parecía que lo tenía todo, se dio cuenta de que en realidad no tenía lo más importante: una vida. Trabajaba más horas de las que tenía el día hasta poner en riesgo su salud. Por eso, decidió dar un giro radical y buscar un empleo con un horario flexible y que le permitiera trabajar a distancia.
Por ello, montó su propio negocio online venciendo sus propias dudas. En su caso, eligió un empleo que ahora arrasa en algunas partes del mundo como sucede en España, el de asistente virtual. Porque tras buscar negocios online en Google, terminó decidiendo que su futuro podía estar ahí. No fue un paso sencillo porque pasaba de ser la jefa a trabajar para alguien, algo que interpretaba como un paso atrás.
Un buen día decidió romper con todo y comenzó a trabajar de asistente virtual. En tan solo 24 horas consiguió su primer cliente tras proponer un proyecto y así comenzó su andadura, la cual dura ya más de 10 años. Ella fue una de las primeras personas en dar este paso que ahora siguen cada día decenas de trabajadores, sobre todo en España. Ser asistente virtual está de moda y todo porque ofrece salarios muy altos y posibilidad de trabajar en remoto.
Durante un tiempo, combinó ambos empleos para no perder su gran fuente de ingresos sin saber cómo iba a salir su segunda aventura. Poco a poco fue haciendo más clientes y en su primer año terminó ganando 60.000 euros como asistente virtual. No obstante, le costó un tiempo encontrar su propio ritmo, ya que en un primer momento, sus clientes le pedía tener un horario fijo. De esta forma, no cumplía el objetivo de tener flexibilidad a pesar de autónoma y dueña de su propio negocio. Por ello, incluso se sentía un poco engañada.
Solo tres años después de comenzar su aventura se planteó regresar a los horarios fijos y las jornadas prestablecidas. Sin embargo, aguantó y apostó por cambiar un poco su modelo de negocio. Empezó a gestionar su tiempo de otra forma para que la velocidad de ejecución no le llevara a aumentar su carga de trabajo para ganar más dinero. Y empezó a cobrar más por el impacto que era capaz de generar en sus clientes. Si ellos obtenían más ingresos, ella también. Así le pagaban por el valor que le daba a sus clientes y no únicamente por sus horas.
El resultado fue trabajar con menos clientes, echar menos horas, tener más días libres y más flexibilidad sin que sus ingresos dejaran de crecer año tras año. Ahora, trabaja con un cliente durante cinco años de media. Cuando arrancó, su primer cliente le pagaba 1.500 euros al mes. Ahora, una década después, le pagan más de 6.000. Por ello, en estos momentos se embolsa unos 130.000 euros anuales.
Ahora son sus clientes quienes le proponen cobrar más para evitar que se marche con la competencia. Y todo sin aumentar su carga de trabajo, su responsabilidad o sus horas de jornada. Así es cómo funcionan los asistentes virtuales, uno de los trabajos que más de moda se ha puesto en los últimos años y que está en auge en España gracias a la normalización del teletrabajo.