UGT quiere aprovechar el parón electoral para avanzar en la reducción de la jornada laboral con la CEOE

La patronal era la más interesada en que el Ejecutivo, en concreto el Ministerio de Trabajo y Economía Social, se mantuviera al margen de las negociaciones. Ahora, la situación política centrará la atención del Gobierno en otros asuntos y el sindicato dirigido por Pepe Álvarez quiere explotar ese filón para que los empresarios concierten sin presión.

"Las negociaciones con el Gobierno van a ir más lentas de lo que sería previsible en otras circunstancias", admitió Álvarez este jueves. "Ese tiempo es el que deberíamos aprovechar para avanzar en ese acuerdo", animó a los empresarios durante la presentación de un informe sobre la regulación de la jornada en Europa y España.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, en una rueda de prensa el jueves. A. Pérez Meca Europa Press

Las conversaciones para reducir la jornada comenzaron el 25 de enero. Ese día, empresarios y sindicatos decidieron negociar por su cuenta, con una supervisión puntual del Gobierno. En estos tres meses de negociaciones, los avances, al menos públicos, han sido escasos.

Con el Ejecutivo previsiblemente en segundo plano durante los próximos meses, Álvarez ve margen para acercar posiciones en el diálogo bipartito, en el que también están CCOO, en la parte sindical, y Cepyme, en la patronal. Sin embargo, el plazo para ponerse de acuerdo no es indefinido. 

"Quiero dejar claro que hay un tiempo para negociar con la CEOE. Ese tiempo debería producirse antes de las vacaciones de verano", advirtió. Pasado ese periodo, y si los empresarios no aceptan la reducción de jornada, Álvarez defiende cerrar el acuerdo con el Gobierno. 

Pese a las reticencias de la patronal, Álvarez confía en pulir diferencias y conseguir las 38,5 horas semanales en 2024. "Sería altamente positivo trasladarlo al Ministerio de Trabajo", aseguró. 

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En cualquier caso, la composición parlamentaria de esta legislatura tampoco garantiza que el resultado de la negociación vaya a obtener el visto bueno de la Cámara Baja. La inestabilidad parlamentaria, evidenciada ya en varias ocasiones, también pone en alerta a los agentes sociales. Patronal y sindicatos siguen comprometidos con las negociaciones, pero son conscientes de que el Parlamento puede tumbar sus acuerdos. Los agentes sociales quieren garantías de que los meses de trabajo no son en balde. 

"Estamos hablando de un acuerdo con el Gobierno y de la necesidad de que haya una mayoría parlamentaria que le dé soporte. Tenemos que tener un Parlamento con 176 diputados dispuestos a aprobar esa modificación legislativa", recalcó el líder de UGT.

Registro horario en pymes

De las pocas propuestas de la negociación que han trascendido está el refuerzo del registro horario. El control de la jornada es una obligación desde 2019, aunque el resultado no fue el esperado.

Una de las condiciones que Trabajo ha puesto sobre la mesa es mejorar el fichaje. Sin embargo, por el momento, sólo se enfocará en empresas de más de 50 trabajadores.

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CCOO ya avisó en su momento de que esa medida dejaría fuera a la mayor parte de las empresas españolas. UGT también denunció este jueves ese problema.

"Para nosotros, el elemento clave es la pequeña empresa y la mediana. Es decir, donde hay sindicato, se cumple razonablemente con el control horario. Donde no se cumple con el control horario es donde no hay sindicato", señaló Álvarez.

El vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, y uno de los negociadores de la reducción de jornada, cree la intención de Trabajo es empezar con las empresas de más de 50 trabajadores porque "tiene que ver con la facilidad de aplicación". No obstante, defendió que el objetivo del sindicato es que "todas las personas disfruten del derecho a tener un registro fiable".