Cruañas (Asempleo): "La reforma laboral ha reducido los contratos temporales pero no los trabajos temporales"
El presidente de Asempleo cree que España puede llegar al pleno empleo, pero antes debe "hacer los deberes" y reestructurar el modelo productivo.
31 marzo, 2024 03:51La reforma laboral de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, desplegó por completos sus efectos a partir del 1 de abril de 2022, después de tres meses de plazo para su adaptación. España atravesaba entonces la pospandemia y se recuperaba del golpe económico que dejó el coronavirus.
La nueva normativa laboral pretendía acabar con décadas de un modelo laboral con una arraigada temporalidad y un elevado paro juvenil, entre otros cuantos problemas. Dos años después de la entrada en vigor, el presidente de la patronal de empresas de trabajo temporal Asempleo, Andreu Cruañas, analiza en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia el estado del mercado laboral español y los retos de los próximos años.
Hace dos años que entró en vigor, de forma completa, la reforma laboral. Uno de sus objetivos era reducir la temporalidad. ¿Se ha conseguido?
Esta respuesta necesita una matización. Se ha conseguido una reducción de los contratos temporales, que han bajado prácticamente a la mitad, pero esto no quiere decir que haya disminuido la temporalidad en cuanto a los trabajos temporales. La nueva regulación, sin duda, lo que hace es prohibir los contratos de obra o servicio, que eran muy utilizados por la estructura productiva de España, con un componente estacional muy elevado.
También está la dimensión empresarial. Si nos comparamos con Alemania, por ejemplo, donde hay más peso del sector industrial y donde además hay una dimensión de las empresas mayor, nos encontramos con que España necesita trabajos temporales en mayor proporción que otros países.
Ahora bien, dicho esto, no negamos que, hasta la reforma, se estuvieran cubriendo puestos de trabajo que son permanentes con contratos temporales. Esa realidad se daba, pero la reforma no modifica el tejido productivo. La reforma no incide sobre la realidad de las necesidades de las empresas y, por lo tanto, las empresas sí necesitan la flexibilidad y una vía de adaptación que la reforma no les ha dado.
Las empresas siguen demandando una flexibilidad que no tienen y la reforma no está teniendo todavía el desarrollo reglamentario y legislativo necesario. Este es un aspecto muy importante porque las empresas, en general, se quejan de inseguridad jurídica.
Si hacemos la comparación de 2019, para tener una imagen previa a la pandemia y a la reforma laboral, con 2024, ¿cómo ha evolucionado el mercado laboral?
Hay sectores que sí que han llegado a niveles prepandemia. Los ligados al turismo ya han llegado a niveles prepandemia. En los sectores industriales, en muchos casos todavía no. Los que están vinculados al comercio exterior sí, porque se ve en el saldo y el balance exterior. Probablemente sí estemos llegando a los niveles prepandemia en afiliados, por ejemplo, pero no hemos llegado al nivel de horas trabajadas en 2019. Y este es un dato muy significativo, el cómputo total de horas trabajadas.
Esta reforma laboral recuperó el contrato fijo discontinuo, en desuso antes de la nueva normativa. Tras varias peticiones, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, desveló que había 55.300 fijos discontinuos inactivos, con datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). ¿Les concuerda la cifra?
Nos sorprendió que la ministra recurriera a datos de la EPA y no a sus propios datos, de los que tiene el Gobierno. La EPA no deja de ser una encuesta en la que a las personas les preguntan y responden en función de sus últimas dos o tres semanas. En cambio, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) tiene datos fidedignos, sabe cuántas personas están inscritas como desempleadas, cuánto se está pagando de prestación por desempleo... Lo sabe también la Seguridad Social y, por lo tanto, estamos hablando de datos que podrían conocerse con mayor precisión.
Si el contrato fijo discontinuo se ha convertido en el contrato estrella de la reforma laboral, tenemos que abordarlo con seriedad
Hay varios estudios de centros de análisis, como pueden ser Fedea, BBVA Research, Instituto EY-Sagardoy, que comparten el concepto de paro efectivo, que incluye a las personas demandantes de empleo, a aquellas que no están trabajando porque están incluidas en un expediente de regulación de empleo, o aquellas que son fijos discontinuos que están inscritos como desempleados.
Por lo tanto, no podemos considerar a personas fijas discontinuas, que no solamente están inscritas como desempleadas, sino cobrando prestación, como personas que no están desempleadas en este momento. El contrato fijo discontinuo ha venido a sustituir las anteriores situaciones que se producían en la realidad con los contratos temporales.
Yo no hablaría de maquillaje, pero me parece que si el contrato fijo discontinuo se ha convertido en el contrato estrella de la reforma laboral, tenemos que abordarlo con seriedad. Esta falta de información estadística cuesta mucho de entender, pero pensamos que realmente no debemos centrarnos en el debate estadístico, que seguro que es muy interesante y que llegará un momento en el que caerá por su propio peso, sino en las realidades que hay detrás.
Propuestas a Trabajo
Cruañas recuerda que el contrato estrella de la reforma laboral, en alusión al fijo discontinuo, no es ninguna novedad, porque ya existía, aunque muy acotado a la hostelería y la agricultura. Con la reforma laboral, este tipo de contrato adopta una nueva filosofía al reemplazar a los contratos por obra y servicio, con la finalidad de eliminarlos.
"La filosofía viene a decir que una parte significativa de la contratación temporal es recurrente año tras año y, por lo tanto, podría tener cobijo bajo la figura del fijo discontinuo. El fijo discontinuo es un contrato indefinido, pero que puede dar trabajo a una persona solamente una semana al año. Por lo tanto, estaremos ante personas que la propia actividad que antes realizaban con contratos temporales ahora la realizan con contratos fijos discontinuos, pero con muchos contratos fijos discontinuos. Ahí es donde empieza a aparecer una disfunción estadística, porque no permite observar con claridad cómo funciona el mercado de trabajo", avisa el director de Asempleo.
Dos años después de la entrada en vigor de la reforma laboral, Cruañas considera necesario "un mayor desarrollo" del contrato fijo discontinuo, para que las personas "se sientan más protegidas, con mayor cantidad y calidad de trabajo". Además, como presidente de la patronal de empresas de empleo temporal (ETT), pide poder poner a las personas a disposición para posiciones fijas discontinuas en las compañías, ya que, hasta la fecha, sólo pueden hacerlo para posiciones temporales.
Desde Asempleo insisten en que si se les permitiera legalmente esta posibilidad, las ETT podrían "ofrecer una considerable mayor cantidad de trabajo garantizado". "Podemos facilitar ocupaciones desde un mismo contrato fijo discontinuo con una persona (...), podríamos facilitarle un mayor número de ocupaciones durante el año, un mayor número de días trabajados al año", defiende Cruañas.
¿Han trasladado esta propuesta al Ministerio de Trabajo y Economía Social?
Si las empresas nos lo solicitan, nosotros no podemos atenderlo legalmente a día de hoy y, por tanto, el recurso que le queda a las empresas es contratar directamente (...). Esto se lo hemos planteado al Gobierno. De hecho, estuvo sobre la mesa de negociación de la reforma laboral esta necesidad del fijo discontinuo por parte de las empresas. No pudo ser porque hubo que concluir la reforma laboral con prisas, en diciembre de 2021, porque Bruselas introdujo presión por las necesidades del momento.
A sugerencia del Ministerio de Trabajo, hemos continuado esta negociación con los sindicatos más representativos durante un tiempo. Hemos avanzado, pero no se ha concluido nada. Nos estamos encontrando con que el mercado sigue experimentando esas dificultades falta de flexibilidad, inseguridad jurídica y resistencia de las empresas a la contratación indefinida.
Si no hubiera habido ese plazo de Bruselas para presentar la reforma laboral y se hubiera contado con más tiempo para negociar, ¿la normativa habría sido más completa, a su juicio?
Sí, no me cabe ninguna duda. Hay que decir en este caso que CEOE, yo estoy en el Comité Ejecutivo, actuó con una gran responsabilidad. Se hicieron concesiones, se obtuvieron garantías en otros ámbitos... También las organizaciones sindicales se pusieron manos a la obra. Pero digamos que el Ministerio imprimió una velocidad y una prisa, que es cierto que en una parte provenía de Bruselas, que no permitió un diálogo más constructivo.
La prueba es que después ha habido que hablar de toda una serie de cuestiones en otros tipos de diálogos que han fructificado, o no últimamente. Llevamos un tiempo en el que echamos en falta mayores frutos del diálogo social.
Reducción de jornada y despido
La reforma laboral fue el gran logro legislativo de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo durante la pasada legislatura. El Gobierno sacó adelante una nueva norma con el respaldo de la patronal y los sindicatos, y exhibieron una sintonía que se truncó poco después.
En esta nueva legislatura, Díaz tiene su propia agenda: reducir la jornada laboral. Un compromiso que logró arrancar al PSOE, su socio de la coalición, y con el que pretende llevar la jornada máxima legal a 38,5 horas. En ese acuerdo de coalición, también se recoge la modificación del despido, sobre la que el presidente de Asempleo tiene sus propuestas.
También quedó fuera de las negociaciones el despido. Ahora está en el pacto de Gobierno entre PSOE y Sumar, y UGT está esperando la decisión del Comité Europeo de Derechos Sociales (CEDS). ¿Qué pasaría si el CEDS se pronuncia a favor del sindicato?
Hay que decir que fue excluido expresamente de la negociación de la reforma laboral, entre otras cosas, porque tampoco sabíamos cómo iba a funcionar la reforma. Veíamos con claridad que esa reducción de contratos temporales, ese trasvase hacia el fijo discontinuo, ese trasvase al contrato indefinido producían, sin ningún género de dudas, un encarecimiento de los despidos.
El contrato fijo discontinuo, si se extingue por causas objetivas, son 20 días por año trabajado, mientras que con el contrato temporal eran 12, y son 12 para los que todavía subsisten. En causas de improcedencia, obviamente, puede llegar a 33 días.
La indemnización sola, teniendo en cuenta la disminución de la antigüedad, puede ser un espejismo y no servir para casi nada
El planteamiento del CEDS tiene que ver con la protección de la persona trabajadora (...) como la parte más vulnerable de la relación laboral, la que tiene menor capacidad de negociación. En mi opinión, esto se ha de ver desde una perspectiva más amplia que contemple todo.
Por un lado, un tipo de compensación económica por el cese del empleo. Como los contratos están durando cada vez menos, también los indefinidos, incrementar el número de días por año trabajado no aporta una diferencia significativa para la persona trabajadora.
Con lo que están durando los contratos indefinidos, si pasas de 33 días por año trabajado a 45, la persona puede cobrar 400 o 500 euros más en una indemnización. Por lo tanto, ese no es el problema. No digo que no deba abordarse, pero debe abordarse desde una perspectiva más amplia.
Lo que también proponen el CEDS y UGT es que se tengan en cuenta las circunstancias personales del despedido. Me parece lógico, pero hoy ya tiene una plasmación en la prestación por desempleo. En la prestación por desempleo, y a lo mejor también habría que trabajar eso, ya se tienen en cuenta las circunstancias personales, familiares, de edad...
Por lo tanto, también debería abordarse simultáneamente esta cuestión, de manera que no resulte lesivo a las empresas. Si cargamos demasiado el coste sobre la empresa, nos podemos encontrar con que se resienta extraordinariamente o desaparezca.
Ya que queremos hablar de las circunstancias personales y de proteger a la persona trabajadora, tenemos que tener en cuenta la compensación que recibe cuando es despedida y su prestación por desempleo. Ahí también habría que entrar a examinar y a revisar a fondo, porque hoy la prestación puede extenderse hasta dos años.
Hay países, como los nórdicos, que realizan un ejercicio que me parece muy interesante. Sin alterar el total que la persona va a percibir en los dos años a los que tiene derecho de prestación, se da una cantidad mayor al principio de la situación de desempleo y se hace decreciente hacia el final.
No sólo para estimular la búsqueda de empleo, sino para que la persona no tenga un escalón tan brusco entre percibir un salario y percibir la prestación por desempleo. No hay ninguna persona que pase de estar en situación de empleo a desempleo que no se vea obligada a recomponer su vida. Por lo tanto, sería más razonable que se percibiera una mayor cantidad en los primeros meses de la situación de desempleo.
No hay ninguna persona que pase de estar en situación de empleo a desempleo que no se vea obligada a recomponer su vida
Añado una tercera cuestión, que es actuar intensivamente no sólo con las políticas pasivas de empleo, que son las prestaciones, sino simultáneamente con las políticas activas, pero de una manera muy intensiva, con la orientación profesional, con la formación que pueda necesitar después de un análisis de orientación y con acciones muy intensivas de recolocación, de colocación.
Hemos de evitar el deterioro que se produce de las habilidades laborales a partir de perder un empleo, también en cuestiones como el ánimo o la autoconfianza.
Debe abordarse de una manera integral. La indemnización sola, teniendo en cuenta la disminución de la antigüedad, puede ser un espejismo y no servir para casi nada. El trabajador tiene derechos y esto ha de contemplarse, pero se ha de complementar con una reorganización de la prestación por desempleo y con una acción intensiva de las políticas de empleo para hacer que la persona vuelva lo antes posible a la rueda del empleo.
Otro de los acuerdos del Gobierno de coalición es la reducción de la jornada laboral. Desde Asempleo, ¿cómo creéis que debe hacerse?
Para empezar, hemos de poner en perspectiva la propuesta que figura en el acuerdo de Gobierno y tiene una extensión para toda la legislatura. Lo primero que tenemos que ver es cuál es la jornada real media que se está teniendo en España en este momento, que está en torno a las 38 horas.
Después hay que ver que a esa reducción de jornada se ha llegado de una forma muy, muy precisa, muy quirúrgica, a través de la negociación colectiva, a veces de empresa o a veces de sector. Por lo tanto, se ha hecho con pleno acuerdo de los trabajadores y de las empresas, teniendo en cuenta la realidad de cada sector (...). En los convenios que se están firmando este año, se está llegando fácilmente a las 37,5 horas, o acercándose mucho. Donde es posible, se está haciendo.
Llegar a una reducción de jornada en los objetivos para este año no va a plantear tensiones
El problema es cómo mejoras la productividad de todas aquellas actividades en un país netamente orientado a servicios, en el que la presencia de las personas trabajadoras es imprescindible. ¿Cómo incrementas la productividad de una camarera, un camarero, un cocinero o una cocinera? Si le reduces la jornada, ¿va a servir más platos para clientes que los que están sentados en la mesa? ¿Cómo lo haces con el personal de enfermería? ¿Concentra los enfermos en menos horas?
Hay veces que no es posible concentrar la actividad de menos horas porque dependen de una presencialidad y eso vale para todo lo que implica servicios, ya sea de atención a las personas o a las empresas. Todo aquello que implica servicio obliga a una presencialidad donde la productividad no es tan fácil de lograr.
Tampoco hay una fórmula mágica que diga que alguien que trabaja menos horas va a hacer su trabajo más rápido. ¿Qué quiere decir? ¿Qué hasta ahora estaba siendo poco productivo porque tenía más tiempo y se entretenía más? Es lo que estamos diciendo. La productividad se logra, obviamente, con una mejor organización del trabajo y con la introducción de tecnología, pero donde es posible; en otros casos, no.
Nuestra posición es que esto es mejor impulsarlo, pero dirigirlo hacia la negociación colectiva. En esto estamos juntos con los sindicatos. Hay una negociación quizá demasiado tutelada desde el Ministerio. Llegar a una reducción de jornada en los objetivos para este año no va a plantear tensiones, pero avanzar a 32,5 horas al final de la legislatura, con las previsiones de crecimiento que existen en este momento, va a ser bastante más complejo.
Pleno empleo
¿Qué perspectivas hay para el mercado laboral en 2024? ¿Se van a alcanzar y mantener los 21 millones de afiliados? ¿Cuántos parados habrá?
Pensamos que los 21 millones se van a alcanzar y esta Semana Santa se va a incrementar la contratación un 10%, pero incluso puede superar el 12% respecto a 2023. En parte es poco comparable porque que se están aplicando los contratos fijos discontinuos, por lo tanto, hay llamamientos de trabajadores que no provocan nuevos contratos y por lo tanto no lo sabremos por los contratos, sino por las altas de afiliación.
El sector turístico está muy esperanzado. Lo hemos visto en el incremento de reservas hoteleras, en cifras superiores al 6%, y también en la propia encuesta de movimientos turísticos que hace situación estadística que prevé un incremento para este año del 15% de movimiento de viajeros.
La OIT siguió señalando nuestras tasas de desempleo como preocupantes
Todo esto teniendo en cuenta dos factores importantes. Uno: los países emisores de turismo para España están en una situación claramente inferior a la nuestra, en entornos del 0,6%, 0,7%, 0,8% de crecimiento. Habrá que soportar esto más en el turismo doméstico. Dos: tenemos una triste ventaja para este año, que es que otros destinos turísticos que compiten con los destinos españoles están siendo afectados por conflictos bélicos. Por lo tanto, este factor juega también a favor nuestro.
Este tirón que de ahora hasta septiembre, prácticamente octubre, dependerá de que la economía llegue a los 21 millones de afiliados a final de año, sobre todo teniendo en cuenta que las previsiones de crecimiento para España, que incluso están siendo revisadas al alza. Para 2025, hay otras perspectivas no tan halagüeñas, pero siempre, de momento, por encima de la de la eurozona.
En cuanto a la tasa de empleo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe de diciembre, siguió señalando nuestras tasas de desempleo como preocupantes.
Hay en torno de 3 millones de personas que están en situación de desempleo y, en la composición cualitativa, tiene puntos preocupantes, por ejemplo, el desempleo de larga duración, de muy larga duración, de mayores de 52 años y el acceso de los jóvenes al mercado de trabajo. Esto es un problema estructural y, por lo tanto, hay que prestar muchísima atención y volcar ahí las estrategias de empleo y las políticas activas de empleo.
¿España es un país que se puede permitir el pleno empleo o tiene que renunciar a él por su estructura productiva?
No deberíamos renunciar al pleno empleo si hacemos los deberes y reestructuramos nuestra fortaleza competitiva, nuestro modelo productivo, de acuerdo con nuestras ventajas. Somos un país con unas fortalezas naturales de servicios.
Nuestra fortaleza turística ha de reconvertirse, porque no tiene sentido que sigamos con el turismo intensivo de sol y playa de precios bajos, lo cual condiciona un tipo de salario determinado y un empleo menos atractivo para los trabajadores en todos los términos, desde el prestigio hasta la formación (...).
Si reconvertimos el modelo productivo mediante una buena combinación de orientación profesional de mayor calidad, vinculada a las necesidades o a los proyectos de las empresas, con un verdadero estímulo en i+D, en apoyar al desarrollo de las empresas y su internacionalización, alcanzaremos cifras cercanas al pleno empleo.
No deberíamos renunciar al pleno empleo si hacemos los deberes y reestructuramos nuestra fortaleza competitiva
Por supuesto, habrá que trabajar con las personas que estén en situación de desempleo. Yo no veo razonable ninguna cifra de paro, hay que actuar intensivamente. Ahora, es cierto que siempre hay un desempleo que se conoce como desempleo estructural o friccional, pero es cierto que el desempleo actual no es asumible.
Por lo tanto, hay que dedicarse a fondo a eso, a la orientación, a la formación, a movilizar todos los recursos para la intermediación laboral. No puede ser que existan hasta 140.000 vacantes y unos 3 millones de personas desempleadas. Algo estamos haciendo mal.
Hay otro factor que no contamos, que es la fuga de talento, especialmente en aquellas profesiones más cualificadas. Este es un panorama que hay que contemplar en su conjunto.