España cada vez cuenta con menos artesanos para salvaguardar la elaboración de los artículos hechos a mano. El sector de la alta artesanía dio trabajo directo a 208.600 personas en 2022, 4.700 menos que en 2019. En apenas dos años, y con una pandemia de por medio, el país había perdido un 2,2% de empleos en los oficios artesanos.
La reducción de los puestos de trabajo fue acompañada de la desaparición de las empresas dedicadas a estas actividades. En 2022, se contabilizaron 63.100, un 1,3% menos que en 2019, según los últimos datos de la 'Radiografía de la Alta Artesanía en España', elaborada por KPMG para Círculo Fortuny, la asociación española del sector de la alta gama y la excelencia.
Sin embargo, al mismo tiempo que el empleo y las empresas se estancaban, el valor bruto añadido (VAB) de la alta artesanía se situó en los 6.629 millones de euros, un 8,7% por encima del impacto de 2019. Esta diferencia entre el empuje de su aporte económico y su pérdida de mano de obra refleja la "situación de vulnerabilidad y fragilidad" del sector, como explica a EL ESPAÑOL-Invertia el socio responsable del Sector Consumo y Retail de KPMG, Enrique Porta Puy.
"Entre otros motivos, esto se debe a la estructura de su tejido empresarial, compuesto principalmente por microempresas y autónomos. De hecho, el promedio del sector se sitúa históricamente en torno a tres empleados por empresa", apunta Porta Puy.
Tampoco ayuda que muchos de estos negocios artesanos estén arraigados en zonas más rurales, donde "la falta de relevo generacional" es más acusada. A eso se suma, prosigue Porta Puy, "la dificultad de atraer y fidelizar talento, especialmente entre las generaciones más jóvenes".
Con el paso de los años, la dedicación profesional a la artesanía "ha perdido el prestigio social" y eso ha derivado en "una falta de interés en el oficio manual", observa la presidenta del Círculo Fortuny, Xandra Falcó. A pesar de ese alejamiento entre las nuevas generaciones, Falcó defiende que este "puede ser un trabajo estable y a largo plazo para la gente joven".
"La artesanía es un sector muy grande y queremos dar visibilidad a los oficios y al talento, a la alta artesanía, a la gente que lleva décadas en el oficio. Queremos fomentar la creación de escuelas y de talento y ayudar a los maestros artesanos", detalla la presidenta del Círculo Fortuny a EL ESPAÑOL-Invertia.
Falta de vocaciones
Resulta difícil recorrer España sin encontrar artesanía, ya sea marroquinería, mobiliario, calzado, cerámica o alimentación, por citar algunos. El informe de KPMG para Círculo Fortuny identificó 41 zonas de interés nacional, 210 denominaciones de origen protegidas y 143 indicaciones geográficas protegidas.
Sin embargo, no resulta tan sencillo dar con personas que quieran perpetuar el oficio. Falcó habla de "falta de vocaciones entre la gente joven" y reclama más apoyo institucional, tanto para potenciar la alta artesanía como para impulsar los títulos de Formación Profesional enfocados a estas ocupaciones.
El miedo a la desaparición de algunos oficios está latente en el mundo de la artesanía. "La falta de mano de obra es la principal amenaza a la que se enfrenta el sector de la artesanía", reconoce Porta Puy, al tiempo que admite que en el análisis se detectó "una tendencia decreciente en el número de artesanos en España".
Al igual que Falcó, el socio responsable del Sector Consumo y Retail de KPMG señala la formación como una de las claves "para la preservación y crecimiento de la artesanía española", sobre todo de la alta artesanía, con más capacidad de generar valor. "Es crítico para salvaguardar y potenciar el 'hecho a mano en España'", subraya.
No obstante, no sólo se requiere de mano obra para garantizar la transmisión del oficio y su pervivencia. También necesita adaptar la producción a las tendencias, a las demandas del consumidor y a los entornos digitales. La presidenta del Círculo Fortuny admite que existe una cierta brecha, una "desconexión entre el artesano histórico y la parte digital", si bien cada vez "está entrando con más fuerza".
La pandemia ayudó a muchos artesanos a despegar en la parte digital. En un momento de confinamiento e incertidumbre, "esa crisis sirvió de catalizador para el desarrollo digital del sector e impulsó el salto a los canales digitales de numerosos talleres", explica Porta Puy, desde KPMG.
Alta artesanía
Discreto y primoroso, el trabajo artesano cobra forma en talleres muchas veces desconocidos para el consumidor. El arraigo en su entorno permite que este trabajo hecho a mano sea "sostenible y respetuoso", elaborado con "recursos y uso de materiales de cercanía", como detalla el socio responsable del Sector Consumo y Retail de KPMG.
Pero para sobrevivir, "es fundamental que haya viabilidad económica, crear marca y estar en los mercados", puntualiza Falcó. También "actualizarse y no hacer cosas de hace 100 años".
Desde Círculo Fortuny, parte de su contribución son los Premios Maestro Artesano, que este año han reconocido a la Cestería Marcilla, de Albacete, en la categoría de Mejor Trayectoria Artesanal; a The Exvotos, de Sevilla, como Mejor Artista de Vanguardia; y Aitor Martínez, de Pontevedra, como Joven Promesa.
Otra forma de mantener vivo el "saber hacer" de la artesanía es apostar por la "alta artesanía", que en el informe de KPMG destacan "como una aliada clave para las marcas que buscan destacar ante un consumidor global cada vez más consciente, experto y exigente". Falcó lo confirma: "Ese sector de la excelencia se nutre de la alta artesanía y necesita artesanos".