Las cotizaciones se disparan un 20% en sólo cinco años e impulsan los costes laborales de las empresas
Entre 2022 y 2023, coincidiendo con la entrada en vigor del MEI, el coste en cotizaciones obligatorias que pagan los empresarios subió un 7%.
25 junio, 2024 02:03Las cotizaciones sociales aumentan rápidamente, pero no lo suficiente para cubrir los gastos de la Seguridad Social, que sigue siendo deficitaria. En sólo cinco años, las empresas han visto un aumento del 20,15% en las cotizaciones obligatorias que pagan por sus trabajadores, alcanzando un promedio de 740 euros mensuales. Un crecimiento que supera incluso al de los salarios y que impulsa al alza los costes laborales.
El coste laboral medio se situó en 3.009,87 euros al mes en el primer trimestre, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Son casi 500 euros más que en el mismo periodo de 2019, tras un incremento del 18%. Su principal componente es el coste salarial (2.206,06 euros), que ha crecido un 17,58% desde 2019.
Ambos avances, en cualquier caso, son inferiores al experimentado por el segundo componente en peso, las cotizaciones obligatorias, que suponen uno de cada cuatro euros en el coste laboral. Es el concepto que más sube, especialmente desde que en 2023 entrara en vigor el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). Sólo entre 2022 y ese año, el coste en cotizaciones creció un 7%.
Pese a que la crisis inflacionista fruto del fin de la pandemia y la guerra en Ucrania se ha traducido en un aumento sustancial de los salarios en toda Europa —el Banco Central Europeo vigila esta variable con lupa a la hora de decidir sobre política monetaria—, en España, en términos relativos, crece más el coste laboral y por cotizaciones que el de los salarios.
Esto se explica, en buena medida, por las decisiones del Gobierno en el último lustro, cuando ha buscado mejorar la suficiencia del sistema de pensiones y, al tiempo, ha incrementado el gasto en esta partida. Así, las cotizaciones han aumentado año a año y, fruto de la última reforma de José Luis Escrivá, se han establecido nuevos conceptos, como el MEI.
Este último, que no deja de ser otro coste en cotizaciones obligatorias, es un recargo que pagan empleador y empleado para financiar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social, también conocido como hucha de las pensiones. A 31 de mayo, ese fondo alcanzó los 7.022 millones de euros, su nivel más alto desde 2018, y el Gobierno espera que cierre el año por encima de los 9.000 millones.
No obstante, las cuentas de la Seguridad Social siguen sin cuadrar. Los últimos datos del Banco de España, relativos al mes de abril, elevan el endeudamiento de este organismo hasta los 116.170 millones de euros, un 9,4% que en el mismo mes de 2023. Según explica el supervisor, el alza se debe a los préstamos concedidos por el Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social para financiar su desequilibrio presupuestario.
Más subidas a la vista
Con todo, los incrementos en las cotizaciones sociales no terminarán aquí. La reforma de Escrivá incluye un mecanismo de ajuste automático que, en caso de previsiones poco favorables para el sistema, implicará futuras subidas. Además, contempla un destope gradual de las bases máximas de cotización hasta 2050.
Adicionalmente, a partir de 2025, se implementará la cuota de solidaridad, un recargo sobre la parte del salario que excede el tope máximo de cotización. Esta cuota, que comenzará en un 1%, aumentará progresivamente hasta alcanzar el 6% en 2045.
Tanto el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) como el destope de las bases máximas y la cuota de solidaridad rompen con el principio de proporcionalidad contributiva, ya que estas medidas no se traducen en mayores pensiones futuras para los trabajadores que más cotizan.
El MEI busca fortalecer la hucha de las pensiones para hacer frente a la jubilación de los boomers a partir de 2040. El destope, aunque aumenta la pensión futura, lo hace de forma proporcionalmente menor a la contribución. Y la cuota de solidaridad actúa como un impuesto a los salarios más altos sin contraprestación directa en forma de pensión.