El año 2025 llega con una sorpresa para los asalariados. Y la misma llega en forma de recorte. Porque, y al igual que sucedió en 2023 y 2024, los trabajadores verán recortadas sus nóminas. Algo que no será propio de España, sino que también sufrirán otros empleados de países como Suecia, Portugal o Francia, por poner algunos ejemplos.

¿Por qué esta bajada? El 'culpable' tiene nombre propio: pensiones. Y es que, si se mira al futuro, no habría dinero suficiente para pagarlas por lo que, con este medida, se pretende poco a poco ir echando dinero a la hucha de las pensiones.

Por este motivo nació el llamado Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). O, como dicen otros, el ‘impuesto de las pensiones’. Y no será sólo el 1 de enero cuando se aplique. Será así, año tras año, hasta llegar al 2050.

¿Cuál es el objetivo del MEI?

El MEI es un conjunto de medidas pensadas para hacer frente a los retos coyunturales que plantea el sistema de pensiones. Entre todas ellas, cabe destacar la introducción de un nuevo tipo de cotización.

Lo que se pretende es buscar un equilibrio entre jóvenes y la tercera edad. Asimismo, se trata de fortalecer la sostenibilidad de las pensiones a largo plazo. Como característica, afecta tanto a los trabajadores por cuenta ajena como a las empresas que los emplean. Lo mismo sucede con los trabajadores autónomos.

¿Por qué? Porque estamos a las puertas de que la conocida como generación del baby boom (es decir, los nacidos entre los años 60 y 70 del pasado siglo XX) se jubilen. Por tanto, el desembolso de la Seguridad Social para hacer frente a estos pagos será mayor.

Por eso, y para que todo este esfuerzo ‘extra’ no recaiga sólo en las generaciones más jóvenes, lo que se pretende con el MEI es repartir de forma más equilibrada dicho esfuerzo.

¿Cuál será la rebaja en la nómina?

Varía según los años. En 2023 (cuando se aplicó por primera vez), la cotización fue de 0,6 puntos porcentuales y se calculó sobre la base de cotización de contingencias comunes.

El coste estuvo “en torno a 12 euros mensuales para una base reguladora media, y de 6 euros mensuales para el salario de un mileurista”, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. En el caso del mileurista, la resta es de un euro para el trabajador, y de cinco euros para la empresa.

Grupo de trabajadores manteniendo una reunión en modo híbrido. Istock

Pero ese porcentaje dejó de ser de 0,6 puntos porcentuales en 2024 para ser de 0,7 puntos. En este año, el reparto quedó de la siguiente manera: el 0,58 corresponde a la empresa, y el 0,12 al trabajador.

¿Y para 2025? Pues de nuevo va a subir 0,10 puntos. Es decir, que se situará en los 0,80 puntos porcentuales de la nómina de los trabajadores, y se repartirá de la siguiente forma: 0,67 a cargo de la empresa, y 0,13 puntos a cargo del trabajador. Dicho de otra manera, perderá un 0,1% del salario neto.

Por ejemplo, y para un salario de unos 2.000 euros brutos, hablamos de unos 16 euros: 13 euros los asumirá la empresa y tres euros el empleado.

Un incremento que seguirá siendo paulatino hasta el año 2029 cuando se estabilizará en 1,2 puntos porcentuales: 1 corresponderá a la empresa, y 0,2 al trabajador. Y, desde el año 2030 hasta 2050, se mantendrá el mismo porcentaje, con idéntica distribución entre empresario y trabajador. En todo este periodo, la estimación del Gobierno es de recaudar unos 130.000 millones de euros.

Llegados a este punto, conviene hacer mención de un hecho importante: la aportación de cada trabajador a la hucha de las pensiones es diferente. Es decir, que varía en función de su nivel de ingresos.

De ahí que, en 2024, las contribuciones previstas a través del MEI oscilarán entre los 48 y los 428 euros al año. Con este mecanismo, el Fondo de Reserva de la Seguridad Social (la famosa hucha de las pensiones) recibirá 3.702 millones de euros.