Hoy en día podemos ver como conviven las profesiones más antiguas con otras mucho más actuales, en muchos casos relacionadas con la inteligencia artificial. A pesar de existir opciones de todos los tipos, hay algunas de ellas que despiertan un mayor interés que otras, sobre todo en el caso de los trabajos menos frecuentes entre los ciudadanos.
Uno de ellos es el de enterrador o sepulturero, un trabajo que es muy necesario dentro de la sociedad para poder dar una adecuada despedida a un ser querido, pues es quien se encarga de hacerlo de forma respetuosa y permitiendo que sus restos descansen en paz. Más allá de otras curiosidades relacionadas con su profesión, muchos se preguntan cuánto dinero cobra un enterrado en España al mes por desempeñar esta labor.
En este sentido, conviene tener en cuenta que el sueldo de los profesionales depende del municipio para el que trabaje o si se trata de un servicio que se encuentre subcontratado a una empresa privada. Si se trata de una persona a la que le pagan directamente con fondos públicos, la gran parte de las convocatorias de trabajo son parte del grupo C2 de funcionarios, una escala salarial en la que el sueldo base es de unos 696 euros mensuales. Esto se traduce en un total de 8.353,56 euros anuales, a lo que habría que sumar las dos pagas extraordinarias que reciben.
No obstante, a esta cuantía habría que sumar otros complementos y trienios que dependen de la antigüedad, tal y como sucede con el resto de los funcionarios. Si se trata de un profesional que trabaje para una empresa privada, el sueldo mensual alcanzaría los 1.500 euros brutos al mes.
¿Cuáles son las funciones de un sepulturero?
Un enterrador o sepulturero no solo se dedica a enterrar a los fallecidos, sino que tiene que llevar a cabo otras muchas tareas, pues también se encarga de sacar los restos de los cuerpos cuando el periodo de uso de un nicho llega a su fin, ya sea para moverlos a una tumba, para introducirlos en otro nicho, para proceder a su incineración o para que sea parte de las fosas comunes que hay en todos los camposantos de este país.
De hecho, esta suele ser una de las tareas más desconocidas y que más llama la atención a quienes se interesan por este trabajo, pues el contacto con un cadáver no siempre es sencillo y no es apto para todos, puesto que nuestra cultura está rodeada de tabúes con respecto a ello. Además, hay que tener en cuenta que cuando se desentierran los cadáveres pasado un tiempo, no siempre se encuentran los huesos como sucede en las series o películas, sino que es habitual que se hallen cuerpos modificados (sobre todo en zonas secas) e incluso en plena descomposición (cuando se debe desenterrar un cadáver al poco tiempo de ser enterrado por una orden judicial).
Otra de sus labores pasa por la incineración de los cadáveres, un proceso que se lleva a cabo en el crematorio, así como todo aquello que está relacionado con el mantenimiento del cementerio, como llevar a cabo tareas de albañilería en las lápidas y los caminos interiores, labores de limpieza, etcétera.
Requisitos para ser enterrador en España
Una vez conocido el sueldo de un enterrador en España y las funciones que debe afrontar un sepulturero, conviene saber cuáles son los requisitos para poder desempeñar este puesto de trabajo. Aunque es frecuente que se piense en funcionarios del ayuntamiento que corresponda como los encargados de desempeñar esta labor, en los últimos años han ido apareciendo distintos camposantos privados, especialmente enfocados a otras religiones. Esto hace que pueda haber grandes diferencias con respecto a los requisitos exigidos para ello.
En el caso de una empresa privada, el funcionamiento es similar a cualquier otro puesto de trabajo de cualquier empresa, por lo que será suficiente con presentarse a una oferta de trabajo aportando el curriculum vitae y pasando la entrevista que corresponda.
Sin embargo, si se quiere trabajar como enterrador en un cementerio público todo cambia, pues habitualmente se trata de funcionarios, y como tal, habrá que superar unas oposiciones, para lo que se solicitará tener nacionalidad española, ser mayor de 18 años y menos de 65 años y contar con un certificado escolar para entrar como operario, FP1 para hacerlo como oficial y Bachiller si se aspira a trabajar como encargado.
Como sucede con cualquier otra oposición, una vez publicada la convocatoria para la misma, habrá que presentarse y aprobar el examen, sacando suficiente nota como para situarse entre los primeros.
Más allá de los requisitos legalmente exigidos para poder realizar esta labor, es imprescindible tener otras cualidades, siendo una de ellas la de separar muy bien el trabajo de la vida personal, para así afrontar esta labor como otro trabajo cualquiera. De igual modo, en ocasiones los profesionales deben ejercer casi de psicólogos, pues es clave tener mucha empatía con las personas que acuden al entierro o a visitar a sus seres queridos familiares, que están llorando y sufriendo por la pérdida.
Muchos profesionales que desempeñan esta labor aseguran que con el paso del tiempo te acabas inmunizando a estar en escenas llenas de dolor y sufrimiento, si bien hay momentos, sensaciones y personas que, por una u otra razón, acaban clavadas en su interior para siempre.