En el ritmo de vida actual, nos encontramos habitualmente con jornadas interminables y perfeccionismo en el trabajo, lo cual ha llegado a crear un nuevo trastorno laboral, la sisifemia. Este viene provocado por el desequilibrio existente entre la alta demanda de trabajo y la difícil capacidad para poder dar respuesta dentro de la propia jornada de trabajo, llegando a ocasionar un sentimiento patológico entre los trabajadores de no llegar a ser lo suficientemente productivo.
La sisifemia se produce en aquellas ocasiones en las que el trabajador debe hacer frente a una elevada carga de trabajo que lo lleva a sufrir un gran agotamiento tanto mental como físico, además de a tener en su interior la sensación de que no llega a alcanzar la productividad que debería, a pesar de que, de forma objetiva, está realizando una actividad de alto rendimiento.
Cuando estas sensaciones se producen de manera reiterada, provocan una frustración en el trabajador, que siente que no pueden llegar a alcanzar todo aquello que deberían a pesar de que hacen todo lo posible para conseguirlo. Una de las principales consecuencias de esta situación es que se la persona es incapaz de desconectar del trabajo, no solo en el día a día, sino incluso cuando se encuentra disfrutando de un periodo vacacional. En la actualidad, este trastorno psicosocial está cada vez más presente entre los ciudadanos.
Causas y características de la sisifemia
Por lo general, la sisifemia afecta a personas perfeccionistas, es decir, a todas aquellas que son muy meticulosas en el trabajo, que tienen un alto sentido de la responsabilidad y que siempre buscan cumplir con todas sus obligaciones y metas. Es habitual que se trate de trabajadores que no descansan durante la jornada laboral para alcanzar los objetivos exigidos, llegando a afrontar largas jornadas de trabajo e incluso llegar a trabajar más de lo estipulado para poder atender a sus tareas del día a día.
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El desarrollo de este trastorno psicosocial se da cuando, además de tener que hacer frente a una carga excesiva de trabajo, se cuenta con una distribución anómala del día, existiendo una desequilibrada dedicación al ocio, las relaciones sociales o el propio descanso, que son sacrificados, en comparación al trabajo, que es el que copa el mayor protagonismo e importancia dentro de su jornada laboral.
Este trastorno ha sido relacionado por los expertos con la precariedad laboral, con una elevada carga mental, por existir plantillas de trabajadores que son insuficientes para todas las labores que se deben afrontar. De alguna manera, una de las principales causas de la sisifemia es el desequilibrio existente entre la alta demanda de trabajo y una difícil capacidad para dar respuesta dentro de la propia jornada laboral y en condiciones normales.
Asimismo, otra de sus principales características es la de que puede llevar a que los trabajadores padezcan la denominada "dismorfia de productividad", que tiene lugar cuando una persona siente que no está siendo tan productivo como debería, aunque realmente sí lo sea.
¿Cuáles son los trabajos 'sisifémicos'?
Podemos hablar de trabajos "sisifémicos" son aquellos con una alta carga mental, de alta responsabilidad y con una alta premura en su ejecución. Concretamente, podemos hablar de determinadas actividades que lo provocan, como la sanitaria, prensa y comunicación, inteligencia artificial, financiera, consultoría, auditorías, despachos de abogados, universidad, altos niveles de administración, comerciales, machine learning, freelance o actividades autónomas.
Las consecuencias de la sisifemia
La propia autoexigencia que viene dada del alto nivel de responsabilidad y perfeccionismo, que son un rasgo típico de la sisifemia, llega a ser un gran problema cuando se prolonga en el tiempo, provocando así una reducción de la autoestima y la confianza, además de otros problemas de salud, tanto físicos (como hipertensión y cuadros cardíacos) como mentales (estrés crónico y cuadros de depresión).
Estas personas acostumbran a tener que tomar estimulantes como cafeína y/o ansiolíticos para poder llegar a superarla las largas jornadas de trabajo, lo que a su vez ocasiona otros trastornos relacionados con el sueño y/o con los trastornos alimentarios, llegando incluso a hacer más probable que se sufra de obesidad.
Aunque pudiese parecer que a través del teletrabajo se podría poner fin a este problema, la realidad es que esta forma laboral no se libra de este problema, e incluso se agrava más en sus casos, ya que está más predispuesto a alargar las jornadas laborales, al no existir un registro horario, y sin que se pueda llegar a producir esa desconexión digital, ni la desconexión con el trabajo, con todo lo que ello supone. De hecho, es un trastorno que afecta con asiduidad a muchos autónomos y freelance que trabajan desde su propia casa.
A todas las consecuencias mencionadas hay que sumar la de que, en muchos casos, el trabajador acaba renunciando al trabajo, si bien en otros muchos esto no sucede, pero no por el hecho de que no le gustaría hacerlo al profesional, sino por la propia necesidad económica que tiene.
Ante este panorama, es muy necesario prevenir la aparición de la sisifemia, para lo cual es importante tratar de estar muy atentos a los síntomas, que son la angustia y obsesión por el trabajo. Además, para evitarlo sería necesario que la empresa adecúe el volumen de trabajo a la jornada laboral y se evite la carga mental excesiva, así como implementar cambios que permitan al trabajador desempeñar su labor profesional con un control del tiempo laboral.