El ministro español de Economía en funciones, Luis de Guindos, afirmó este domingo que "el sentido común dice que no va a haber multa para España" en la UE por déficit excesivo. De Guindos se manifestó así en declaraciones a los periodistas en la ciudad de Chengdu (centro de China), donde participó este fin de semana en la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20.
En el encuentro del G20, el titular de Economía se reunió con sus homólogos alemán, francés e italiano, que le trasladaron su rechazo a que "se imponga ningún tipo de sanción", según señaló el propio De Guindos, quien añadió "que existen razones de peso que justifican que no haya multa para España ni tampoco para Portugal".
Entre estas razones, el ministro de Economía en funciones citó el "esfuerzo fiscal que se ha realizado", los "problemas de metodología" en el cálculo de la CE y el "esfuerzo que ha realizado España en términos estructurales", así como una inflación negativa.
Semana trascendental
Está previsto que el próximo día 27 el colegio de comisarios de la CE haga una propuesta de sanción a España y Portugal por no haber tomado medidas eficaces para reducir el déficit, así como sobre los nuevos objetivos de déficit en España para 2016 y 2017.
De Guindos también se entrevistó en Chengdu con el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, con quien analizó "la compatibilidad del procedimiento presupuestario de formación de Gobierno con el procedimiento de déficit excesivo", según explicó el ministro a los periodistas.
"La mejor opción para España es continuar reduciendo el déficit público con una senda adecuada y, fundamentalmente, va a depender del mantenimiento del crecimiento económico. Es muy importante que el crecimiento económico de España se mantenga en el entorno del 2,5 %", dijo el titular de Economía.
El ministro español no se pronunció sobre si la CE ampliará o no el plazo para que España cumpla con su objetivo de lograr un déficit inferior al 3 %.
De Guindos pronosticó que el ejercicio 2016 "va a ser más fuerte, con un crecimiento superior de lo que se había proyectado" y anticipó una expansión económica este año "en el entorno del 3 %, concretamente el 2,9 %, y el año que viene una desaceleración".
El 'brexit' suma incertidumbre
Por otra parte, uno de los puntos más importantes en la agenda del grupo fue la influencia en la economía mundial del 'brexit'. Los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales afirmaron que esta decisión británica de abandonar la UE "suma incertidumbre en la economía global", aunque expresaron la esperanza de que el Reino Unido sea "un socio cercano de la Unión Europea".
Las 20 principales economías del mundo destacaron la salida del Reino Unido de la UE como un factor más de inestabilidad global pero aseguraron que el G20 "está bien posicionado para hacer frente a sus consecuencias económicas y financieras".
El documento, leído por el ministro de Finanzas chino Lou Jiwei, también subrayó como otros factores negativos para la economía mundial "los conflictos geopolíticos, el terrorismo y los flujos de refugiados, que complican el entorno económico mundial".
Otros factores de inestabilidad en el panorama global son la fuerte fluctuación de las materias primas y la baja inflación en algunos países, elementos todos ellos que dejan una economía mundial "más débil de lo deseable", en la que "los beneficios del crecimiento deben compartirse mejor" entre distintos gobiernos.
Herramientas comunes
Para hacer frente a todo ello, el G20 reunido en Chengdu se comprometió a usar "todas las herramientas políticas monetarias, fiscales y estructurales, individual y conjuntamente, para lograr la meta de un crecimiento fuerte, sostenible, equilibrado e inclusivo".
"La política monetaria en solitario no puede conducir a un crecimiento equilibrado", advirtió la declaración final, donde se subrayó además que movimientos volátiles y desordenados en las tasas de cambio pueden tener "implicaciones adversas para la estabilidad económica y financiera".
El documento reconoció los problemas de exceso de capacidad en algunos sectores industriales como el acero, "que han causado un impacto negativo en el comercio y los trabajadores", en un momento de crecientes tensiones de mercados siderúrgicos tradicionales como China, EEUU o Reino Unido.
"Es un problema global que requiere respuestas colectivos", aseguró el comunicado, en el que se condenaron en los párrafos finales los recientes atentados terroristas, sin nombrar casos concretos.