Francia se ha convertido en el mejor ejemplo de la pobre recuperación económica que vive la eurozona. El Instituto de Estadísticas del país (INSEE) ha sorprendido a todos los analistas al revisar una décima a la baja el dato del PIB del segundo trimestre del año, lo que significa que su economía se contrajo una décima respecto a los tres primeros meses del año. Esta es la primera vez que la economía francesa registra un trimestre de contracción desde 2013 y se asoma a su primera recesión desde la crisis del euro en 2012 (un país entra en recesión cuando su PIB se contrae dos trimestres consecutivos).

Este descenso de una décima de la economía francesa sería una mera anécdota si no fuese por los componentes que han causado la contracción: la inversión y el consumo de los hogares. La inversión en capital fijo (FBCF) se redujo un 0,2% respecto al primer trimestre del año, con un desempeño todavía peor en las empresas no financieras, que redujeron su inversión un 0,4%. En cuanto al consumo de las familias, cayó un 0,1% entre abril y junio. De esta forma, los dos motores principales de la economía francesa muestran síntomas de claro agotamiento. Unos datos que contrastan con el optimismo económico del Gobierno francés en las estimaciones del Presupuesto que acaban de presentar.

La caída del PIB del 0,1% hubiese sido todavía peor sin las políticas expansivas del Gobierno de François Hollande. El gasto público se incrementó un 0,4% respecto a los tres meses anteriores, lo que fue el principal contrapunto a la debilidad de la demanda privada.

La consecuencia es que el déficit público de Francia se situó en el segundo trimestre en el 3,2% del PIB, y eso que el Gobierno consiguió ingresos extraordinarios de una décima del PIB por la venta de frecuencias de 4G y el aumento del 0,6% en los ingresos por impuestos respecto al primer trimestre. Cifras que complican el objetivo de déficit fijado por la Comisión Europea: Francia no puede sobrepasar el 3,3% de desfase este ejercicio.

¿Recesión?

Si el PIB de Francia repite contracción en el tercer trimestre entrará en recesión técnica. Las previsiones de los analistas anticipan un rebote de la actividad, pero también esperaban que en el segundo trimestre se estancase la economía y la realidad es que se contrajo.

El tercer trimestre está casi agotado, pero no se publicará la primera estimación del PIB hasta el 28 de octubre. Lo que sí se conoce es algunos datos adelantados de los últimos meses, como las encuestas PMI que realiza Markit entre los encargados de las compras de las compañías. Estos indicadores suelen reflejar con notable correlación la evolución de la economía, por lo que son un buen termómetro de la actividad. 

Hoy se ha conocido el PMI manufacturero de septiembre y muestra una nueva contracción de la actividad. El indicador avanzó hasta 49,5, pero sigue por debajo de 50, umbral que separa la expansión de la contracción. Con este son ya siete meses consecutivos de caída de la actividad manufacturera en Francia, cifras que reflejan bien la debilidad de la economía del país.

Pero no todo son noticias negativas. Hoy se ha publicado también el PMI compuesto ha subido en septiembre hasta 53,3 desde 51,9 en agosto y marca su mejor resultado de los últimos 15 meses. Para Jack Kennedy, economista de Markit, "el crecimiento del sector privado se ha fortalecido en el final del tercer trimestre". Esta puede ser la salvación de Francia para evitar la que sería la primera recesión de uno de los grandes países de la eurozona desde la crisis del euro. 

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