La falta de Gobierno con plenos poderes vuelve a limitar el margen de maniobra de España a la hora de defenderse de las sanciones de la UE por incumplir los objetivos de déficit. El Ejecutivo en funciones de Mariano Rajoy se arriesga a un nuevo dictamen negativo de Bruselas en las próximas semanas por enviar unos Presupuestos prorrogados para el año que viene que no respeten la meta del 3,1% pactada con sus socios. Un suspenso que acercaría la amenaza de una multa de 5.000 millones de euros (el 0,5% del PIB español) y dificultaría recuperar hasta 1.300 millones de fondos estructurales que la Comisión pretende congelar.
Al igual que el resto de países de la eurozona, España tiene de plazo hasta el sábado 15 de octubre para remitir a Bruselas su borrador de cuentas públicas para el año 2017. A partir de ahí, la Comisión debe evaluar si los Presupuestos permiten alcanzar los objetivos de déficit y, si no es así, exigir más recortes. Para los casos de Gobierno en funciones como el de Rajoy, las reglas exigen que se remitan unos Presupuestos sin cambio de políticas, es decir, el equivalente a unas cuentas prorrogadas.
El problema para España es que el Ejecutivo comunitario deberá poner nota también a estas cuentas. "Incluso si el Gobierno español envía un presupuesto sin cambio de política, la Comisión tiene que dar su veredicto", ha explicado el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Y, como ya ocurrió el año pasado, el veredicto será indudablemente negativo, puesto que como ha admitido el propio ministro de Economía, Luis de Guindos, la prórroga no permite alcanzar el objetivo del 3,1%. Es decir, España será reincidente en el incumplimiento de las reglas presupuestarias de la UE y tendrá mucho más difícil librarse de las sanciones.
Para evitarlo, los expertos del ministerio de Economía han sopesado durante las últimas semanas no enviar a Bruselas ningún borrador de Presupuestos, según han informado a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de las negociaciones. Es lo que hizo el año pasado el anterior Gobierno portugués del conservador Pedro Passos Coelho, alegando la celebración de elecciones. Pese a varias amenazas, la Comisión nunca llegó a tomar medidas contra Lisboa por incumplir los plazos. Los Presupuestos de Portugal para 2016 no se presentaron hasta enero, una vez constituido el nuevo Gobierno socialista de António Costa.
El Gobierno en funciones de Rajoy consideraba que un expediente de Bruselas por no enviar los Presupuestos a tiempo podría ser un mal menor. La peor opción sería enfrentarse a sanciones reforzadas por enviar unas cuentas prorrogadas que no respetan el Pacto de Estabilidad. Pero el Eurogrupo no le ha dejado alternativa al endurecer las reglas con el fin de que todos los países de la eurozona remitan su borrador fiscal entre el 1 y el 15 de octubre, y evitar así el caos del año pasado.
Guindos ha confirmado este lunes en el Eurogrupo que el Consejo de Ministros aprobará las cuentas prorrogadas el próximo viernes, justo a tiempo para enviarlas a Bruselas. Se trata de una proyección de los Presupuestos de 2016 sin cambios tributarios, actualizando todas las cifras (de ingresos, cotizaciones, carga de intereses o gasto en desempleo) en función de la previsión de crecimiento del 2,3% que maneja el Gobierno para el año que viene. El ministro no ha desvelado qué cifra de déficit piensa incluir en el borrador, aunque ha adelantado que "no estaría muy lejos del 3,1%".
Los cálculos del ministerio de Economía "no van a diferir en absoluto" de los que la Comisión hizo en julio, ha aclarado Guindos este martes. Bruselas vaticinó entonces que, si no se adoptaban más medidas, España registraría un déficit del 3,3% en 2017. Y pidió un esfuerzo estructural adicional del 0,5% tanto ese año como en 2018, es decir, 5.000 millones de euros de ajustes permanentes cada año. Fuentes del ministerio de Economía explican que la cifra final estará más cerca del 3,6%.
Desconfianza sobre las cifras de Guindos
Pero tras los reiterados incumplimientos de los últimos años, los dirigentes de la UE ya no se fían de los números del Gobierno de Mariano Rajoy. "Cerca del 3,1% no es el 3,1%", ha replicado a Guindos el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. Mucho más duro ha sido el propio presidente del Eurogrupo, que ha destacado que las cifras de Madrid sobre déficit siempre son más optimistas que las de Bruselas, pero es la Comisión la que acaba teniendo razón. "Me gustaría que el Gobierno español revisara cuidadosamente sus cifras y sus proyecciones antes de incluirlas en los Presupuestos", ha espetado en la rueda de prensa final del Eurogrupo.
Dijsselbloem da por hecho que Bruselas emitirá un dictamen negativo sobre los presupuestos prorrogados españoles. "Ese veredicto será un mensaje claro para el Gobierno nuevo que llegue porque tienen que restaurar la confianza de la Comisión en las cuentas españolas. Desafortunadamente, el nuevo Gobierno español tendrá que hacer más trabajo con los Presupuestos", ha insistido el político holandés.
Tanto la Comisión como el Eurogrupo esperan que el nuevo Ejecutivo, una vez que se forme, envíe "rápidamente" unas cuentas completas con ajustes adicionales si quiere paralizar las sanciones por déficit excesivo. "Tan pronto como haya un Gobierno con plenos poderes, esperamos unos Presupuestos que contengan todas las medidas necesarias para alcanzar el objetivo del 3,1%", ha explicado Moscovici.
Dijsselbloem apoya la congelación de fondos
El comisario de Asuntos Económicos ha confirmado que en las próximas semanas propondrá congelar parte de los fondos estructurales para España (1.300 millones) como castigo por el desvío del déficit el año pasado. "No tenemos opción, la suspensión es obligatoria", ha señalado Moscovici. Pero ha agregado que podría levantarse si Bruselas considera que España ha aprobado los ajustes adicionales que le exigía la UE.
Por su parte, Dijsselbloem ha criticado las maniobras de la Eurocámara para frenar este castigo a España y Portugal por considerar que ponen en riesgo la credibilidad del Pacto de Estabilidad. "Tenemos acuerdos, reglas y procedimientos y no podemos ignorarlos", ha subrayado. El jefe del Eurogrupo asegura que no es un "gran fan" de las sanciones, pero las ve necesarias como instrumento disuasorio y para preservar la confianza en las reglas presupuestarias de la UE. "¿Creo que las sanciones son muy eficaces? No. ¿Creo que como último recurso debemos tenerlas?. Sí", ha insistido.
Pese a todo, Guindos está convencido de que la UE no congelará las ayudas a España. Alega que el Gobierno en funciones ha puesto en marcha los ajustes que había prometido: reformar el impuesto de sociedades para adelantar el cobro de hasta 8.000 millones de euros y cerrar en julio los Presupuestos de 2016. "España ha cumplido sus dos compromisos y por lo tanto yo estoy confiado en que no haya ningún tipo de consecuencias desde el punto de vista de la congelación de gastos presupuestarios", ha señalado.