El momento en el que el PIB vuelva a los niveles de 2008 habrá quien dé la crisis por concluida finalmente. Ese día tan esperado llegará en el primer semestre del próximo año, así lo anunció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esta semana. El objetivo parece posible, ya que basta con que el PIB aumente un 2,6% hasta el segundo trimestre del año para que se alcance el máximo de producción alcanzado en el segundo trimestre de 2008. Estos datos están corregidos de efectos de calendario y de precios, por lo que, efectivamente, sería el mismo volumen de producción que había antes del estallido de la crisis.
Sin embargo, lo que Rajoy no dijo es que la distribución de la renta ha cambiado, lo que significa que mientras algunos ciudadanos ya han olvidado la crisis, mientras que otros la seguirán sufriendo. Los salarios están todavía lejos del nivel que había en 2008, mientras que los beneficios empresariales y del capital ya están cerca de su nivel más alto.
Los trabajadores han perdido 41.500 millones de euros de masa salarial desde el año 2008, esto es, casi un 8%, según pone de relieve el INE en su cálculo del PIB de rentas (el último dato es del segundo trimestre). El volumen total de los salarios (incluyendo pagos en especie y cotizaciones sociales) alcanzó en 2008 los 560.000 millones de euros, mientras que este año los salarios no llegan a 519.000 millones [dato de 12 meses completos hasta el segundo trimestre, en precios corrientes]. Por lo tanto, es complicado pensar que en el próximo año puedan alcanzarse los niveles de masa salarial previos a la crisis.
Por su parte, los beneficios del capital, medidos como el excedente bruto empresarial (EBE) y las rentas mixtas (renta que procede del trabajo y del capital conjuntamente, como es el caso de los autónomos o los pequeños empresarios) ya están en el entorno de los máximos históricos previos al estallido de la crisis. Bajo este concepto se engloban los resultados conseguidos gracias a la propiedad de los factores de producción, esto es, las ganancias empresariales, de alquileres, intereses o dividendos. Sus beneficios ascienden hasta 464.000 euros frente a los 465.000 que había antes de la crisis.
Pero si algo ha aumentado durante la crisis son los impuestos netos sobre la producción y la importación (una vez descontadas las subvenciones). Desde los máximos previos al estallido de la crisis los impuestos netos han aumentado en más de un 20%, hasta superar los 113.000 millones de euros en el último año. Les ha tocado a los españoles rascarse el bolsillo para solucionar los problemas de déficit del país.
1,6 millones de empleos
Antes de la crisis, la mitad del PIB español procedía del pago de los salarios. En concreto, en 2008 supuso el 50,15% de toda la renta del país. El resto procedía del excedente bruto de explotación y las rentas mixtas, con un 41,68% y de los impuestos sobre la producción y las importaciones, que supusieron un 8,17%, según las cifras del INE.
Actualmente, las rentas salariales aportan menos de la mitad del PIB total, en concreto, son un 47,31% del PIB. Por su parte, el porcentaje que aportan los beneficios del capital asciende hasta el 42,35% y los impuestos netos alcanzan ya el 10,34%.
Estas cifras demuestran que la crisis no se ha acabado para todo el mundo. La caída de las rentas salariales no se ha producido tanto por el descenso del salario medio, sino por la destrucción de puestos de trabajo asalariados. Desde los máximos de ocupación de la crisis se han destruido más de 1.600.000 empleos asalariados, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Pese a la recuperación del mercado laboral de los últimos años, todavía hay un 10% menos de trabajadores de los que había antes del estallido de la crisis.
Se observa que la destrucción de empleo ha sido más intensa que la de las rentas salariales. Una de las causas que explican por qué ha caído más el empleo que los salarios es que al inicio de la crisis se destruyó mucho empleo temporal, que tiene una remuneración menor. Cada empleo destruido tiene el mismo impacto en el número total de ocupados, ya sea un alto directivo o un trabajador raso, sin embargo, su influencia sobre el volumen total de las rentas no es igual, el que cobra más tiene mayor efecto sobre el total. También influye que los salarios altos han aumentado pese al deterioro del mercado de trabajo, lo que ha mitigado la caída de la remuneración de los asalariados.
Una buena noticia
La buena noticia para el conjunto de los trabajadores es que la recuperación de la economía de los últimos tres años está siendo especialmente intensa en masa salarial. Desde finales de 2013, momento en el que la economía española tocó fondo antes de volver a crecer, la masa salarial se ha incrementado en 33.000 millones de euros, un avance cercano al 7%.
En este periodo el PIB se ha incrementado en 70.000 millones de euros, lo que significa que casi uno de cada dos euros de nueva producción ha ido a remunerar a los trabajadores. Esta ha sido una de las claves de la recuperación, ya que ha permitido elevar el consumo, lo que ha generado un círculo virtuoso de rentas y demanda capaz de vencer hasta la incertidumbre política este año.
En este periodo, el excedente bruto de explotación y las rentas mixtas se han incrementado en 23.600 millones de euros, esto es, un 5,5% más. Pero lo que más ha subido proporcionalmente han sido los impuestos netos en un contexto de aumento de la actividad. En total, el avance de los impuestos ha sido del 13,5%, que en euros son casi 13.500 millones.
Desde 2013 se han creado casi 1.300.000 empleos asalariados, según los datos de la EPA, lo que supone un avance en el número total de trabajadores de algo más del 9%. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer hasta volver a los niveles de 2008. Para volver al mismo número de asalariados es necesario crear algo más de 1.600.000 empleos y para alcanzar el mismo nivel de rentas salariales se necesitan 41.500 millones de euros. Con estas cifras sobre la mesa, es difícil argumentar que la crisis ha terminado ya para todos los españoles, por mucho que España produzca ahora lo mismo que en 2008.
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