La economía española sigue creando empleo, aunque a un ritmo notablemente inferior al de los últimos dos años. En 2016 se incorporaron al empleo 413.900 personas, un 21% menos que en 2015, cuando entraron a trabajar 521.100 personas, y también menos que en 2014, cuando se crearon 433.900 puestos de trabajo, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada esta mañana por el INE. La evolución del número de ocupados, en porcentaje, experimentó una subida del 2,29%, el ritmo de creación de empleo más lento desde el cuatro trimestre de 2014.
A pesar de todo, el ritmo de creación de empleo sigue siendo elevado, lo que ha permitido que la tasa de paro cayera hasta el 18,63%, el mejor dato desde el tercer trimestre de 2009. El número de parados se redujo en 541.700 personas en el conjunto del año, a un ritmo inferior al de 2015, cuando se redujo en 136.500 personas más.
Este descenso en el número de parados también se apoyó sobre una fuerte caída de la población activa en el conjunto del año. En total, salieron del mercado laboral 127.800 personas, ya sea por que se jubilaron, se reincorporaron a los estudios o, directamente, son desanimados que ya no buscan trabajo. La tasa de actividad entre los hombres cerró el año en el nivel más bajo de toda la serie histórica con un descenso hasta el 64,8%. A pesar de todo, sigue por encima de la tasa de actividad entre las mujeres, que terminó el año en el 53,41%, el dato más bajo en más de dos años. Esta caída de la actividad permitió acelerar el descenso en el número de parados, que cayó hasta las 4.237.800 personas, el nivel más bajo desde el tercer trimestre de 2009.
Al cierre de 2016, el número de ocupados en España superó los 18,5 millones, lo que marca su nivel más alto desde el cuarto trimestre de 2010. En el último año se han creado 428.500 empleos en el sector privado, mientras que el sector público ha destruido 14.600 puestos de trabajo.
Este incremento de la ocupación se ha apoyado, principalmente, en el sector servicios, que soporta más de la mitad de los nuevos empleos, aunque todos los sectores crearon empleo. En concreto, se incorporaron al sector servicios 240.000 personas, mientras que la industria creó 115.700 empleos, la agricultura 37.0000 y la construcción, 20.800 puestos de trabajo nuevos.
La contratación predominante fue temporal, aunque también creció el número de asalariados con contrato indefinido. En concreto, el número de trabajadores asalariados con contrato temporal aumentó en 226.700 personas, mientras que los indefinidos se incrementaron en 169.900 personas.