La Gestora del PSOE gira hacia el mercado como oposición a Podemos
Los socialistas defienden la iniciativa privada como motor de la actividad y sitúan al Estado como intermediario entre los ciudadanos y el poder económico.
26 febrero, 2017 00:57Noticias relacionadas
La Gestora del PSOE empezó el sábado a preparar su estrategia económica de cara al futuro Congreso de la formación y lo hizo marcando cuál va a ser su máxima, expuesta por su presidente, Javier Fernández: “Tanto mercado como sea necesario y tanto Estado como sea preciso”. Los socialistas quieren poner la economía en el centro del debate para los votantes de izquierdas y lo hacen sabiendo que aquí está su principal diferencia con Podemos y la posibilidad de atraer al votante socialdemócrata.
En cuestiones de política, sociedad o justicia, los vínculos ideológicos entre los dos partidos son más evidentes, pero en la economía, las diferencias son muy significativas. Las intervenciones de los diferentes ponentes estuvieron marcadas por una crítica férrea a las políticas de Podemos y sus soluciones "populistas" que parecen milagrosas y luego no funcionan. En palabras del portavoz de la Gestora, Mario Jiménez, “iniciamos un camino contra los dogmatismos […], por eso hemos empezado la reflexión por las cuestiones económicas”.
Los socialistas se han marcado como objetivo defender la iniciativa privada como el motor de la actividad económica y los mercados como el espacio donde los diversos actores negocian. “Los mercados también son instituciones humanas”, recordó Fernández. Durante su ponencia aseguró que “la competencia económica es previa a la justicia social”. Palabras con las que hace suya la máxima liberal de repartir la riqueza y no la pobreza. Lo dice el portavoz de la Gestora: “Sin la economía de mercado no se genera riqueza y cuando no se genera riqueza, lo que se reparte es pobreza”. Para los socialistas, el papel del Estado debe ser precisamente intervenir para que ocurra ese reparto de la renta.
Sin la economía de mercado no se genera riqueza y cuando no se genera riqueza, lo que se reparte es pobreza
El elegido para levantar la defensa de este capitalismo social es José Carlos Díez, uno de los economistas más mediáticos de España y que durante muchos años vivió pegado a los mercados financieros (trabajó durante nueve años para Intermoney, una empresa que ofrece servicios financieros integrales a bancos y otros actores en los mercados). En sus últimos años como economista jefe de la entidad, Díez fue testigo la mayor fuga de capitales que ha vivido España en su historia: “Más de 250.000 millones de euros de inversores internacionales se fueron de España”, señala.
¿El culpable? Para Díez no es otro que el ministro de economía, Luis de Guindos y la causa fue el decreto de saneamiento de la banca con el que obligó a las entidades a acumular miles de millones en provisiones que cargaban contra la cuenta de resultados. Curiosamente Guindos está muy orgulloso de este decreto, el Guindos I, que fue el primer paso para sanear el sector financiero, explica en su libro España amenazada. Sin embargo Díez cree que fue una decisión temeraria que estuvo a punto de provocar la quiebra de la banca y la salida de España del euro.
Un nuevo contrato social
El nuevo PSOE de Díez centrará sus esfuerzos económicos en reconstruir el contrato social, entendido como toda la legislación y los acuerdos implícitos entre el capital y los trabajadores que permitan conseguir un equilibrio y repartir el progreso. “La gran cicatriz que ha dejado la crisis es que se ha roto el contrato social”, aseguró Díez durante el evento, “teníamos una sociedad más o menos vertebrada y la reforma laboral [la de 2012] la rompió”.
Los socialistas caminan sobre una línea muy fina. Su propuesta busca aunar el equilibrio entre competitividad y reparto de rentas; entre flexibilidad para las empresas y protección para los trabajadores. Una propuesta que se aproxima al concepto de flexiseguridad impulsado por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, pero que carga el peso sobre la seguridad de los desempleados.
La gran cicatriz que ha dejado la crisis es que se ha roto el contrato social, teníamos una sociedad más o menos vertebrada y la reforma laboral la rompió
A derecha e izquierda se encuentran con discursos que reclaman competitividad a cambio de moderación salarial y rentas públicas a cambio de impuestos. La intención de la Gestora es hacerse su propio camino intermedio para recuperar los 11 millones de votantes que hoy son un espejismo.
El camino para lograrlo es restaurar el contrato social roto desde los años 80 a favor del capital y en detrimento del empleo. Así lo ve Antonio Costas, catedrático de Economía e investigador del IREA invitado por Díez a las ponencias, quien cree que la socialdemocracia europea “no supo ver lo que estaba ocurriendo”. Fue entonces cuando empezó a fragmentarse la cohesión de las sociedades capitalistas debido a que la globalización empezó a reducir los costes laborales y a aumentar las rentas del capital.
En su opinión, “el cemento que unió capitalismo, progreso social y democracia fue el empleo”, por lo que la prioridad para el PSOE debe ser crear empleo de calidad. Una vez más, vuelta a la delgada línea roja de mejorar las salarios y la protección de los trabajadores sin afectar a la contratación. Un contrato social que, aunque reduciría el margen de beneficio de las empresas, se vería compensado por una sociedad cohesionada y con mayor capacidad de consumo.
El cemento que unió capitalismo, progreso social y democracia fue el empleo
“El empleo es un herramienta de construcción masiva del estado de bienestar”, explicó la catedrática de Derecho del Trabajo y decana de Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, Yolanda Valdeolivas. Eso sí, empleo de calidad. Para conseguirlo, los diferentes ponentes señalaron que es prioritario recuperar la primacía del convenio sectorial sobre el de empresa, de modo que los trabajadores tengan más fuerza a la hora de negociar sus condiciones. Para el presidente de la Gestora, la clave está en sentar al poder económico “en la mesa para negociar” y el único que tiene el poder para hacerlo es el Estado.
Entonces, ¿más Estado o menos Estado? “Tanto como sea preciso”, en palabras de Fernández. Tanto como sea preciso para restaurar el contrato social, para repartir la renta y para negociar con los poderes económicos. Estado y mercado, ese es el país plantea la Gestora a los socialistas y los españoles.