El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha actualizado este lunes sus previsiones económicas y su puesta a punto confirma las dudas con las que arranca este 2019. En sus cifras de invierno, el organismo dirigido por Christine Lagarde reduce sus pronósticos para la economía global y, en especial, para la europea. 

Según las cifras anunciadas, el FMI prevé ahora que la economía mundial crecerá este año un 3,5%, dos décimas menos de lo que estimaba en octubre. También recorta del 3,7% al 3,6% su previsión para 2020. En el caso de la Eurozona, el tijeretazo para este año va del 1,9% al 1,6%, en tanto que deja sin cambios, en el 1,7%, su pronóstico para el próximo año. Aunque todavía mayor es la rebaja que aplica a Alemania, del 1,9% al 1,3% en 2019, y a Italia, del 1% al 0,6%. 

Hay excepciones, eso sí, como España, a la que salva de los recortes. El FMI mantiene su visión anterior, consistente en un crecimiento del 2,2% en 2019, el mismo proyectado desde el Gobierno de Pedro Sánchez, y del 1,9% en 2020. Tampoco cambia las previsiones para EEUU, del 2,5% en 2019 y del 1,8% en 2020, y para China, del 6,2% para los dos años. Y eleva dos décimas sus cifras para Japón en 2019 y 2020, hasta el 1,1% y el 0,5%, respectivamente. 

CRECIMIENTO A LA BAJA

Los recortes, sin embargo, son la pauta. El crecimiento previsto para el conjunto de las economías avanzadas pasa del 2,1% al 2% y el de las economías emergentes, del 4,7% al 4,5%. 

El FMI, que recuerda que estos recortes se suman a los ya realizados en otoño, precisa que "la revisión adicional a la baja desde octubre refleja las consecuencias de una moderación del ímpetu en el segundo semestre de 2018 -como por ejemplo en Alemania, tras la adopción de nuevas normas sobre emisiones para vehículos de combustión, y en Italia, donde las preocupaciones en torno a los riesgos soberanos y financieros han constituido un lastre para la demanda interna-, pero también obedece a un debilitamiento de la actitud de los mercados financieros y a una contracción en Turquía que ahora se proyecta que será más profunda de lo previsto".

"Los riesgos para el crecimiento mundial se inclinan a la baja", constata el Fondo. Apoya su diagnóstico en los distintos riesgos existentes, que van desde las tensiones comerciales y unas condiciones financieras más restrictivas hasta el Brexit y el peligro de que China se desacelere más de lo previsto.

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