La profecía -asentada en datos estadísticos del pasado- del Banco de España de que una brusca subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) tendría un efecto negativo sobre los trabajadores más vulnerables se está cumpliendo.
Nueve meses después de ese incremento salarial del 22% vía Real Decreto, las estadísticas confirman que colectivos, como el de los empleados del hogar o del campo, están sufriendo la destrucción de empleo en su sector como consecuencia del aumento de costes que han tenido que asumir los empleadores.
Los datos del Ministerio de Trabajo son elocuentes en el caso del servicio doméstico. Mientras que la media del conjunto de trabajadores afiliados a la Seguridad Social aumentó hasta agosto un 2,55%, en el caso de los Sistemas Especiales del Hogar, se produjo una caída del empleo del 3,43%. Algo similar ocurrió con el Sistema Especial Agrario, donde la caída fue del 1,58%.
En el caso de los autónomos, también se produce una destrucción de empleo en el sector agrario (SETA) con una caída del 0,85%, frente al aumento del 0,38% del conjunto de trabajadores autónomos.
"Hay destrucción de empleo en los empleados del hogar, frente a la creación del empleo general. También el sector agrícola está destruyendo empleo y en las CCAA en las que el SMI tiene especial incidencia, los datos de empleo van peor", explica a EL ESPAÑOL el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech.
Se trata de datos que refuerzan la tesis sostenida por el Banco de España y por numerosos economistas de los efectos dañinos que tendría esta medida porque empresas y empleadores no iban a asumir ese nuevo coste sin mejorar la productividad.
Esa previsión fue puesta en cuestión desde el Ministerio de Trabajo por la secretaria de Estado de Empleo en funciones, Yolanda Valdeolivas, que acusó el pasado junio al Servicio de Estudios de la institución que preside Pablo Hernández de Cos de divulgar "malos augurios" sobre las repercusiones de la subida de SMI hasta 900 euros mensuales en 14 pagas.
Ocho meses de estadística
"Para estimar los efectos del SMI en el paro habrá que esperar un año. Pero ocho meses después sí podemos decir que la creación de empleo se ha reducido a la mitad. No sabemos si es por la subida del SMI, por los efectos de una política fiscal más neutral o por la situación de la economía internacional. Aunque muchos trabajadores se han visto favorecidos con unos salarios mayores también vemos que la menor creación y destrucción de empleo se está centrando en los colectivos más afectados por el SMI", señala Doménech.
"Ya ha pasado la mitad del año y habiendo observado los datos desestacionalizados de julio y agosto podemos concluir que la subida del SMI sí ha tenido una repercusión negativa en el empleo", explica por su parte el economista e investigador principal de Civismo, Javier Santacruz.
"Pese a que el empleo aumenta en sectores con mano de obra más cualificada, se está produciendo una destrucción neta de empleo en las partes que se sitúan en la parte inferior de la escala salarial", añade Santacruz.
Y es que en términos globales, los datos de afiliación a la Seguridad Social desestacionalizados tampoco arrojan buenas noticias para quienes pretenden impulsar una nueva subida del SMI. Tomando como referencia los datos de entre enero y agosto de los años 2017, 2018 y 2019, es posible afirmar que se han creado 58.106 empleos menos este año que el pasado.
De seguir esa tendencia, es posible que se acabe el año con la creación de 100.000 empleos menos este año que el pasado, una consecuencia que habían advertido empresarios y numerosos centros de estudios económicos.
Al tratarse de datos desestacionalizados, las cifras citadas no tienen en cuenta los efectos coyunturales del ciclo -esto es, la desaceleración económica-, sino solo los estructurales y "el factor estructural más importante que ha tenido el mercado laboral en el último año ha sido la subida del SMI", explica Javier Santacruz.
Sin más productividad
Aunque para los trabajadores siempre es deseable tener sueldos más elevados, para que las subidas salariales sean sostenibles deben ir ligadas a la productividad.
"A la subida del 22% de este año en el SMI, se suman las ejecutadas en 2017 y 2018. Y todo ello con la productividad estancada. Por eso las subidas deben ser graduales y evaluando sus efectos", advierte Doménech.
Registro horario
Otra de las medidas estrella en materia laboral del Gobierno de Pedro Sánchez fue el registro horario, en el que también se está produciendo un efecto chocante en la remuneración de los trabajadores.
En el segundo trimestre del año, las horas extra pagadas cayeron un 19%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata de la primera vez en 10 años que esa cuantía baja y coincide con el momento en el que los trabajadores empiezan a estar obligados a fichar al entrar y salir de su puesto de trabajo.
Un dato que Santacruz atribuye al impacto de la entrada en vigor de la nueva normativa, si bien considera prudente esperar a ver los datos de los próximos trimestres para poder analizar mejor la repercusión de esta medida en los costes laborales y los salarios.