Las repercusiones en la economía de la repetición de elecciones preocupan al Banco de España. La institución ha aprovechado la publicación de su Informe Trimestral de la Economía Española para recordar que el país se adentra en un proceso de desaceleración económica con ausencia de Presupuestos y de un Gobierno fuerte que pueda adoptar medidas que ayuden a contrarrestar los efectos de una coyuntura que está pasando factura al PIB.
Tanto es así que el organismo que preside Pablo Hernández de Cos ha rebajado en cuatro décimas las previsiones de crecimiento de la economía española para este año, hasta el 2%.
"La prolongación de la situación de indefinición política y de ausencia de actividad legislativa está retrasando la adopción de las medidas necesarias para atajar las vulnerabilidades que todavía subsisten en la economía española", advierte el documento.
Esa situación de parálisis política acentúa las repercusiones en el bolsillo de los españoles y en la actividad de las empresas de la inestabilidad derivada del Brexit, la guerra comercial o la desaceleración de la economía china.
Sin Presupuestos
Según el Servicio de Estudios de la institución, España sigue siendo un país vulnerable al contexto internacional dado su "elevado nivel de deuda pública". Un riesgo difícil de controlar sin unas cuentas públicas actualizadas.
El informe afirma que la convocatoria de elecciones generales "prácticamente imposibilita la presentación durante 2019 del proyecto de PGE [Presupuestos Generales del Estado] para el ejercicio 2020", con lo que las cuentas que elaboró el Gobierno de Mariano Rajoy en 2018, junto con las medidas que aprobó el Congreso antes de abril en materia de pensiones o salarios públicos, permanecerán inalteradas también el próximo año.
Se fía así la consolidación fiscal al ciclo y a los estímulos del Banco Central Europeo (BCE). El Banco de España calcula que el saldo de las Administraciones Públicas en 2019 podría ser del -2,4% del PIB. De este modo, mantiene sus previsiones en materia de déficit, pese al empeoramiento de la situación económica.
Pero cerrar con ese desfase del 2,4% será posible gracias a que se espera que la caída de tipos de interés y la buena evolución de las cotizaciones sociales actúen como contrapeso a los efectos de la desaceleración que sí se notarán en los ingresos por impuestos.
Por ello, el Banco de España recuerda el importante papel que ha jugado la política monetaria del BCE tras la crisis, pero advierte que "la capacidad de actuación de este instrumento no es ilimitada". Enfatiza, así, el discurso de que es necesario poner en marcha una "agenda de reformas" y una "colaboración de la política fiscal", cuya responsabilidad recae sobre los Gobiernos nacionales.
Frenazo del PIB
Pese a la ayuda de Fráncfort, la institución que preside Pablo Hernández de Cos advierte que "en el tercer trimestre se estaría produciendo una cierta desaceleración del PIB, estimada en una décima, hasta el 0,4% en tasa intertrimestral".
La bajada de sus proyecciones, frente a las anunciadas en junio, es de cuatro décimas, hasta situar el avance del PIB en el conjunto del año en el 2%.
Además, alerta de algunos nubarrones. Entre ellos, la ralentización del consumo privado, que registró una tasa de variación nula en los últimos tres meses, "la más baja desde el inicio de la recuperación".
Tras la fuerte contracción de la inversión en bienes de equipo registrada en el segundo trimestre, ahora se habría producido un mayor crecimiento de la demanda nacional y del consumo privado que habría permitido contrarrestar la "aportación negativa de la demanda externa".
Y es que España, sin Gobierno en plenas funciones, "no está siendo inmune" al contexto internacional, advierte el organismo.
Daños en el empleo
En el empleo, también se atisba el frenazo económico. El Informe trimestral señala que "los últimos datos disponibles de afiliación a la Seguridad Social apuntan a una desaceleración del empleo en los meses de verano".
Junto a esto, las previsiones del organismo para la tasa de paro son ahora de una disminución hasta el 12,8%, un punto porcentual por encima de la anticipada hace tres meses.
La incertidumbre también pesa en la "evolución desfavorable de los indicadores de confianza", que se acompaña, por ejemplo, de la caída del gasto en bienes duraderos."
"El deterioro del entorno exterior y las incertidumbres procedentes del resto del mundo —y, posiblemente también, otras de carácter interno— estarían ejerciendo un efecto moderador del nivel de gasto de empresas y familias", advierte el Informe Trimestral.