Los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) calculan que el Gobierno sobreestimó los ingresos fiscales en unos 8.700 millones para el presente ejercicio, cuando había previsto recaudar 221.692 millones. Así se indica en el informe Cómo blindar el Estado del Bienestar, un diagnóstico sobre los ingresos y los gastos públicos realizado en el marco de su XVI Congreso Nacional.
Un dato que debería aumentar aún más el déficit planteado por el Gobierno y comunicado a Bruselas. Esta semana, la UE envió una carta a Moncloa alertando de que la prórroga presupuestaria aprobada por Sánchez para 2020 incumple los objetivos de reducción de déficit y deuda de España y se traducirá en realidad en un fuerte aumento del gasto público.
Según los cálculos de Bruselas, la prórroga presupuestaria aprobada por Sánchez apenas permitirá mejorar en un 0,1% el déficit estructural en 2020, frente al ajuste del 0,65% que exige la UE. Además, el gasto público primario neto se dispara un 3,8%, muy por encima del tope máximo del 0,9% al que se ha comprometido España. Es decir, crece cuatro veces más de lo autorizado.
No obstante, Gestha prevé un récord en la recaudación tributaria estatal de 2019 que, según sus estimaciones, escalaría hasta los 212.958 millones de euros -antes de la cesión a comunidades autónomas y entidades locales-, excluidas las medidas de aumentos impositivos por 5.665 millones que recogía el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, cuyo rechazo provocó la cita electoral para este año.
Impuesto de Sociedades
Se trataría de un incremento del 2%, lo que supone que se ingresarían 4.273 millones más que el pasado año. De esta manera, 2019 será el segundo ejercicio consecutivo en el que los ingresos superarán -sin corregir la inflación- los de 2007, previo a la crisis recaudatoria, cuando se ingresaron 200.676 millones.
Sin embargo, el Impuesto de Sociedades aún está muy lejos de sobrepasar los 44.823 millones ingresados hace 12 años. De hecho, este tributo acumula aún un desplome del 44,2% desde 2007, de forma que los 19.819 millones de euros que las empresas no ingresarán respecto a 2007 conforman la segunda “grieta” más importante -después de la del fraude fiscal- por la que España pierde ingresos.
Esta pérdida de recaudación limitará una parte de la financiación autonómica y local en los próximos ejercicios, pues la reciente actualización de las entregas a cuenta de este año serán descontadas cuando se realice la liquidación en 2021. Durante ese año, los técnicos calculan que las comunidades autónomas y entidades locales recibirán respectivamente 4.200 millones y 300 millones menos por no haberse logrado en 2019 la recaudación prevista por el Gobierno.
En este contexto, Gestha urge a abrir un amplio debate para llevar adelante una propuesta de reforma integral de los impuestos que posibilite disponer de recursos suficientes para atender a los gastos públicos e inversiones, así como reducir el déficit y el endeudamiento.
Consecuencias del Brexit
Esta reforma, en opinión de los técnicos, debería plantearse, además, el reto de lograr una mayor redistribución de la renta y la riqueza entre los ciudadanos. Y, en relación con ambas cuestiones, la reducción de la elusión y la evasión fiscal y la mejora de la gestión de los fondos públicos son prioritarios para los técnicos; lo que pasa por una reorganización tanto de la Agencia Tributaria Estatal (AEAT), funcionando de forma independiente de las injerencias políticas o económicas, como de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) para conseguir un control del gasto público más eficaz.
En este sentido, Gestha propone, entre otras medidas, establecer un nuevo régimen de exigencia de responsabilidad administrativa, y en su caso, patrimonial, al gestor del gasto, que corrija la actual impunidad de muchas actuaciones que, aun no constituyendo delito o incumplimiento contable, supongan una irresponsable disposición de los fondos públicos.
Por otro lado, Gestha, que también integra a los Técnicos de Aduanas, advierte que entre los principales riesgos que entraña el Brexit -a la espera de su resolución final- está la caída de la libra, lo que terminaría afectando al turismo por la pérdida de poder adquisitivo que sufriría nuestro principal mercado emisor. Además, señala que Reino Unido podría dejar de importar productos canarios -especialmente en el sector agropecuario- y desviar sus compras a terceros países.
Aun así, Gestha explica que los importadores canarios de productos británicos están mejor preparados que los de la península para el Brexit, dada la obligación que tienen de presentar la declaración de toda importación por el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF), aunque alerta de que podría crearse un embudo en los puertos canarios por la falta de personal, debido a los mayores controles aduaneros que se realizarán como consecuencia del Brexit.