La ocasión lo merecía, puesto que la Comisión Europea asestó este jueves un duro golpe al Gobierno español en funciones al rebajar cuatro décimas sus expectativas de crecimiento para España. Sin embargo, a tres días de que abran los colegios electorales, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, evitó lanzar un mensaje político en público. Prefirió esperar a que “el pueblo español se pronuncie” en las urnas el próximo domingo.
Pese a esa prudencia, para los técnicos de la Comisión Europea las elecciones no paran el reloj y ya trabajan en el documento que enviarán a España en el plazo de dos semanas comentando su borrador presupuestario.
Entre esas recomendaciones habrá una mención a la necesidad de controlar el aumento del gasto en pensiones, según avanzan fuentes comunitarias a EL ESPAÑOL en el marco de un seminario para periodistas europeos.
La advertencia no será nueva, pero se producirá después de que el poder adquisitivo de los pensionistas sea un eje central de la campaña electoral. Tanto es así que en el bloque económico del debate televisivo entre los candidatos de los cinco principales partidos políticos, las pensiones tuvieron más protagonismo que el desempleo y todos los candidatos abogan por subirlas de un modo u otro.
Las Previsiones de Otoño que presentó este jueves la Comisión Europea son el estudio que sirve como base para los comentarios que después elaboran los técnicos para los Presupuestos de cada Estado miembro.
En el caso de España, el Gobierno en funciones envió su borrador del Plan Presupuestario el pasado 15 de octubre y se comprometió a actualizar las cifras cuando un Ejecutivo en plenas facultades pueda trabajar en un proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2020.
No obstante, ese borrador incluyó una revisión a la baja de las previsiones macroeconómicas del Ministerio de Economía que se ha quedado corta para la CE. Mientras el equipo de Nadia Calviño espera que la economía española crezca este año un 2,1% y otro 1,8% el que viene, Bruselas estima que el crecimiento será del 1,9% en 2019 y el 1,5% en 2020.
Esa diferencia en el punto de partida hace que las cuentas sean poco creíbles para Bruselas por la repercusión directa que tiene el crecimiento en el empleo y la recaudación, dato clave para cuadrar las cuentas públicas.
El hecho de que el Gobierno esté en funciones hizo que en una misiva enviada por Moscovici a Calviño, el comisario advirtiera de la falta de credibilidad de las cuentas pero dejara margen para que sea el próximo Ejecutivo el que las actualice.
En el apartado que dedica a España el libro con las Previsiones de Otoño, se estima que el déficit cerrará este año en el 2,3%, frente al objetivo del 2% que se marcó el Gobierno español en su borrador presupuestario.
En ese cálculo, Bruselas ha incorporado ya el efecto de la subida de las pensiones ligadas al IPC y el aumento salarial de los funcionarios.
Electoralismo con las pensiones
El electoralismo que los partidos políticos hacen con las pensiones en España es motivo de preocupación para la Comisión Europea, según reconocen a este periódico sus técnicos.
La subida de las pensiones y la recuperación de su vinculación con el “IPC real” figura en el punto número uno de los 35 compromisos sociales con los que el PSOE presentó su programa electoral.
También Pablo Iglesias defiende ese objetivo y erróneamente afirmó en el debate que está blindado por la Constitución ligar las pensiones al IPC.
Por su parte, el PP que en el año 2013 abordó una reforma para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y rectificó en 2018 al pactar con el PNV la subida de las prestaciones en relación al IPC, se compromete a abordar fórmulas que permitan alcanzar un acuerdo para subir las pensiones más allá del IPC.
Solo Ciudadanos aboga por la cautela en este aspecto dentro de su programa y aunque se compromete a “garantizar ahora y en el futuro unas pensiones dignas” evita concretar cómo.
Retomar las reformas
Alcanzar un acuerdo en el marco de la Comisión del Pacto de Toledo para blindar el sistema de pensiones y al mismo tiempo garantizar su sostenibilidad es una de las asignaturas pendientes que tiene la política española, que en los últimos cuatro años ha abandonado la senda reformista.
Ese olvido de las reformas estructurales está teniendo un coste para la economía, según los técnicos de la CE. Pero los esfuerzos que se hicieron durante la crisis están permitiendo que el país crezca por encima de la Eurozona. Algo que es valorado por Bruselas de forma positiva.
Del recorte de cuatro décimas anunciado ayer por Bruselas, la mitad corresponde a un ajuste estadístico que se aplicó el pasado septiembre y afecta a las cifras de crecimiento pasado. La otra mitad se achaca a los efectos en la economía que está teniendo la “incertidumbre” tanto de la política nacional, como de otros factores externos, como el ‘brexit’ o la guerra comercial.