Confianza ciega. Es lo que parecen tener los españoles en la pensión pública. Sólo un 26,8% de los hogares tiene algún tipo de fondo de pensiones o seguro de vida de inversión o mixto. Una cifra que, aunque parece elevada, está muy alejada de las épocas precrisis cuando esta ratio se situaba en casi 30 de cada 100 familias y se mantiene prácticamente estable respecto al 2014 cuando era del 26,1%.
Unos números que aporta la Encuesta Financiera de las Familias que ha elaborado el Banco de España con datos de 2017, y en la que se puede apreciar que el valor mediano de este tipo de productos pensados para la vejez no llega a los 10.000 euros. Una cifra que contrasta con los 10.300 euros de valor que tenían en 2014. Es decir, que se han depreciado casi un 4% en sólo tres años.
¿Los motivos? Varios. Por un lado, la caída que ha tenido su rentabilidad por la situación de tipos cero a la que ha sometido el Banco Central Europeo (BCE) a la economía europea. Por el otro, la fuerte diferencia que existe entre las aportaciones que hacen los más jóvenes y las que efectúan los colectivos más mayores. No hay que olvidarse que el colectivo menor de 35 años ha sido el más castigado por la crisis económica, y ha dejado su riqueza en algo más de 7.500 euros.
Las dudas de los 'babyboomers'
De hecho, los hogares cuyo cabeza de familia es menor de 35 años es el que se ha visto más golpeado por la pérdida de valor de sus fondos de pensiones. Según las estimaciones del Banco de España, entre 2014 y 2017, vieron perder el 72% al pasar de algo más de 5.400 euros a poco más de 1.500 euros. En el lado contrario están los mayores de 70, quienes han visto cómo sus ahorros privados se han revalorizado desde los 16.100 euros hasta los 28.100. El resto de franjas de edad han visto retroceder la valía de sus planes de pensiones.
Sea como sea, cabría preguntarse por los motivos por los que los fondos de pensiones no acaban de calar en España. Sobre todo en un contexto en el que las arcas públicas tienen problemas para financiar las pensiones públicas (sobre todo de cara a futuro), y en el que cerca del 55% de los babyboomers reconoce tener miedo a padecer problemas económicos una vez que deje de trabajar.
Los expertos apuntan a varias causas en este sentido. La primera, que sigue existiendo la sensación de que -de un modo u otro- el Estado garantizará la pensión pública a todos sus ciudadanos. La segunda, que la tributación de los planes no acompaña y, la tercera, el hecho de que no se pueden retirar las aportaciones hasta que pasan los diez primeros años. Es decir, que una aportación hecha en 2019 no podría recuperarse hasta el año 2029.
La Encuesta Financiera de las Familias deja clara otra cosa también, y es que los españoles somos 'ladrilleros'. Es decir, que nuestra mejor forma de inversión es la de comprarnos una casa. Según los datos del Banco de España, el 75,9% de los hogares son en propiedad frente al 80,4% que alcanzaba en 2014. El valor mediano de la vivienda principal es de120.200 euros, lo que da una muestra del pinchazo de la burbuja inmobiliaria que hubo durante la crisis económica ya que en el año 2005 las casas llegaron a alcanzar los 180.300 euros de valor.
"Equidad intergeneracional"
Esa reducción en el porcentaje de hogares en propiedad es fruto de la pérdida de riqueza que han sufrido los jóvenes lo que ha provocado que se hayan visto obligados a trasladarse al alquiler o, incluso, a viviendas cedidas de forma gratuita. Ese movimiento es fruto de los efectos de la crisis, ya que se ha comprobado que los jóvenes ganan un 23% menos que en el año 2010 y que su riqueza ha caído un 43% en los últimos tres años.
Los datos del Banco de España reflejan cómo el patrimonio mediano de los hogares cuyo cabeza de familia es menor de 35 años era de 5.300 euros en 2017 frente a los más de 71.600 euros que tenían en el año 2011.
Con esas cifras encima de la mesa no es de extrañar que el Banco de España haya vuelto a insistir en que es necesario que exista una mayor "equidad intergeneracional".