El Banco Central Europeo (BCE) está dispuesto a mantener el tipo negativo de su tasa a los depósitos para apoyar a la economía de la eurozona, pues considera que persisten los riesgos geopolíticos a la baja en el ámbito internacional.
En las actas de la reunión del Consejo de Gobierno del BCE del 22 y 23 de enero, publicadas este jueves, se apunta que la economía del bloque parece estar estabilizándose e incluso muestra signos de cierta recuperación, aunque el contexto internacional -en el que aún no cita el coronavirus de Wuhan- da lugar a dudas.
También se destaca que la autoridad monetaria ve "indicios" de que el último paquete de medidas de política monetaria expansiva está dando resultados y ha relajado de forma "sustancial" las "condiciones financieras".
Inflación, lejana
"Los miembros vieron indicaciones de que el paquete de septiembre del Consejo de gobierno se estaba transmitiendo de forma gradual a la economía", recogen las actas.
Además, el Consejo de Gobierno está convencido de que estas medidas repercutirán en la inflación: "Se mostraron seguros de la capacidad de las medidas de política monetaria para aportar el necesario estímulo monetario para apoyar la expansión de la eurozona y elevar gradualmente la presión sobre los precios locales".
La inflación está aún "lejos" del objetivo de la autoridad monetaria, por debajo pero cerca del 2 %, y la tendencia actual no asegura que se avance en esta dirección, pese al leve repunte que se percibe últimamente en la inflación subyacente.
En este sentido, el máximo órgano del BCE recordó asimismo su "compromiso con la simetría".
Inversión contenida
La inversión, pese a este paquete, sigue contenida, agrega el documento, que argumenta que se debe a las "incertidumbres internacionales", que pesan más que los bajos costes de endeudarse.
La opinión mayoritaria en el organismo es que la política monetaria "acomodaticia" sigue siendo necesaria por un "período de tiempo prolongado".
También recoge el documento el interés de los miembros del Consejo de Gobierno de "continuar evaluando" las consecuencias del paquete de septiembre, "a la luz de los posibles efectos secundarios".
El Consejo de Gobierno subrayó que continuará con su programa de compra de bonos de 20.000 millones de euros mensuales "tanto tiempo como sea necesario para reforzar el impacto acomodaticio de su política de tipos de interés" y concluirlo "poco antes" de empezar a elevar los tipos de interés.