El Consejo General de Economistas (CGE) aboga por un incremento del IVA del 21% al 23% y por un descenso de las cotizaciones sociales, ya que sería "positivo" para la economía y favorecería la creación de empleo y las exportaciones, al tiempo que pide repensar la estructura fiscal actual y evaluar los costes de gestión y litigiosidad antes de crear nuevas figuras impositivas.
"A mí me encantaría que subieran el IVA (al 23%) y que se bajaran las cotizaciones", ha afirmado el vicepresidente del CGE, Pascual Fernández, durante la presentación del 'Panorama de fiscalidad 2020', al ser preguntado sobre el planteamiento de subir el IVA dos puntos porcentuales realizado por distintos organismos.
Fernández cree que sería una "idea estupenda" para favorecer la generación de puestos de trabajo e impulsar las exportaciones, si bien ha dicho desconocer si esa propuesta se relaciona con la previsión de ingresos del Gobierno, algo que dependerá de la marcha de la economía ante factores difíciles de estimar como el impacto del coronavirus.
Los economistas han pedido, respecto a los tributos cedidos a las comunidades autónomas, que haya "contención en el ejercicio de la capacidad normativa" y ante los tributos propios, que se realice un análisis de los costes de gestión y control que ocasionarían.
Preguntado sobre los nuevos impuestos al transporte aéreo y a los envases de plástico de un solo uso, en consulta pública, el presidente del CGE, Valentín Pich, ha mostrado dudas sobre la conveniencia de crear más impuestos ante la estructura fiscal actual.
Pich ha recordado que un estudio realizado por el Consejo General de Economistas hace medio año evidenció que España está "prácticamente" a la par en materia de fiscalidad sobre PIB respecto a los países de su entorno y los impuestos están ya "bastante estandarizados".
Además, ha recordado que se han recortado un 20% las previsiones de crecimiento para la economía española respecto al año pasado, si bien ha dicho parecerle "bien" el recorrido que puedan tener impuestos medioambientales como el previsto para los envases de plástico de un solo uso, pero considera que requiere un "planteamiento total de la estructura general".
Sobre el nuevo tributo proyectado por el Ejecutivo de coalición para el transporte aéreo, Pich también ha insistido en la necesidad de "reordenar" la estructura fiscal, porque "lo peligroso es que se hagan cosas que hagan ver que hacen algo y realmente no recuden, lo que será puro formulismo, o al revés, que recauden mucho y compliquen las cosas".
Impuestos a la comida basura y los plásticos
Pese a todo, cree que los impuestos medioambientales "van a venir" y son "necesarios", pero aboga por avanzar en la línea de las recomendaciones de la OCDE y repensando la estructura fiscal actual para no excederse en materia impositiva.
En la misma línea se ha pronunciado sobre la intención del ministro de Consumo, Alberto Garzón, de establecer un nuevo impuesto a la llamada 'comida basura'. Pich ha recalcado que los impuestos "sirven para recaudar", pero también para "direccionar comportamientos" y la sociedad está interiorizando la importancia de la palabra "sostenible".
Al igual que con el impuesto a los plásticos, cree que hay que evaluar en determinados impuestos el texto, los costes de gestión y planearlos reduciendo al máximo la conflictividad en los tribunales económico-administrativos y a nivel judicial porque "vale un pastón y ese dinero podría utilizarse para otras cosas".