La búsqueda de una bazuca fiscal coordinada y masiva para amortiguar el grave impacto del coronavirus monopoliza la agenda económica de la Unión Europea esta semana. Los ministros de Economía de la eurozona celebran otra videoconferencia -la tercera desde el estallido de la crisis- este martes, que irá seguida el jueves de una videocumbre de jefes de Estado y de Gobierno.
Sobre la mesa está la activación del fondo de rescate de la UE (MEDE) que se creó en 2010 en respuesta a la crisis de deuda. Su potencia de fuego es de 410.000 millones de euros, pero además podría dar cobertura al Banco Central Europeo (BCE) para reforzar su arsenal. Pero el coronavirus ha reabierto la brecha de desconfianza entre los países del sur y del norte, entre deudores y acreedores. La última palabra la tiene de nuevo Alemania, que este lunes aprueba otro plan masivo de gasto público.
LUNES 23 DE MARZO: El Gobierno alemán aprueba una ampliación presupuestaria por valor de 150.000 millones de euros para este año cuyo objetivo es poder conceder subvenciones y créditos blandos a las pymes y autónomos más golpeados por el coronavirus. Además, Berlín tiene previsto crear un fondo de rescate de 500.000 millones de euros para salvar a las grandes compañías amenazadas de bancarrota.
Este despliegue de estímulos fiscales supone un giro de 180 grados en la política de austeridad que Alemania ha abanderado tradicionalmente tanto a nivel doméstico como en la Unión Europea. De hecho, el Ejecutivo de Angela Merkel pedirá también suspender la regla constitucional de "freno a la deuda", para lo cual necesita una mayoría absoluta en el Bundestag el miércoles.
MARTES 24 DE MARZO: Teleconferencia del Eurogrupo a las 18:30 horas. Los ministros de Finanzas de la eurozona "considerarán opciones para añadir una nueva línea de defensa contra el coronavirus como parte de nuestra respuesta coordinada a la crisis", ha anunciado su presidente, el socialista portugués, Mario Centeno, en su cuenta de Twitter. El plan de compra de deuda de 750.000 millones anunciado por el BCE no es suficiente para atajar la caída libre de la economía. Pero Alemania, Holanda y los nórdicos se resisten a activar de inmediato otros instrumentos europeos.
El comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, explica en una entrevista al FT que el debate se centra en las modalidades de activación del MEDE. Sobre la mesa hay tres posibles alternativas: conceder líneas de crédito a los países más afectados por la crisis; activar facilidades de liquidez más restringidas que se consagrarían exclusivamente a reforzar los sistemas sanitarios; o emitir 'coronabonos' con el fin de captar financiación para un plan de estímulo masivo.
Dado que la potencia de fuego del MEDE es limitada y la crisis afecta a todos los países de la eurozona al mismo tiempo, la solución podría ser diseñar planes de rescate que permitan desbloquear la compra ilimitada de deuda pública por parte del BCE, según ha dicho el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis. Se trataría de usar por primera vez el programa OMT que diseñó Mario Draghi en 2012 para salvar al euro y que nunca se ha activado: su mero anuncio sirvió para calmar a los mercados.
JUEVES 26 DE MARZO: Pleno extraordinario de la Eurocámara en Bruselas para ratificar las primeras medidas económicas propuestas por el Ejecutivo comunitario. Por primera vez se han habilitado procedimientos de votación a distancia, ya que se desaconseja a los eurodiputados viajar a la capital belga si no están ya aquí. El Parlamento Europeo votará tres propuestas legislativas: el fondo europeo anticoronavirus de 37.000 millones (de los que 4.145 corresponden a España), la ampliación del fondo europeo de solidaridad para cubrir emergencias sanitarias y la norma para detener los denominados 'vuelos fantasmas' provocados por el brote de covid-19.
Videocumbre de jefes de Estado y de Gobierno. A las 15:00 horas, los lideres europeos celebran la tercera videoconferencia en tres semanas. Como ya ocurriera durante la crisis del euro, el Eurogrupo se ha convertido en un órgano incapaz de tomar decisiones y la última palabra la tendrán seguramente los jefes de Estado y de Gobierno.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido "articular un gran plan Marshall, un gran plan de inversiones públicas para el conjunto de la UE". Sánchez apoya "relajar las normas de estabilidad presupuestaria" como ha propuesto Bruselas y que el MEDE pueda "emitir bonos que mutualicen la deuda a nivel europeo". España reclama además que se ponga en marcha cuanto antes un seguro de desempleo europeo.