Las arcas públicas van a sufrir a lo largo del ejercicio 2020. La crisis provocada por el coronavirus va a provocar que los ingresos del Estado se hundan. En concreto, el Estado dejará de recaudar unos 25.000 millones de euros, según los datos que el Gobierno ha enviado a la Comisión Europea en el Programa de Estabilidad.
Según se puede comprobar en el marco presupuestario remitido a Bruselas, prácticamente todas las figuras tributarias van a recaudar menos que en el ejercicio 2019. ¿La que más sufre? La del Impuesto de Sucesiones y Transmisiones Patrimoniales, que se dejará un 37,9%.
Un descenso significativo, porque deja entrever que puede haber un fuerte descenso en la compra-venta de viviendas. Es decir, que se podría generar una crisis en el mercado inmobiliario que conlleve una caída de los precios en el sector.
El Ministerio de Hacienda también constata que la recaudación de las cotizaciones sociales caerá un 5,75%, fruto de la caída del empleo, lo cual rompe con el alza de ingresos en la Seguridad Social que venía registrándose gracias a la mejora del mercado laboral y a la subida del salario mínimo de los últimos dos años. No hay que olvidar que la tasa de paro anunciada por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, alcanza el 19% cuando acabe este ejercicio.
El Impuesto de Sociedades también va a retroceder en ingresos. Su caída alcanzará el 8,7%, mientras que los del IRPF van a descender un 2,4% y el IVA (que marca la evolución del consumo) se dejará un 5,2% en comparación con el año pasado.
En total, la estimación de impuestos recaudados por las Administraciones Públicas, en términos de Contabilidad Nacional para el 2020, es de 263.443 millones frente a los 277.317 millones que se alcanzaron en el 2019, lo que supone una caída de un 5%
Reforma fiscal
En cualquier caso, durante la rueda de prensa telemática celebrada este viernes para presentar las previsiones económicas, María Jesús Montero, ministra de Hacienda, ha indicado que, a pesar del impacto de la crisis del Covid-19, se mantienen los planes de la reforma tributaria del Gobierno.
Se trata de lo recogido en el acuerdo pactado entre el PSOE y Unidas Podemos a finales del año pasado. Es decir, que medidas como subir el Impuesto de Sociedades para las grandes empresas (poniendo un tipo mínimo del 15%) y aumentar la tributación de las rentas altas (acción que se ejecutará a través del IRPF) siguen sobre la mesa y la intención del Gobierno es aplicarlas.
En cambio, ya la ministra de Hacienda había descartado la puesta en marcha de un impuesto a las grandes fortunas. Sin embargo, este grupo sí que tributará más a través de figuras ya existentes como patrimonio.
Por otro lado, Montero ha indicado que también se sostiene la puesta en marcha de los nuevos impuestos sobre sobre las transacciones financieras y sobre determinados servicios digitales, es decir, las tasas Tobin y Google. ¿Para cuándo pronostica su puesta en marcha? Para finales de este año.