Los datos laborales de marzo y del primer trimestre del año no ofrecen dudas. El desplome del empleo causado por el coronavirus alcanza cotas históricas nunca vistas. Se destruyeron 833.979 puestos de trabajo y el desempleo, hasta el último día de abril, ha aumentado 585.000 personas, para llegar a los 3,8 millones de parados. Sin embargo, el impacto de la crisis en el empleo de las grandes empresas ha quedado atenuado.
Así lo indican los datos revelados por la Agencia Tributaria, que indican que las grandes empresas -con una facturación superior a los seis millones de euros al año- pudieron sostener el empleo a pesar del impacto del Covid-19 en su facturación. Las ventas de estas compañías descendieron un 12,5% respecto al mismo mes del año pasado. La caída todavía es mayor comparada con febrero de 2020, con un desplome del 13,2%.
Todo ello en solo medio mes, que fue cuando se activó el estado de alarma, el confinamiento de la población y la hibernación de la economía. De hecho, este impacto negativo ha llevado a que el primer trimestre del año, que apuntaba un crecimiento en desaceleración, haya caído un 4,1%.
Este impacto negativo llega tanto de la facturación nacional como de la extranjera, aunque el mayor perjuicio llega por la actividad foránea. La exportación de la gran empresa española cayó en marzo un 15% respecto a febrero y un 13% respecto a mismo mes de 2019.
El impacto interno también es de dobles dígitos. Las ventas en España de las grandes empresas se redujeron más de un 12% respecto a febrero y casi un 12% respecto al año pasado.
Empleo sostenido
A pesar de ello y de esta abismal caída de la facturación, los perceptores de rendimientos del trabajo, indicador fiscal que aproxima la evolución del empleo asalariado, se redujeron en marzo tan solo un 0,1%. Es decir, que prácticamente no se suprimieron puestos de trabajo.
En este sentido, la Agencia Tributaria destaca el papel clave que tuvieron los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE). Recuerda que, con esta fórmula, los empleados siguen percibiendo parte de sus retribuciones de su empresa, en referencia a las cotizaciones de la Seguridad Social, además de la correspondiente prestación de desempleo pero sin caer en el paro.
Sin embargo, cabe recordar que si se trata de un ERTE de fuerza mayor la empresa está exonerada del pago de estas cotizaciones, que son asumidas por la propia Seguridad Social.
Caída salarial
Lo que no impiden los ERTE es que los salarios se reduzcan en virtud de estas prestaciones de empleo. Cabe recordar que, salvo que haya hijos al cargo, la mensualidad media es de unos 860 euros.
Estas retribuciones, menores que el salario habitual, hacen que la media salarial descienda en marzo un 1,4% y prácticamente anule las subidas acumuladas en los dos primeros meses de 2020.