El producto interior bruto (PIB) de Estados Unidos experimentó una contracción anualizada del 5% en el primer trimestre del año como consecuencia del impacto de la pandemia del Covid-19, frente al crecimiento del 2,1% observado en el trimestre inmediatamente precedente, según la segunda estimación del dato presentada este miércoles por la Oficina de Análisis Económico del Gobierno (BEA, por sus siglas en inglés).
Esta caída de la actividad económica supone una revisión a la baja de dos décimas con respecto a la lectura publicada por el organismo hace un mes, cuando estimó que el PIB había descendido un 4,8%.
La Oficina ha vuelto a alertar de que los efectos económicos completos de la pandemia no se pueden cuantificar, ya que los datos en los que se basa todavía están incompletas y tardarán en actualizarse. Además, el impacto completo de la crisis del Covid-19 solo comenzó a notarse en el país a partir de la tercera semana de marzo.
La economía estadounidense no experimentaba una contracción tan severa desde el cuarto trimestre de 2008, en plena crisis, cuando el PIB del país norteamericano observó una caída del 8,4%. Asimismo, se trata de la primera contracción de la economía desde el primer trimestre de 2014.
Prácticamente todos los componentes del PIB registraron datos negativos en el primer trimestre. El gasto de los hogares se contrajo un 6,8%, frente al incremento del 1,8% del cuarto trimestre, lo que supone la peor lectura del dato desde el segundo trimestre de 1980. Sin embargo, la cifra se ha revisado ocho décimas al alza.
Bienes duraderos
El gasto en bienes duraderos se desplomó un 13,2%, casi tres puntos porcentuales menos de lo estimado, mientras que en servicios descendió un 9,7%, cinco décimas que en la primera estimación.
Del lado contrario, la inversión de las empresas sufrió una caída mayor de la esperada, hasta el 10,5%, frente al 5,6% de caída previsto en la primera estimación. Esto supone el peor dato registrado desde el segundo trimestre de 2009. En el cuarto trimestre de 2019, esta variable ya se había contraído un 6%
Por tipos de inversión, la de estructuras descendió 3,9%, frente al 9,7% estimado hace un mes, al tiempo que la inversión en equipos fue un punto y medio peor de lo esperado, hasta el retroceso del 16,7%.
La balanza comercial neta alivió la caída del PIB, ya que aunque las exportaciones descendieron un 8,7%, las importaciones se hundieron un 15,5% entre enero y marzo. Esta contracción es casi el doble que la registrada en el cuarto trimestre de 2019.
Asimismo, la Oficina ha desglosado que los ingresos personales disponibles de los estadounidenses se elevaron un 2,2%, en el trimestre, lo que supone el peor dato desde 2016. Asimismo, la tasa de ahorro se elevó en casi dos puntos porcentuales, hasta el 9,6%.