Durante el primer trimestre de 2020, la economía europea experimentó un hundimiento sin precedentes debido a las medidas de confinamiento impuestas desde marzo para frenar la expansión del coronavirus. En concreto, el producto interior bruto (PIB) se desplomó un 3,6% en la eurozona y un 3,2% en el conjunto de la Unión Europea.
Se trata de las caídas trimestrales más fuertes desde que empezó a registrarse este dato en 1995, superando así el impacto de la Gran Recesión, según la segunda estimación publicada este martes por Eurostat. No obstante, la oficina estadística mejora ligeramente el cálculo preliminar publicado el pasado 30 de abril, que era de un desplome del 3,8% para la eurozona y del 3,5% para el conjunto de la UE.
En el último trimestre de 2019, la economía había crecido un 0,1% en la eurozona y un 0,2% en en el conjunto de la UE.
España es el tercer país de la UE más golpeado por la crisis del coronavirus, con una contracción económica del 5,2% durante el primer trimestre del año, al mismo nivel que Eslovaquia. Sólo registran datos peores Francia e Italia: ambos países sufrieron una caída del 5,2%.
Entre enero y marzo de este año, todavía hubo cuatro países de la UE que experimentaron cifras de crecimiento positivas pese al coronavirus: Irlanda (+1,2%), Bulgaria y Rumanía (0,3%) y Suecia (0,1%).
El impacto de la crisis en Alemania (-2,2%) es de momento inferior a la media de la UE. Lo mismo ocurre con el club de los frugales, que se resisten a un paquete de ayudas masivas a fondo perdido para España e Italia: Países Bajos (-1,7%), Austria (-2,6%), Dinamarca (-2,1%) y la propia Suecia.
Este hundimiento económico sin precedentes se ha producido pese a que la mayoría de Gobiernos de la UE sólo empezaron a imponer medidas de confinamiento a partir de mediados de marzo, es decir, las dos últimas semanas del trimestre.
Para el periodo entre abril y junio, el Banco Central Europeo (BCE) prevé que la caída será de al menos el 13% del PIB.